lunes, 2 de septiembre de 2013

REFLEXIONES DE REPTAR POR CASA






Hace ya bastante tiempo que dejé de seguir la "actualidad" que los medios nos imponen, pero me queda alguna rémora del pasado (aunque espero que con cierto tesón en breve no quede ni ésta). Cuando me levanto, y no salto de la cama porque la tengo a ras de suelo, suelo poner el canal 3/24 de lo que vendría siendo la Televisió de Catalunya. Supongo que es lo que tiene vivir solo en un sobreático, a veces uno quiere oir voces around. Así que durante este estío, y así a bote pronto, me han venido recidivamente, como las micosis, dos pensamientos producto del visionado de estas noticias: el primero es sobre las cansinas guerras de EEUU, y sus aliados, contra los supuestos enemigos de la democracia y la libertad, y tal y tal, y todas esas gilipolladas que a cualquier persona con dos dedos de frente no pueden provocarle más que un principio o directamente una úlcera de estómago. Sin entrar en detalles escabrosos que no vienen al caso, verbi gratia: poner reiteradamente los vídeos de las personas gaseadas etc etc, es curioso ver lo que se desata cuando a alguien le da por matar con gas. Sarín, sarón, sarún, de pimienta o de ajo. Puedes cargarte a miles y miles de seres humanos con fusiles, misiles, tanques (patrocinados por el poder of course) o cualquier tipo de arma asesina y no pasa rien de rien, se mantiene el Status Quo de violencia diaria, pero tiras un poco de gas y se lía un-pollo-que-para-qué-te-cuento. Dicen que eso no está contemplado en las "leyes de la guerra", y es que la guerra está regulada. Manda huevos. Imagino que el gas debe ser muy barato y no sale rentable para las empresas armamentísticas o algo así. Además el gas no jode las estructuras, léase edificios y vías de comunicación, y luego no pueden ir los EEUU a sacar beneficios con sus empresas mercenarias. Por ahí andarán los tiros, y no los gases, o igual es que ya tocaba sacar el stock de misiles y habrá que tirarlos que caducan. Y es que los misiles no se comen como los yogures caducados. Nada, un pequeño apunte sin entrar en detalles ni arduas disquisiciones. Lamentable. 

La segunda reflexión y que también ha sido harto recurrente durante todo el verano es el tema del turismo en Barcelona. Al parecer los visitantes rusos, y también algunos chinos, acaudalados son la hostia. La requetehostia.Tienen sus propias boutiques de artículos de luxury y se dejan un montón de pasta, vienen en hordas y son increíbles, es el turismo que interesa (siempre sale el gerente de algunas de estas tiendas comentando el alto poder adquisitivo de estas personas y alguna clienta emperifollada comprando joyas y diciendo lo bien que les tratan en la tienda y lo bonita que es Barcelona). !!!Wonderful Barcelona!!!!!Hay que promocionar que venga este tipo de gente. El que tiene guita, el que tiene mandanga, que viene unos días y se deja un potosí es el que interesa. Al otro que le den por el culo, ya sean jóvenes hambrientos de experiencias o gente de poco consumir. El lumpenproletarioado pa-qué, que se quede en casita y a currar sin rechistar que es lo que tiene que hacer. Que no le dé por viajar mucho a ver si le va a dar por ponerse a pensar y la vamos a liar. Hoy más que nunca rige el "Barcelona és bona si la bossa sona".  Que vengan los nuevos rusos ricos y nos importen sus modales y su saber hacer...

Ríos de tinta saldrían con estos temas, pero ná, dos reflexiones de tres al cuarto de un lunes cualquiera. O no. 
Salud

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