Partiendo de Barcelona a las 10 ante meridian, nueve horas de vuelo transatlántico, y llegando a NYC a las 13 post meridian. Ni me lo creo, ya que parece que últimamente sólo cojo vuelos que me destrocen el alma, saliendo o llegando a altas horas de la madrugada. Así que partiendo sin madrugar y llegando con luz solar, más a gusto que un arbusto.
Desde luego que después de tantos años de viaje y tantos tránsitos, intestinales y no, por los EEUU ya me tocaba parar por estos lares, y, la ocasión la pintaba en calva con Rotring de punta gorda, 850. Los vuelos de este periplo son: BCN/NYC, NYC/MIAMI/MEDELLÍN... SAN JOSÉ/MIAMI/BCN. Y dadas las causalidades de la vida me salía más barato hacer escala de cinco en días en Nueva York que tirar del tirón para Colombia. Más claro el agua, era el momento. No es el viaje que tengo pensado por este país, el que incluye mucha más naturaleza y parques naturales of course, pero por el same price me llevo el perrito piloto.
Entrego pasaporte en migraciones, por suerte con el mismo "ESTA", una especie de visado electrónico, que tenía del año 2013 ya que tuve que pasar por aquí y con validez hasta 2015, y el tipo se demora o se deframbuesa más de lo normal. Ya me huelo lo que pasa, no es la primera vez. Me dice que hay un pequeño problema, pequeño depende cómo, es latino y me lo dice en castellano. No me atrevo a responderle en catalán. No si ya, le espeto, no es la primera vez. Hay una persona buscada en EEUU que se llama igual que usted. No si ya, no es la primera vez (la primera fue el 2002 cuando retornaba de un año sabático por sudamérica, y ahí ya me la comí con patatas). Total que me llevan a una sala especial, me hacen unas preguntas de rigor, mortis, atención pregunta, la mantequilla se unta?, atención respuesta, sólo si el pan se tuesta... Es lo que tiene poseer unos apellidos tan comunes, mis progenitores son enormes, sin par, pero los apellidos legados se pierden entre sus iguales latinos. González o Gonzáles que más da, otro más. Por suerte, todo bastante rápido y aséptico. Bienvenido a los EEUU.
Como compañeros de viaje he elegido esta vez a Krishnamurti y sus diálogos con David Bohm, Viktor Frankl y el "El hombre en busca del sentido" y el "Sexus" de Henry Miller. Madremíadelamorhermoso cuanta sapiencia en mi zurrón. Y los llevo en papel, y pesan, pero me la suda cargar con dos quilos de más y saber que los tengo ahí para leerlos cuando me dé la real gana.
Como no podía ser de otra forma llego a la city leyendo a uno de sus oriundos, Miller. Un auténtico personaje neoyorquino, un capo. Con su claros y sus sombras, como todos, pero un auténtico master and commander de la literatura autobiográfica y precursor de la generación beat. A mí siempre me influyó. Ahí les tiro el dato, pum, por si alguno no lo conoce.
Lo primero que me encuentro nada más llegar es un frío que peta los granos, cero grados, y no voy a hacer la broma que ni frío ni calor. Putada por que teniendo que bajar luego para centroamérica todo lo que lleves de abrigo en la mochila te lo cargas volumétricamente por la feis. La parte positiva, siempre hay una, es que llevo las orejas frías, y la gente a mi alrededor también, y eso es un punto a favor que ya saben los que me conocen.
Y así recién llegadito te encuentras, para moi, una de las atracciones de NYC: su metro, que no es una isla de IndonesiO. Si visitas esta ciudad vas a pasar bastante tiempo rulando bajo tierra, primero porque es el sistema de transporte más barato y común y segundo porque no vas a tener huevos a salir de él en la parada que quieres. Llámame exageraO vale, pero sí. Ojito que como entres sin mapa vas a parecer Paco Martínez Soria llegando a los Madriles en 1960.
Fue inaugurado en 1904, tiene 26 líneas (más que las carteras de Julio Alberto y Maradona en los ochenta), casi 500 paradas, 1000km de vías y está abierto las 24h. Tu llegas ahí funcionando con la lógica europea de cada línea sus paradas constantes, un metro por cada lado en direcciones opuestas etc etc y aquí te las dan con queso y hamburguesa. Dentro de una misma línea te puede pasar que vas de una manera y al volver por la noche es diferente, no hace las mismas paradas, te puede pasar que piensas que el viernes es igual que el sábado y no, el finde cambian las reglas de muchas líneas, piensas que estás en el mismo andén del mismo sitio que estabas en el día anterior a la misma hora y en laborable pero resulta que hay trenes exprés que unicamente paran en ciertas paradas no en la tuya. Me cago en la puta que yo veia a los grupos de viajeros por doquier con los mapas abiertos de par en par compartiendo dudas y responsabilidades y yo ahí solico tol día comiéndome la olla con el puto metro y más tenso que el arco de Orzowei. Parará o no parará. Parará Papá, parará Pachín y la invención de la música. Creo que podría escribir un monólogo sobre el metro de NYC sin calentarme en demasía, y creo y pienso que la gente empatizaría ipso facto café torrefacto. Al final le pillas el truquillo, o el tranquillo para otros, está claro, pero tiene su qué. Estuve pensado en vender la idea de que lo pongan como prueba de orientación en las chiripitifláuticas oposiciones de bomberos. Tienes veinte minutos para llegar sin preguntar a...
Sin duda, lo mejor: la cantidad de músicos que hay repartidos a lo largo y ancho de las estaciones. He pasado varias horas asomando el hocico y aguzando el oído para ver si tenía que apearme a ver el espectáculo o no. Hombres orquesta con elementos reciclados, percutas varios y variopintos con baterías montadas o con elementos del mobiliario urbano, grupos de chavales bailando break dance (que me alucina desde siempre), orientales con instrumentos clásicos de su cultura etc etc. Algo que me sorprendió: la cantidad de gente que les da dinero, no sé lo que sacaran se me escapa, pero aquí la gente afloja la mosca. Para gustos los colores; muy interesante ver arte en movimiento por la megaurbe, claro que sí. Patrocinemos el arte.
En esta ciudad hay de todo, como en botica. La multiculturalidad no es un rasgo si no que parece ser la esencia de la misma, todas las razas y todos los colores están representados. Una vez vi un docu sobre el estudio del genoma humano y la base para el mismo la realizaban en el distrito de "Queens", uno de los cinco existentes, y ahora entiendo por qué. Allí se puede encontrar algún enlace con el ADN de la mayoría de los seres humanos de la tierra, y si vas tirando tirando y tirando llegas a la Eva mitocondrial. Multiculturality power.
Es una ciudad cara, hay que ir ojo avizor para que el presupuesto no se te dispare. Las entradas son caras, los alojamientos son caros, el alpiste es caro, hay que buscarse la vida para combinar por que si no los dólares se te van sin decir adiós. La putada es pagar un pastizal, creo que es el albergue u hostel que más caro he pagado en mi vida, que hayan dos literas con tres almas y tú, y dos de ellas recuerden por la noche que en otra vida fueron jabalíes cernúpetos, como diría Neruda. Mare meva, quina manera de roncar. Yo no ronco, sueño que soy una moto. Dix it.
Sin duda alguna, era un hombre tan y tan y tan pequeño que le cabía la menor duda, lo que más me ha impresionado de esta ciudad es la arquitectura que atesora. Una cosa es ver Manhattan en la tele y otra plantarse allí en medio y partirse el lomo de tanto mirar para arriba. Me juego el cuello, y nunca mejor dicho, que los fisios tienen faena con las tortículis. Qué manera de construir, aquí el edificio más bajo tiene doscientos treintaysiete millones de plantas, sin exagerar eh. Es algo que, más allá que te guste o no, se tiene que ver. Como viajero que soy no deja de ser algo espectacular, algo quizás único. He visto muchas polis en el mundo con rascacielos, ¿pero tantos como ésta? De ahí su sobrenombre de la ciudad de los rascacielos. Como bombero que soy no dejaba de plantearme la cuestión de tener que intervenir en semejantes mastodontes, ya por incendios ya por cualquier otro tipo de servicio. Menuda mandanga (como fui a visitar un parque de los compis pues me aclararon algunas dudas sobre los protocolos de actuación, aún así: impresionante...) Así que pasear arriba y abajo arriba y abajo por la quinta avenida, la sexta, park avenue etc etc se convierte de hecho en el mayor atractivo turístico de la city. Flipar y flipar, sentirse pequeñito ante semejantes creaciones e ir a la deriva como viandante.
De todos los edificios, el que consiguió deslumbrarme fue el Flatiron building, que a principios del XX fue el edificio más alto del mundo. Más tarde quedó enano of course. Le di una vuelta al mismo y lo observé desde diferentes ángulos y cuando me situé en el ángulo, no me acuerdo cual ahora mismo, en el que parece la proa de un barco es absolutamente espectacular. Menuda obra maestra. Es de esas obras orgásmicas ante las que podrías masturbarte. Rollo Síndrome de Stendhal, biutiful biutiful güonderful.
Otra característica arquitectónica sin par son los puentes que posee: Brooklyn, Manhattan, Verrazano-Narrows, etc etc cte cte, auténticas maravillas de la técnica. Cruzarlos andando, en metro, bus, o en taxi es toda una experiencia más que recomendable para el viajero.
Siguiendo con la cosas que me han sorprendido de Nueva York, y como sujeto observador que soy, es la cantidad de personas obesas que hay por aquí. Aquí no hay gordos, aquí hay gortres y gorcuatros. Next level. Había leído y visto mucho sobre la plaga de obesidad que adolece este país, pero venir aquí y verlo es otra cosa. Buf. No me lo podía creer. Hay lugares del mundo donde cuesta hartísimo ver un obeso, ya asia ya africa, en europa es bastante más común, pero lo de EEUU es harina de otro costal, si es que queda y no se la han comido. No salía de mi asombro. Cariacontecido. Hice el experimento de pararme varias veces y esperar a ver lo que tardaba en pasar alguna persona con obesidad (hablo siempre de obesos mórbidos no de diez o veinte quilos de más). Ni un minuto se tarda, de hecho en un minuto pasarán ante ti más de dos. Sí que es una pandemia sí, bueno, una demia por que el pan se lo han comido. Y no es de risa, es lo que hay. No es ninguna exageración todo lo que se habla en los docus como por ejemplo "Super size me". La cultura del fast food pasa factura amigo, ya ves si la pasa, y más a sabiendas de cómo furula aquí la sanidad. Esta imagen de gente obesa por doquier conlleva una reflexión constante de en qué nos estamos convirtiendo, o en qué nos hemos convertido, y cómo la cosa se nos ha ido de las manos, nada alejada del "medio mundo gordo y medio mundo cagándose de hambre". En fin, veremos que pasa. Si eres Taoista, siéntate y observa lo que pasa. Que la vida fluya a través de ti, como si fueras un tubo hueco... Que Dios, o Abraxas, o el principio cósmico nos pille confesados. Verlos salir del metro por las escaleras es una buena imagen para darse cuenta de lo que significa padecer esa enfermedad. Y otra es pillar un vuelo NYC-MIAMI y ver como la azafata tiene que dar cinco viajes para coger suficientes alargadores de cinturones de seguridad porque los normales no perimetran completamente toda la cintura...
El ritmo de NYC es frenético, a cualquier hora hay gente moviéndose, gente por doquier, gente pululando. Rápido te das cuenta que no estás en Castellfollit de la Roca. Personalmente, al menda, redundancia, esta velocidad y este gentío me desborda a little bit, me adapto, obvio, me crié y vivo en Barcelona pero a veces me imagino retozando en un charco cual animalejo silvestre. Es una ciudad más para vivir los veintes que los tardíos treintas, así a bote pronto. Claro que en cinco días la visión es muy somera y me he quedado con ganas de descubrir más aristas de este multidisciplinar lugar, en especial la cultural, que emana a raudales, todo hay que decirlo. Next time. Güilsi.
Algunas curiositys que me vienen a la cabeza:
1) Aquí los mecánicos de motos trabajan menos que los Reyes Magos que solo curran un día y encima es mentira. Hay poquísimas. Hace frío, muy cierto y veraz, pero me ha sorprendido ver tan y tan y tan pocas motocicletas.
2) Si el folletti de Henry Miller hubiera vivido en esta época, probablemente, y digo probablemente, se le hubiera caído la polla a cachos en un par de semanas tirando largo. Aquí las redes sociales funcionan, joder si funcionan. Habría que hacer un estudio sobre eso. Un día me pongo. All you need is love...
3) Iba todo el día pensando: "joder, cuantos hoteles la vírgen santa"... hasta que me di cuenta que en varios barrios de la ciudad los portales de los edificios residenciales tienen unas entradas muy parecidas a las de hotel, rollo marquesina, con porteros incluídos. No voy a decir lo que tardé en darme cuenta. Llamarme Paco, por que ese es mi apócope.
4) Ni por asomo me imaginaba que se hablaba tanto castellano en New York. Sagerao. Cada dos por tres seis escuchas una conversación en castellano proveniente de algún latino. Ha sido sorpresivo por la cantidad, especialmente los currantes de los hostales, los starbucks, los restaurantes, los curros poco cualificados. Yo creo que te puedes mover fácilmente sin tener ni pajotera idea de inglés, siempre encontrarás a alguien que te eche un capote en spanglish. Brutal.
5) Anécdota: el primer día que llegué estaba nevando, un frío glacial que no hacía ninguna glacia, los pingüinos de magallanes con bufanda por la quinta avenida, sumado a que con el desfase horario llevaba un montón de horas despierto y comiendo medio mal, cagado de frío dando vueltas acabé en Chelsea, y no me refiero al equipo de fútbol, un montón de galerías de arte, muchas, en una de esas veo que en una de ellas están haciendo una presentación, lo imagino yo vamos, una oriental tocando un piano Steinway&Sons, maravilloso, y una mesa llena de peña de pie bebiendo y disfrutando de un piscolabis, ni corto y menos perezoso me meto, aterido, primero disfruto de la excelsa intérprete y después me arranco hacia la mesa. Me pillo un vasico, me escancio vino y puedo prometer y prometo que ese vaso de vino: ES EL MEJOR VASO DE VINO QUE ME HE BEBIDO EN MI PUTA VIDA.
No se me ocurre mejor manera para cerrar esta crónica amiguit@s.
Felices fiestas y a disfrutar como más os venga en gana.
Cuidarsus.
Muackssssssssssssssssssssssssssssss
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