domingo, 6 de noviembre de 2011

CRÓNICA BOTSUANA I



Parque Nacional del Chobe

Buenas desde Botsuana!!!

Un país bastante peculiar y conocido sobretodo por el Parque Nacional del Chobe, el Kalahari y el delta del Okavango, una superficie poquito mayor que España, con la capital sita en Gaborone, donde se habla el inglés y el setsuana, con una moneda que se denomia pula y que se cambia a diez por cada euro y lo más curioso: una población de menos de dos millones. Es por esto que le llamo el "país tranquilo", aquí la peña está muy muy relajadita. Prisa mata amigo.
Cruzo la frontera con Ron, y probablemente, ha sido la frontera más "sosegada", si es que se le puede aplicar este adjetivo a una frontera, que he cruzado. De hecho no parece ni una frontera. Es domingo  y ni siquiera hay policías ni nada parecido. Únicamente los que están en ventanilla. Sellito de entrada, !!gratis!! o si, alabado sea el señor, alabaré, alabaré, alabaré con tonito evangelista (cruzar fronteras por la patilla es más difícil que doblar el culo).
Llegamos a Kasane, la entrada natural al Parque Nacional del Chobe. Desde aquí organizas un tour de un día donde por la matina rulas 4 horas en un 4 por 4 dieciséis, que está customizado para llevar un quincena de tipas y tipos en la parte posterior. Es abierto y tiene unas barras laterales de protección. Vamos, tal cual se ve en la tele muchas veces... El parque tiene unas pistas por donde está habilitado circular con el vehículo, y a partir de ahí pues te dedicas a observar toda la fauna que te va rodeando. Vimos búfalos, hipopótamos, elefantes, licaones, impalas, bastantes antílopes que no me acuerdo del nombre, multitud de aves (todo los pájaros comen trigo y la culpa es del gorrión...) y un millón de babuinos (están por todas partes, incluso por las calles y ojito cuidado con éstos que  pueden llegar a ser muy agresivos, especialmente con las féminas...). El león, desgraciadamente, no apareció. Lo dejamos para la próxima.


 



Por la tarde, dentro del mismo paquete, se vuelve a visitar el Chobe pero esta vez en un barco. Mucha gente en él, demasiada. Toda la gente que va en los camionacos que expliqué más arriba están en esos barcos... así que desluce un poco. No obstante, las vistas son increíbles y la experiencia vale más que la pena. Se vuelven a ver muchos animales y se pueden sacar muy buenas fotos de elefantes y de hipos básicamente. 


 En este país es donde, quizás, más camiones tuneados se ven y por ende menos mochileros independientes.

Después de visitar el Chobe tengo que salir hacia el sur y empezar a desfilar para Jo´burg, desde donde sale el avión a casa. Así que decido hacer una última parada en el delta del Okavango. Éste se suele recorrer en unas canoas de madera que se llaman "mokoros", y que no son más que eso: una canoa de madera que se estrecha en las puntas y que se maneja desde atrás con palo muy largo que hace las veces de palanca. Es el medio que utilizan los locales para moverse por estas aguas poco profundas. Estuve dos días y una noche recorriéndolo, la experiencia vale la pena. Durante el día se hacen safaris a pie por la zona dónde se pueden ver multitud de cebras, ñues, elefantes, hipos... una triste historia justo acababa de ocurrir hacía una semana con estos últimos. Los hipos son muy agresivos y hay que ir con mucho cuidado. 




Resulta que en una zona bastante profunda la barca pasó por encima de uno, éste embistió la canoa y la volcó. Los dos guiris que iban ella salieron nadando y cap problema. El guía no sabía nadar, como suele pasar tantas y tantas veces, y acabó palmádola él y otro guía que le intentó ayudar. Se ahogaron los dos... es curioso ver como gente que vive en una canoa y que se pasa la vida cerca de un río no saben nadar, pero es mucho más frecuente de lo que podía parecer a priori. Yo ya me he encontrado muchos así a lo largo y ancho de este mundo...
La noche la pasas en un tienda de campaña y arropado por el barritar de los elefantes. Acojonante. 




La gente en Botswana, sin ser tan simpática como los zimbabueses, son muy tranquilos. No sé qué pasa pero en estos países de tan baja densidad de población la gente se toma las cosas con mucha más calma. Mucha gente, mucho estrés. Certicado alrededor del mundo. Si vas a un con baja densidad de población el ambiente está mucho menos cargado que al contrario. Así que la acumulación de gente sí va a ser un problema...

De Maun, desde donde visité el Okavango, salgo para Gaborone la capital del país. Para no perder la costumbre me tuve que levantar a las 4 am y coger un taxi que me clavó diez leuros. Diez euros en Botsuana, esto es para flipar, pero no te queda otra ya que la estación está lejos y a las 4 am no se ve ni al Tato ni el Tato te ve a ti. Del mes de viaje creo que más de la mitad de los días me he acabado levantado antes de las 5am... "esto no es mu sano" como diría un amigo mío... 

En el delta del Okavango

La gastronomía tampoco sería el punto fuerte de este país: no es que quiera, por que estoy hasta la polla, pero la mitad de los días uno acaba comiendo pollo frito con patatas. Es lo que se vende en la calle y lo que venden la mitad de los restaurantes baratos. No hay mucha comida en la calle ni muchas frutas, básicamente: mandarinas, plátanos y manzanas. En asia o en sudamérica no hay problema para acabar comiendo en cualquier puesto callejero por un par de euros máximo, aquí no. No hay puestos callejeros y la comida en la calle escasea, así que cuando vas en tránsito o no conoces mucho el lugar acabas con el puto pollo con patatas fritas...





Pasando la tarde-noche en Gaborone salgo en mini bus bien temprano para Johannesburgo. Llegada a la megaurbe.  Aquí los hostels en el centro escasean, por no decir que son inexistentes. De nuevo taxi y para los barrios periféricos dónde están la mayoría de hostales, albergues o como coño quieras llamarlos. Después de la experiencia de mi aterrizaje (que acabé en un lodge donde Cristo perdió las alpargatas) decido ir a un lugar más céntrico para conocer algo de la city. Voy para el barrio "bohemio", tan "bohemio" que después de una hora de buscar alojamiento no hubo manera humana de alojarse por menos de 50 euros. 50 eurazos, la vírgen santa. Vaya con el mochileo del siglo XXI... Es una barrio de blancos ricos que viven, literalmente, atrincherados en sus lujosas casas. Tal es así que cuando fui al albergue la tipa no me quería ni abrir la puerta... hasta que asomó el hocico personalmente. Hay una paranoia muy importante. Lo fui constantando durante el día que pasé por allí: casas alambradas y electrificadas, gente desconfiada etc etc... Con el poco tiempo que pululé por la zona me quedó una cosa muy clarita: los negros en un sitio y los blancos en otro. 

Salí a tomar algo por la noche y era palpable, tangible, corpóreo y empírico los que eran los bares de blancos y los que eran los bares de negros. No es muy difícil notar la diferencia: entré en un bar y todos eran más blancos y rubios que yo, TODOS, ni un negro. Giré la esquina y entré en otro bar: el ÚNICO blanco era yo... Me trataron bien en los dos bares, lo tengo que decir ;)  Así que no hacer falta ser ningún lumbreras para darse cuenta de la faena que queda por hacer aquí, mucha y ardua. Apartheid no habrá, pero racismo bufff...  
Y aquí finaliza mi periplo africano volviendo sano y salvo, espero, a Barcelona.

Nos escribimos en el siguiente!!!!!  



El fruto del Baobab!!!  Comestible ;)



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