domingo, 18 de diciembre de 2011

CRÓNICA GUATEMALTECA II




De Flores partí hacia Semuc Champey que es un topónimo de aquellos curiosos.  En Semuc hay toda una serie de piscinas naturales fluviales, de color verde esmeralda, que deleitan los sentidos de cualquiera que llegue hasta esta apartada zona de Guatemala. No hay nada más que un par de lodges la mar de baratos, no te queda otra que hospedarte ahí ya que no existe ningún pueblo, todo son casas esparcidas por las montañas. Aún así es una pasada y son muy baratos. No se aprovechan demasiado del "bipolio" que tienen, pero tiempo al tiempo... 


Después de un par de días en Semuc  parto para Nebaj, en las montañas de la sierra de los Cuchumatanes. Allí tenía pensado hacer algún trekk, dentro del triángulo Ixil, etnia y cultura predominante por aquí.
En Nebaj hay poquísimo turismo, de hecho los cuatro o cinco días que he pululado por aquí he acabado siempre viendo a los cuatro guiris que somos. Ya me han referido, en varias conversaciones con locales que comen del turismo, que ha bajado muchísimo el flujo de visitantes, en los dos últimos años se ha notado en demasía. Al parecer es una mezcla entre la crisis y la mala info que se vende de Guatemala por el mundo. En los últimos tiempos parece que Guatemala está recibiendo el relevo de Colombia, que ahora parece ser la tierra prometida (todo los mochileros que voy conociendo están deseando irse para allí, !y no me extraña!)  Se vende mucha basura de este país sobre todo el tema del narcotráfico, las maras, la inseguridad etc etc... pero vamos, como siempre, que si no vas por suburbios de la capital no creo que vayas a tener más problemas. Ya llevo casi un mes en este país y me está apasionando, de hecho me he quedado anclado en un pequeñito pueblo del lago Atitlán, y nadie me ha contado nada sobre robos violentos o cosas por el estilo. Y hay gente que lleva rulando muchos meses por aquí...
En Nebaj compartí comida, en el restaurante del hostel, con Victoriano que resultó ser una persona de mucha talla y con la que me hubiera gustado permanecer mucho más tiempo, pero no pudo ser. Victoriano es un "obrero" como dice él. Operario de maquinaria. Le pregunto que cuanto tiempo lleva haciéndolo y me dice que un porrón de años. Más tarde me narró la curiosa forma de cómo aprendió su oficio... Victoriano fue guerrillero durante la larga y cruenta guerra que sucedió en  Guatemala y en una de esas le asignaron una misión: tenía que ir al DF, capital mexicana, a recoger armas, munición, trajes y toda la parafernalia armamentística. Al llegar a la frontera, por diferentes motivos, se vio imposibilitado para cruzar. Los días pasaron y se quedó sin guita. Así que buscándose la vida acabó conociendo a un tipo que le ofreció algo de dinero si trabajaba con la máquinas que por allí se utilizaban. Se puso manos a la obra y en pocos días ya dominaba los útiles y máquinas, con lo que pudo hacer cash y seguir para DF de nuevo. Así cumplió la misión.
Estuvimos platicando sobre la vida de entonces, la condiciones, lo que se había conseguido etc etc. Según él en Guatemala no se había firmado una "Paz", se había firmado "un silenciamiento de fusiles" y aún quedaba mucho por hacer. Me quedé con muchísimas ganas de seguir charlando, tenía un vocabulario y una oratoria excelente, pero justo volvía al trabajo y luego marchaba a otro destino. Da igual, pude disfrutar de su compañía durante un rato. Todo un regalo para moi.
Toda esta zona de Nebaj, que forma parte del denominado triángulo Ixil, fue uno de los lugares donde la guerra mostró su cara más dura. Se exterminó a un sexto de toda su población. 








Extraído la red:
Ixiles: contadores de historias fantásticas
Los relatos de los “Alol o’tlayol” o contadores de historias, caracterizan a los ixiles, originarios de los municipios quichelenses de San Gaspar Chajul, San Juan Cotzal y Santa María Nebaj.
Es famosa la historia del envidioso a quien castigó Tiixh, Dios Mundo. “Bajó a la costa a cortar caña de azúcar. En el camino vio un pequeño collar, el que se tragó cuando notó la cercanía de otros hombres. De inmediato, murió, pues el collar se convirtió en culebra. Tiixh lo castigó por no enseñárselo a otros”, refiere el relato.
Los trajes ixiles son de los más vistosos de Guatemala.
En Nebaj se cuenta que Tznxelal Almika -Corazón del Cielo- era muy cercano a los ixiles, pero éstos comenzaron a espiarlo. Debido a ello, dispuso castigarlos con una lluvia de fuego. A los sobrevivientes se les asignó la tarea de cuidar a los hombres y son conocidos como “Señores de los Cerros”.
Además de contar con una rica tradición oral, los ixiles se dedican al cultivo de la tierra y al trabajo artesanal. De singular reconocimiento gozan los tejidos que elaboran sus mujeres, así como los famosos sombreros y bolsas de Nebaj.
También se destacan en el manejo de la pólvora, la cual comenzaron a trabajar en 1794. Desde esa fecha elaboran cohetes, ametralladoras y bombas voladoras que se utilizan en fiestas patronales u ocasiones especiales.
Los habitantes del llamado Triángulo Ixil integran uno de los pueblos mayas que con mayor intensidad sufrieron el conflicto armado interno. Debido al mismo, se desplazaron a otros departamentos del país o al sureste de México.




 

Anduve caminando por las montañas Cuchumatanes durante un par de días con Nicolás, un guía Ixil. Toda esta zona está repleta de aldeas, sus mujeres vestidas con sus típicos trajes y los hombres con sus típicos sombreros. Los niños se asustan al verte aparecer por el camino y salen corriendo a casa, luego cierran las puertas. Una vez ya has pasado asoman el hocico para verte de espaldas, entonces te giras y los sorprendes y vuelven a salir corriendo. Si consigues hablar con ellos van perdiendo la vergüenza poquito a poco. No hay mucha gente haciendo trekking por aquí y los chiquillos son muy tímidos.
Nicolás, el guía, es un viejito de 64 abriles que, pienso, algunas pateadas ya se le hacen muy largas. El segundo día caminamos alrededor de once horas y acabó más roto que una constelación de porrones. Aún así es un buen laburo para él y se gana más guita de la que podría ganar en cualquier otro de los que pudiera conseguir por acá. Lleva 8 años haciéndolo, desde que se creó este proyecto de guías ixiles. Es un proyecto local que ayuda y da oportunidades a la gente  que vive en estas aldeas de los aldedores de Nebaj. Todo es muy muy muy muy y más básico. Os aseguro que alguien medianamente escrupoloso lo iba a pasar fatal en estos "home stay" (estancias en casas locales). Interesante para ver cómo son las viviendas por dentro. Aquí duermes con ellos, en la misma habitación, no hay algo habilitado para los guiris, todavía no han llegado a ese nivel.





Después del trekking poco más que hacer en la gélida Nebaj, mucho frío y poca ropa de invierno en mi mochila. De allí salí para el lago Atitlán, concretamente para Panajachel.  La primera impresión que tienes al llegar al lago es: !wow!, acojonante. Cuando lo ves por primera vez rodeado  de todos sus volcanes tienes la sensación de formar parte de una postal. La línea ascendente, sin fisuras, del volcán, que sale del lago y sube y sube sin parar es una maravilla digna de admirar. Han pasado ya más de dos semanas desde que llegué y no dejo de maravillarme con la imagen, este lugar tiene una fuerza telúrica increíble, el volcán te habla, te atrapa. Puede parecer raro, pero cuando cae la noche aún sientes más su presencia, en especial el San Pedro que es el que más cerca cae de San Marcos la laguna. Las nubes se encallan, en sus crestas, y suele verse un cielo completamente limpio y varias nubes enclavadas en la cima del volcán. Un cielo estrellado acompaña cada noche a la postal. Pura magia.
En Panajachel hay muchos vendedores ambulantes, artesanos, tienditas para comprar todo tipo de presentes y una calle principal que baja hasta el lago. Abundan las vendedoras de la etnia Kachiquel, que es la oriunda de toda la zona. Conocí a una de ellas, Margarita, con la que incluso salí a tomarme unas copas. Toda una experiencia salir con una mujer kachiquel y con su vestimenta típica, nada de tejanos ni faldas occidentales. Bastante surrealista la escena, pero muy muy divertida y fructífera, ya que la psique de Margarita podríamos decir que estaba "poco sujeta a convencionalismos" de cualquier tipo, sea de la cultura que sea. Vaya peaSo de catacrack. Acabamos bailando en uno de los garitos de Pana hasta las tantas de la matina. Toda una experiencia, lo juro por el lago Atitlán. 




En Panajachel no hay mucho que hacer,  es el pueblo más turístico y sólo sirve como primera toma de contacto con el lago. De ahí ya puedes partir en lancha para la multitud de pueblitos, todos con nombres de Santos (San Marcos, San Pedro, Santa Clara, Santiago...), que "orillean" las aguas del mismo.
El segundo día decidí salir a conocer San Marcos la laguna, que es un pueblito a media hora en lancha de Pana. Era un día de esos que has dormido poco, resacoso, cansado, roto por dentro como diría la canción, y fue llegar a San Marcos y flipar. Es un pueblito pequeñito que tiene varias partes diferenciadas, la más bonita es la que está pegada al muelle y, por ende, la primera que recorres. Bajas de la lancha y te metes en unas callejas, intrincadas, de piedra, de metro y medio de ancho. Empiezas a ver escondidos centros de masaje, algún que otro hotelito rarísimo, y acabas saliendo de nuevo al lago. Al final tienes que preguntar para salir del laberinto.
Después de andar por las callejas me siento a comer, y beber, algo y me pongo a leer a Jung. En esto que pasa un tipo, se me queda mirando y me pregunta que qué leo. Comenzamos a charlar un poquito y ya me di cuenta al toque que era medio raro, por decirlo de alguna manera. Total, que pasado un rato se me pone a leer las líneas de la mano y a comentarme algunas cosas sobre mi aura y su color. Tres cosas me dijo y tres cosas acertó, no os voy a engañar. No eran muy muy muy muy concretas, pero tampoco eran aspectos generalísimos que cupieran para cualquier persona. El personaje, el Doctor Bill, resulta ser todo un personaje. Es un norteamericano que lleva muchos años trabajando en Guatemala, en comunidades remotas. Practica una medicina "alternativa", no la alopática. Trabaja con plantas y con los chamanes de muchas de las comunidades que visita. En ocasiones un helicóptero lo suelta en medio de ningún sitio y de ahí tiene que patear varias horas para llegar a lugares donde no se llega de ninguna otra manera, alejados de cualquier punto. Pasadas dos o tres semanas vuelve el helicóptero al lugar donde lo dejó... Ya os digo que en  San Marcos abundan los "personajes" en el buen sentido de la palabra.
Paseando por los callejones ves varios tableros informativos que anuncian un montón de cursos, a saber: masajes de todo tipo, ya sueco ya shiatsu o reflexología o auriculoterapia o acupuntura o cupping o lo que quieras, doscientos mil cursos de yoga, cursos de meditación y demás. Es muy divetido ir a mirar las novedades a los tableros informativos, es algo que ya se ve en muy pocos lugares.
San Marcos es un lugar donde se dan cita personas de todo el mundo para aprender todas estas técnicas. Muchos vienen por el yoga, otros tantos por la meditación, otros por los masajes, otros por todo a la vez y otros mochileros que buscan un ambiente más relajado que en los pueblos de alrededor.
Hay cosas interesantísimas en este lugar, muchas oportunidades de aprender a precios mucho más asequibles de los que puedes encontrar en Europa. Aparte, y esto no es casual obviously, que está donde está. Un punto energético que te cagas, ya os digo que aquí los volcanes se hacen notar y si te tropiezas con una piedra verás que debajo de ella se esconden un par de brujas... ;)
Aún no sé muy bien como, pero acabé apuntándome a un curso de "full body massage" de 8 días y unas cuarenta horas... que ha acabado siendo una experiencia maravillosa, divertida y muy instructiva para el menda lerenda, compartiendo clase con un peña majísima, pero eso ya os lo cuento en la siguiente...

Un pedazo de abrazo


1 comentario:

  1. "En Panajachel no hay mucho que hacer, es el pueblo más turístico y sólo sirve como primera toma de contacto con el lago".
    Jajajajajaja no creo que hayas conocido bien este municipio... si vas a otros municipios mas pequeños, alla si que no hay nada que hacer... pero en Pana, en Pana, es contradictorio decir que es el mas turistico diciendo tambien que "no hay mucho por hacer"... vola en parapente, tour en lancha, visita miradores, visita las playas, la iglesia católica que data de 1525, comprá recuerdos en la santander que por cierto aunque la recorras mil veces las mil veces vas a encontrar algo nuevo... esta muy mal tu comentario "no hay mucho por hacer".

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