martes, 26 de mayo de 2015

BOMBEROS RESCATANDO GATOS: DESMONTANDO MITOS










No se me ha ocurrido mejor título que éste para el escrito, y es que hay mucho mito suelto sobre los bomberos y el rescate de gatos. Como siempre la televisión ha hecho mucho daño en la psique humana y no humana. Mi objetivo es desmontar este mito durante las siguientes líneas.

Es harto común cuando eres bombero y empiezas a hablar con alguien que te acabe preguntando qué es lo que haces exactamente aparte de apagar fuegos. El desconocimiento es general, y entendible,  y más temprano que tarde aparece la pregunta (atención pregunta: ¿la mantequilla se unta???, atención respuesta: solo si el pan se tuesta) ¿y rescatáis gatitos de los árboles? Ahí aparece el imaginario colectivo cinematográfico. 

Sí, rescatamos gatitos of course. Y es un servicio nada infrecuente (doble negatio afirmatio est). Pero normalmente, que también, no los rescatamos de los árboles sino de los patios de luces de los edificios de la Ciudad Condal, que en breve esperemos que sea la Ciudad Colau o la Ciudad ConADA.

Suena la alarma en el parque: "Salida de tanque ligero, rescate animal, gato". Así que una vez suena la alarma sale un camión y en ocasiones, dependiendo del turno y del mando en cuestión, una furgonetilla para llevar los enseres necesarios, a saber: una caja de transporte de animales, un salabre, un palitroque con lazo, unos guantes de soldador que nadie se pone nunca, y una máscara de gata persa en celo por si las moscas. Esto último no, claro. 

Así que el servicio "tipotípico" sería algo así: un gato que se ha caído desde una ventana al patio de luces, más que curioso porque lo que menos hay es luz en esos patios, y en los bajos del edificio no hay nadie en ese momento y la dueña (por que suele ser dueña en el noventa por cien de los casos, la conexión entre mujeres y gatos no la voy a descubrir yo por que está más que estudiada) no lo puede coger de ninguna manera. Ahí llegamos nosotros. Empieza la historia. Y claro, si fuera tan sencillo como puede parecer no me habría dado para un artículo como éste, así que dada la enorme complejidad del asunto me voy a erigir como adalid de las historias gatunobomberiles y os voy a relatar unas cuantas que me vienen ahora mismo al garibolo. Espero sean de su agrado.


La primera que me apetece narrar, y respetando por así decirlo un orden cronólogico, fue mi primer rescate gatuno. Nunca lo olvidaré, aprendí varias lecciones que aún me sirven pasados los años. Total, un gato que estaba en una especie de terraza dentro de una casa okupa de varios niveles y a la que solo se podía acceder, por cuestiones que no vienen al caso, desde un nivel superior. Así que había que bajar con cuerdas, como casi siempre hacemos. Me ofrezco voluntario a bajar, es mi primer gato, ¿dolerá?, mi primera colonia Chispas (leerlo con tonito de anuncio). Me acomodo cual dragón de Comodo, me cierro cremalleras, me pongo mi casquito y pabajoquevoymáschuloqueunocho. Llevo la caja de transporte de animales conmigo. La terraza no os la imaginéis, como los patios de luces, límpida y completamente libre de trastos y enseres, eso no existe ya os lo digo yo, eso es una entelequia. Los patios de luces o terrazas donde se caen los gatos es el lugar donde van a parar todas la cosas inservibles de la vía láctea y de nuestra vecina andrómeda, aquellos objetos que desaparecieron de vuestras vidas sin ninguna plausible explicación están en cualquier patio de luces de vuestro vecindario, y no tiene por qué ser el vuestro: sillas, mesas, cajas de racholas, latas de cocacola, colillas, somieres, libros, discos de vinilo, gramófonos, ordenadores, condones, compresas, sinpresas, revistas porno de los años 80 con coños hirsutos y hojas amarillentas,  y mil cosas más que queráis imaginar. En fin Serafín...

Así que ahí estoy  viniéndome arriba en mi primer rescate gatuno. La terraza tenía unos 30 metros cuadrados, plus minusve. No lo veo pero hay un gato, sé que hay un gato por ahí porque lo hemos divisado desde arriba antes de aterrAzar, de terraza. Está escondido entre la maraña infecta de objetos. Pórtate bien conmigo por favor que es mi primer servicio y está toda la peña mirando arriba, porfi, no seas cruel que sé de buena tinta que esto se puede complicar. Dejo la caja en el suelo (donde tenemos que intentar meterlo para subirlo arriba y sacarlo del atolladero). Busco al gato, es negro, lo localizo en una esquina metido entre quinientos cincuenta mil millones de patas de sillas y mesas. La primera táctica que utilizo es poco invasiva y amistosa, es lo que he visto hacer otras veces, vamos lo que sería la bandera blanca en las batallas humanas. Le pongo la caja con la trampilla abierta, mirando hacia él, me arrodillo y como no sé como se llama hago el archiconocido sonido de tststststststtststststststs   tststststststststststst moviendo los dedicos como un gilipollas. Sí, por que la imagen una jartá de cómica: un bombero de rodillas a dos metros de un gato haciendo una especie de patético ronroneo y rezando para que el gato salga de allí y se meta en la caja sin darme mayores problemas. Vamos, que eso es más improbable que sacarle un seguro a todo riesgo al coche fantástico yendo a Mapfre David Hasselhoff con toda la almendra, ni en mis mejores sueños me lo creía. Transcurrido un tiempo que estimé prudencial haciendo el gil infructuosamente pasamos a la fase dos. Si el gato no va a la caja la caja va al gato, mutatis mutandis. Así que, a medio gas, empecé a apartar mesas y sillas para intentar llegar a la puta esquina, claro cuando ya iba por menos de medio camino el gato hizo un par de ágiles movimientos y desapareció en un universo no visible. Se oyen risas desde arriba, soy novato no estoy acostumbrado y me tomo esa hilaridad de una manera demasiado personal. La cosa se empieza a poner interesante. Visto que con la caja no me voy a comer un torrao en esta lucha la dejo en el suelo y voy directamente a intentar cogerlo. Primero tengo que volver a localizarlo, y desde arriba me dan señas de que se ha desplazado a la región suroeste. Aquí es cuando ya empiezas a pensar: lamadrequeparióalputogatodeloscojonesquemevaadejaraquíenridículo, y eso que esto acaba de empezar. A mí me gustan los gatos, y las gatas, que conste en acta, y no voy a convertir este ensayo en un panegírico sobre el amor de los bomberos a los gatos y animales en general pero en los servicios con animales implicados procuramos ser lo más respetuosos posible, aunque dadas nuestras limitaciones y las circunstancias en que actuamos no siempre se puede...

Así que otra vez divisado el minino inicio el segundo intento de contacto humanogatuno. Está quieto, me mira fijamente, y en una posición espacioterracil mucho más idónea que la anterior. Voy a por él, no muy decidido tengo que reconocer, la falta de experiencia hace mella en mí. No tengo la certeza de que lo vaya a atrapar, y así es efectivamente. Cuando estoy a menos de medio metro de él me doy cuenta que un gato es un felino, y un felino es un felino. Cualquiera que vea los docus de mediodía de la 2 sabe de lo que hablo. El gatonotas metió sincrónicamente un maullido sideral y un bote en estático que le llevó casi hasta el borde de los anillos de Saturno, el Javier Sotomayor de los gatos. Pabernos matao, yo estaba flipando con el salto que había pegado, me había pasado por encima así como quien no quiere la cosa. Más vale gato en mano que ciento volando. Y de nuevo desapareció en la nebulosa. Ahora sí que ya oia perfectamente la hilaridad desatada entre mis compañeros, los comentarios que venían desdes arriba: "jaajajajajajajaja jajajajaja  va Fran que no tenemos todo el día para pillar al gato ajjajaajajajajajajjaaj quieres que baje otro o qué ajajajajajajajajajajajjajajaj  venga que seguro que sale un fuegaco y nosotros aquí esperando que pilles el gato toda la mañana  ajajajajajajajajajajjajaj vamos que se enfría la comida ajajjajajaajaj se reia ya hasta el sargento. Lamadrequemeparió. Y es que desde arriba es muy divertido todo, también he vivivo muchos rescates con una visión cenital.
Tercera intentona, a la tercera va la vencida, o almenos eso dicen por ahí. Visto que el gato por la buenas no iba a acceder y que a medio gas me había hecho una carolina a la inversa decidí ya utilizar la táctica Mad Max en la cúpula del trueno, entran dos y sale uno. Pero aquí vamos a salir los dos y tú metido en la puta caja esa que le estoy cogiendo ya una tirria que para que te cuento. Taumaturgo no soy, así que  ya iba completamente decidido a coger al gato como fuera y, obviamente, iba a tener que ir muy rápido y a usar bastante fuerza sino aquello se estiraría hasta el infinito y más allá, y va a ser que no. Lo cojía sí o sí. Localizado de nuevo en la región noreste de la terraza me fui hacía a él con férrea convicción, estaba debajo de una mesa y entre unas cajas. Me fui aproximando pausadamente, observándolo, sabiendo que en cualquier momento él saltaría o intentaría zafar por algún lado y yo ojo avizor al movimiento que hiciera para lanzarme, literalmente, sobre él (no podía utilizar ningún útil ya que todo estaba llenos de trastos). Tal cual Pascual. Cuando estaba ya a menos de un metro el gaticotigredebengaladecampodefútbol intentó hacerme una cola de caballo a lo Romario de Souza Faria y zafar por un lateral pero yo me tiré hacía él a los Benji Price en sus mejores episodios. Han pasado bastantes años y aún lo recuerdo con pasmosa nitidez. No sé de dónde lo logre asir en un principio si del rabo o de una pata, la cuestión es que lo encalomé y le hice ya una presa pittbull, esa vez ya no se me podía escapar. Medio tirado en el suelo y cogido el animal éste empezó a moverse y a intentar zafar como alma que lleva el diablo (los que hayan visto a un gato rebotado de verdad, o a una gata en celo defendiendo a sus cachorros, ya saben a lo que me refiero, la velocidad y la fuerza que desarrollan es unbealiveble) Así que él intentaba con todas sus fuerzas liberarse de mis manos y entre otras cosas, como aún no había logrado pillarle por detrás de la cabeza, me mordía constante y fuertemente. Y pica mamá porque los guantes que llevamos los atraviesan como mantequilla. El iter temporal de esta escena es de  escasos segundos: mientras mis manos luchaban con su cuerpo para ganar una posición ventajosa que me permitiera dominarlo el me mordía y se movía de una forma infernal. Hubo un momento que le estaba apretando tanto al pobre animal que pensaba que lo iba a partir por la mitad, pero no había tu tía. A la sazón y con desazón lo pille con una mano tan fuerte detrás de la cabeza que le impedía que pudiera girarla más ya que me estaba machacando con tanto bocado y con la otra lo apretaba contra mi cuerpo para que no pudiera zarandearse más, obviamente mi pericia y savoir-faire no era la del encantador de serpientes del Discovery Channel (en mi descarga diré que he mejorado con el paso de los años) Llegó a soltar varios chorracos de pis, alguno contra mi chaquetón, !ay qué chorrazo!, cosa que hacen a veces debido a los nervios que pasan. 
Fue así que con mucha más pena que gloria logré meterlo dentro de la jaula, que tampoco es sencillo en estos casos, el cabrón que la diseñó podría haber hecho la trampilla algo más amplia, y atarlo para que lo subieran de vuelta a la civilización... Qué alivio para él, y para mí!

No siempre es tan complicado rescatarlos por que en algunas ocasiones ellos colaboran, aunque las menos. Esto es: pones la caja con la trampilla abierta, o la bolsita de transporte que suele tener la dueña arriba y el gaticogatica se mete en ella  directamente cuando se la pones delante. Esto también me ha pasado y os puedo asegurar que es una sensación orgásmica cuando ves que se mete de frente en la caja y sin decir ni miau. Se te suele escapar una ay de alivio... Otros en la caída se han herido, recordar que suelen caer de los pisos de arriba o de muy muy arriba, y no se suelen mover mucho, te ven bajar vestido de astronauta, acercarte a ellos lentamente y no se mueven, se quedan mirándote tranquilamente pq saben que los vas a sacar de ahí. Se dejan coger sin ninguna resistencia y de forma dócil y amable los metes en la cajica y para casica. El resto pues son como es el que os he relatado más arriba, están tan asustados que dan la vida para que no los atrapes y eso se convierte en una lucha fraticida. Con el tiempo y la experiencia vas aprendiendo que una vez calibrada la situación en la que se encuentra el animal, ya tranquilo, ya observante, ya nervioso, ya agresivo utilizas una táctica u otra y que es mucho más efectivo ir con seguridad y firmeza que titubeante y dubitativo. Pero siempre hay sorpresas, surprises, en bomberos nunca sabes que te vas a encontrar hasta que llegas al lugar, y, una vez en el lugar, todo puede cambiar en cuestión de segundos... Verbi gratia:
  
Nos llaman para uno de los susodichos rescates. Piso noveno o décimo, mu mu alto. Resulta que el gato ha saltado a la terraza de abajo, la del piso inmediatamente inferior, y lleva un rato ahí sin subir. ¿ Señora, pero para esto nos ha llamado? Es que lleva ahí mucho rato y no sube nos dice. Ya subirá por donde ha bajado señora, si esto es lo más normal del mundo, que los gatos son gatos no hipopótamos. En Barcelona el cipotismo es general, a veces es increíble las llamadas que recibimos. Cipotismo de cipote, vamos tontería supina. No das crédito, menos que los bancos. Zona alta de Banna, todo hay que decirlo. Como ya nos hemos desplazado hasta allí pues bien, por lo menos intentamos hacer algo porque si no queda como el culo tener allí a cuatro tíos haciendo el gil. El gato está la mar de tranquilo y la situación no tiene ninguna emergencia. El caporal dice que bajemos a ver si lo podemos pillar. Me descuelgan hasta la terrraza y tal y como pongo el pie en el suelo el gato pilla y se va directamente a la linde, justo en la fachada del edificio en la mismísima esquina. Hay una especie de pilastra separadora y ahí en la base, a casi 30 metros del suelo, pilla y se apalanca tranquilamente. Yo cariacontecido me quedo pensando: "pero qué haces hijo de la gran gata que la vas a liar!!!!". Si se cae en ese momento imagina la cara que se te queda, que parece que lo hayas tirado tú. Miro para arriba a ver qué comentan y les digo que yo no me acerco ni de coña, a ver si le va a dar por saltar y la liamos parda oscura morada. Y justo en ese momento de integral duda sale el vecino del mismo piso donde estábamos el gato y yo y suelta ¿qué pasa aquí?. Sí, sí, el del mismo piso que supuestamente y según la dueña del gato no venía cómo mínimo hasta la noche... Pues sí, estás cosas pasan también, la cotidianeidad de la city. Le explico lo que pasa y nos retiramos. Historia poco espectacular pero harto real, que las hay y muchas.

Sigamos tirando de gatoteca y rememorando esos grandes encuentros con nuestros amigos los gatos. "Sortida de tanc lleuger, rescat animal, gat". Llegamos al lugar y nos encontramos a la familia al completo, progenitor, progenitora y varios vástagos. Nos dicen que no encontraban al felino por la mañana cuando se han levantado y que lo oian maullar en la calle, una casa adosada en una especie de calle peatonal. Al salir a la calle se han encontrado al gatuni subido a la palmera que hay justo enfrente de su puerta. Maulla constantemente como pidiendo ayuda y está completamente inmóvil. Está encajonado entre las ramas inferiores de una palmera de cojones, joder la palmera más grande que había visto en mi puta vida y eso que he pateado el Caribe del cabo hasta el rabo. Exagero un poco, pero harto grande era. El gato ahí atrapado entre las ramas a unos cuatro o cinco metros del suelo. Las ramas de palmera son muy duras y tienen unos pinchos con veneno que cualquiera que se haya clavado uno ya sabe de lo que hablo. Duele y mucho si te clavas un pinchito, pueden atravesar incluso una suela de bota y luego el veneno que llevan te queda jodiendo bastante rato. Doy fe.

 Valoramos si trabajar con una escalera "retráctil", como las uñas de un felino, que puede alcanzar varios metros de altura y a la que llamamos "colisa", o  si por el contrario llamar al camión escalera para trabajar desde la cesta con mucha más seguridad y destreza (maniobrar desde la punta de la colisa es bastante marrón) y poder subir dos bomberos en vez de uno. A todo esto el gato maullando sin parar y más quieto que Epi y Blas en una cama de velcro.  El tiempo tic tac tic tac, aunque en este caso la urgencia era mínima, era minina. Pero nunca gusta que se estiren mucho los servicios, ya que se va acumulando gente y todo el mundo empieza a hablar bla bla bla etc etc etc Llega el camión escalera, lo emplazamos lo más idóneamente que podemos (a veces no es nada sencillo por las dimensiones y la estabilización que requiere) y se suben dos compañeros a la cesta. Una vez arriba ya decidirán ellos cual será la forma de sacar al gato por que la profusión de ramas es importante y no va a ser tan sencillo si el gato no colabora, para variar...  Una vez arriba se dan cuenta que llegar hasta el gato no va a ser nada fácil por que las ramas impiden cogerlo, él cabe pero nosotros no y esta justo en el inicio de una rama, enclavado en el mismo tronco. Y no se mueve ni con agua caliente, ni un centímetro desde que habiamos llegado y llevábamos allí ya un rato largo. Bomberos es así, el elenco de situaciones que te puedes llegar a encontrar es 10 elevado a la enésima potencia, la capacidad sorpresiva es inagotable. Deciden que no queda otra, ya que el gato ni pestañea, que cortar algunas ramas para tener un acceso fiable al animal y poder cogerlo. Al estar muy cerca del mismo pues se tira de serrucho manual en vez de motosierra que hace un ruido que peta los granos, y bastante acojonado está ya el animalico. Así que camisa de cuadros canadiense y a tirar de brazo entre los dos compis que las ramas de palmera tienen su qué. Palmera en rama. Y no te pinches chaval que has palmado. Siempre pensé que el gato en algún momento se había clavado un pincho y que eso le había precavido de moverse mucho para no volverse a clavar otro ya que el dolor es intenso pero...

 Así que después de un ratico cortando ramas para ir paulatinamente aproximándose al felino parece que ya la situación permite un acceso digno al mismo, pero sin ser directo ya que la cesta de la escalera permite moverse como permite moverse y los movimientos son limitados, es lo que hay. Uno de los dos  compañeros que hay en la cesta estira los brazos para pillar al petrificado e impertérrito gatito y ¿qué es lo que hace el cabrón? !!!Pilla y se mueve al otro lado de la palmera!!! jajjjajajajajaajajajajajjajajajajajajajaajajajajajajajajajajajajajajajajajajajajajajajaajjajajajjajajaajjaajajajajaja  os podéis imaginar las risas del personal civil, y bomberil, desde abajo y la cara de pasmarote de mis colegas. Maomeno como la mía con el gato de más arriba. La puta madre que lo parió, una hora  para pillarlo y sin moverse y cuando lo vas a coger zasca, te casca un cambio de ritmo a lo Messi que te parte la cintura en dos. Suspiros de España entre los dos de la cesta. Joder, ya estamos again... Al moverse, por supuesto y siguiendo la Murphy´s law, se ha vuelto a meter en una nueva maraña de ramas... Por cojones hay que bajarlo del árbol, y lo vamos a bajar cueste lo que cueste. Así que tocaba seguir haciendo espacio cortando más ramas y más ramas,  palmera en rama, el suelo ya parecía una industría bananera, le estábamos quitando el curro a los de parques y jardines de barna. Así que varias ramas cortadas después y ya en una nueva posición agible de acercamiento al gatuni alguien tuvo la brillante idea de decir que se subiera la dueña del gato a la cesta para que lo cogiera ella. Esto no se suele hacer por que no está dentro del protocolo y tal y tal pero visto lo visto si haciamos otro intento y el bicho se volvía a mover el ridículo ya rozaría lo surrealista... Tal cual, se sube la piba con "uno de los nuestros", gran película por cierto, y se acercan lentamente al animal. La mujer va susurrando su nombre y nosotros vamos rezando el gato nuestro que estás en los cielos bájate de la palmera cabrón para que se deje atrapar, se acercan hasta donde permite acercarse la escalera. Desde abajo se masca la tensión, el ambiente está enrarecido. Desde allí la mujer estira sus brazos tic tac tic tac tic tac y !!!!por fin el gato se deja coger!!!!! A la cesta y para el suelo. Luces de colores y música a toda hostia jajaajajjaajajajajajajajajjjajajajajajajajajaj   No sé el rato que duró el servicio, pero se hizo más largo que la infancia de Heidi, os lo puedo bien asegurar. 

Oteando la gatoteca que descansa en mi memoria, refulge con fuerza el siguiente, y a la postre mmm qué rico el último, suceso que os voy a relatar. En este particular no estaba yo in situ, y menos mal por que no se me había perdido nada, pero me fue narrado a viva voz por su principal protagonista... Tocan luces, como dirían los veteranos en un buen ejercicio sinestésico, en el parque y la ya conocida consigna que no sorprenderá a los que hayan leído hasta aquí: Salida de tanque ligero, rescate animal, gato. Llegan los compañeros al lugar y comienza la misma parafarnalia de siempre, where está el gato, busca el gato, cómo está el gato, está en el patio de luces, hay que descolgarse, quien se descuelga, yo mismo, vale te aseguro, vale saco la "electron" (escalera enrrollable que usamos como guía en el descenso), te bajas la caja o te la bajamos, bajámela ahora con el otro cabo y ya comienza la maniobra. Resumiendo que es gerundio y tampoco vamos a pegar la chapa con tecnicismo bomberiles. 
Una vez abajo, y para no pecar de tautológico, la acción ocurre más o menos como en la primera historia de este escrito: un gato más rebelde que un adolescente un sábado por la noche y que se mueve más que las bolas de la lotería. El típico gatoquesehacomidountigre. Después de consecutivos e infructuosos intentos por atraparlo con algún que otro cambio de ubicación del mismo (saltaba a varios patios contiguos, esto es uno que le pican al interfono y le dicen: perdona pero vamos a desalojar  el edificio contiguo, y él responde: ¿conmiguo? , que obligaban al compañero a volverse a asegurar con las cuerdas para saltar a los patios adyacentes) y con las doscientas millones de miradas de todos los vecinos, en especial la del dueño del gato. A examen. Agotados los primeros movimientos de ataque el compañero toma la decisión de pedir a los de arriba que le bajen el lazo. El lazo viene siendo un palitroque de unos dos metros de largo que en la punta tiene un bucle que mediante una acción mecánica voluntaria se acorta y se alarga, sería como una especie de nudo corredizo, que se cierra en torno a la presa. En ocasiones se utiliza éste o el salabre que es otro palo pero que en vez de acabar en un lazo acaba en una bolsa de red, como una especie de atrapamariposas gigante y que en ocasiones va fetén. Pero cada servicio es un mundo y cada gato un universo y no siempre se puede utilizar por que está todo lleno de trastos y movidas varias como ya referí más arriba.
En una de esas y en medio del lance el gato se queda parado y mi compañero decide que es el momento idóneo para intentar pasárselo y atraparlo. Se lo va acercando y !zasca! lo consigue. Se desencadena la tragedia... el gatotigre con el lazo pasado y en cuestión de un nanosegundo pega un salto que se va casi hasta una de las lunas de Júpiter (algunos han visto atacar naves en llamas más allá de Orión y otros gatos volar hasta allí), y así una serie concatenada de saltos que tienen como funesto resultado el ahorcamiento del propio gato. Todo ocurrió rapidísimo. Al saltar con esa furia y el lazo que se había cerrado sobre su propio cuello al bombero no le dio ni tiempo de retirarlo. Cuando quiso darse cuenta ya estaba el gatico tirado en el suelo. Rápidamente metió al gato en la caja y lo remontaron desde arriba para subirlo al piso. Allí con el dueño en estado de shock, lo intentaron reanimar con una  masaje cardiaco y mascarilla de oxígeno, había que intentarlo. Lamentablemente no lo consiguieron (en algún fuego si que se ha podido hacer y hemos logrado reanimar algún perro con intoxicación por humos). Triste final para la historia porque la cara que se te queda es de pan de quilo y el sabor muy amargo, pero estas cosas pueden pasar.

Ahora mismo me acuerdo de un servicio de un gato en un patio que no bajó ningún bombero, collamos su bolsa a una cuerda, la bajamos al suelo, se metió dentro y lo subimos de nuevo para arriba con su dueña. Hala, a lo fácil, pim pam pum bocadillo de atún. Es que me gusta acabar con buen sabor de boca, que un por un gato que murió mil que rescatamos, y fueron felices y comieron sardinas en escabeche. 

Antes de cerrar estaría bien dejar constancia de la afición gatuna a meterse en los motores de los coches, y digo a meterse que no a salirse. Así que llegas a un requerimiento, en medio de una calle, normalmente abarrotada de pipas y resulta que se oye un maullido dentro del motor. Y efectivamente se oye, pero a ver cómo lo sacas de ahí sin desmontar el motor ya que la mayoría de casos ni siquiera vislumbras donde está ya que se ha colaU por en medio. Nosotros no podemos tocar el coche, así que avisada la Guardia Urbana toma las medidas pertinentes... Y bueno. 




Espero haber aportado algo de luz sobre asunto de Sagunto o sobre el tema de Ipanema y que por lo menos aquellos que lo hayan leído no pregunten tan alegremente y en tono jocoso cuando conozcan a un bombero: ¿y rescatáis gatitos de los árboles? Sí que rescatamos sí pero mucha veces no es tan divertido como te crees...  ;) 

Quiero dedicar este escrito a todas aquellas personas que me han ayudado a cumplir mis sue........ ajjjajajajajajajajajaajajajjajajajjajajajajaja  que no que no!!! jajjajajajajajajajajajajjaajajjajaja Esta es la primera parte, quizás venga algún día otro escrito tirado de perroteca, loroteca, gaviotateca u ofidioteca que servicios "haberlos haylos" y de todos los colores y gustos, desde aquel impávido loro en un rama a treinta metros del suelo y con su dueña de cinco años pidiéndonos por favor que lo rescataramos hasta aquel bull terrier que se comió parte del cuerpo de su dueña... y hasta aquí puedo leer, o escribir amiguitos. 


Un abrazo muy fuerte para tod@s!!!!!!











7 comentarios:

  1. jajajaaajaajj En tu línea, crack, gran relato. Una pregunta: ¿habéis probado a llevar un par de sardinas frescas cuando hay aviso gato? XD
    Un abrazaco gordo, loco. ;)

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    1. ajjaajajajjjajaaj Miguelónoff!!!!! El problema de las sardinas es que cuando sales a por un gato a las 3am y luego te las olvidas en los bolsillos del chaquetón nadie quiere trabajar contigo luego. Igual enlatadas y en escabeche... ;)

      Un abrazote fortote!!!!

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  2. ggg…maremiadelamorgatuno!!

    No sabía yo q esos rumores fueran ciertos… leyenda urbana pensé… pq si lo llego a saber yo... otro gatooo maullaría… tuve una gatuka-Nidea y nos las hizo variopintas… desaparecía cada 2 x 3 cuando pesabas q quizás salto al piso del lao... resultaba q estaba en el de abajo o peor aun en el de arriba (como hostias lo hacia ¿? ) expediente X total... se me quitaron las ganas de gata pero si algún día me vuelven ya se a quien recurrir...q ya eres tooo un experto en el tema... ggg...
    te paso el link de una chikuela con una voz de esas q quita el sentio la alegría no es el ingrediente principal pero a veces esta de lujo llorar… justo la semana pasada disfrute de su bolo presentación… voz y contrabajo del too minimalista… incluso el publico… éramos 4 gatos…ggg... q maullaban y palmeaban emocionados…

    https://www.youtube.com/watch?v=0wQfsUsdtSw

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  3. Pues ya ves que la realidad supera la ficción, y con creces muchas veces!!!! La gatoteca podría ser infinita, lástima que la gente en bomberos no tenga la afición de escribir por que saldrían historias a cholón. Detrás de cada patio y de cada terraza hay una historia gatuna escondida. Por cierto, cómo se hace para que se vayan las ganas de gata?? ... Pero sí, yo voy adquiriendo presteza en el rescate, puedes contar conmigo!!!

    Precioso tema, ha salido más de una cara conocida por moi, son músicos que pululan por la Ciudad Condal... Claro que hay que llorar, hasta secarse el alma. Todo tiene su momento en la vida, aunque elijas la alegría como leit motiv siempre tiene su contrapuesta tristeza. El problema es la dosis, ya lo dijo Parecelso, para qué? Para Celso.

    "No tengo todo calculado
    ni mi vida resuelta
    solo tengo una sonrisa
    y espero una de vuelta"

    Besitos gatunos!!!!!

    ;)


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    1. Pos cuando se quitan las ganas de gata o cualquier otra especie… humana incluida… ggg…es pq la marramamiau en cuestión era una mijinina cabrona… vamos q sumaba puntos negativos a la misma velocidad q pisaba mas paredes q suelo… cazadora salió y a falta de ratones pues se desestresaba conmigo y quien pillara por banda…ggg… vamos q le pille miedooooolll
      una jartá de sonrisas van… no las ves pero están… eres a la par q salao don ingenio o por lo menos tienes ese don…
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  4. Tenías que haberle echaO unos cuantos ratones coloraOs para que calmara esa inercia vital cinegética con ellos en vez de con vos.

    Pues que alegría que ustÉ ría
    mi humilde misión está cumplía
    Y aquí le dejo con mucha satisfacción
    un tremendo tema a colación:

    https://www.youtube.com/watch?v=OLRSgT8BrOE


    Por que nos enseño la vida
    la vida nos a enseñao
    que en cada una de sus esquinas
    si no hay un loco hay un colgao
    Por que nos enseño la vida
    la vida nos a enseñao
    que antiguamente existia un dicho
    tu sabes mas que los ratones coloraos


    ;) Muackssssssssssssssssssssssssssssssss






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    1. Esus bichejos ni coloraos ni de peluche… tremendo cageeeee…

      Quizás y si tuviera… solo en ese preciso instante haría tal y como dice el Robe.

      Hala!¡ disfrute uStÉ de esta minoría absoluta… q somos tu… yo y el resto de paisanos q habitan este contenedor llamado world…

      … tremendo poetaporreta (un loco-colgao en toa regla) medallita pa el menda…

      https://www.youtube.com/watch?v=pM3JPhWApvY

      condenado
      a mirarte desde fuera
      y dejar que te tocara el sol.
      Y si fuera
      mi vida una escalera
      me la he pasado entera
      buscando el siguiente escalón,
      convencido
      que estás en el tejado
      esperando a ver si llego yo.

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