Bona tarda companyes!!!
No tengo mucho tiempo para redactar ahora mismo y, además, ando con el agrafismo pegado a la mano y a la psique (cosas del nomadismo, Livingstone, supongo). Aquí estamos en el sur colombiano, en Mocoa (territorio amazónico), desarrollando un proyecto para el EREC (ong de la que formamos parte).
La idea es montar una planta potabilizadora para la Comunidad Inga Musurrunakuna de la zona. Desgraciadamente fueron afectados por las riadas de lodo y piedra que ocurrieron ahora justo hace un año en la zona (durante la noche del 31 marzo de 2017) . Murieron más de 300 personas, 400 heridas, 200 desaparecidas (más según nos reportan los locales) y cerca de 1000 damnificadas. Debido a esto perdieron todas sus casas y pertenencias y quedaron completamente desamparados. Ahora, el destino les ha llevado a un nuevo lugar cerca del pueblo, a unos 10km. Aquí el agua de que disponen actualmente viene con barro, lodo y basura provocando enfermedades intestinales a los miembros de la Comunidad, de ahí la razón de ser de nuestro proyecto para tratar convenientemente ese agua con una planta específica para esta comunidad de 80 personas. Su idea es crear una ecoaldea y tener un nuevo nacimiento y un futuro esperanzador como comunidad, esperando la llegada de nuevos miembros que decidieron partir para otros lugares… Como ayer nos dijo la gobernadora del Cabildo Inga: “si hemos sufrido tantas calamidades y aún estamos aquí luchando es porque para algo grande estamos destinados” (desgraciadamente este pueblo ya eran “desplazados” de la violencia de la guerra colombiana, teniendo que dejar sus pueblos por la guerra a finales del siglo pasado).
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