jueves, 3 de noviembre de 2011

CRÓNICAS CAMBOYANAS II / TAILANDESAS IV


Digamelónnnnnnnnnnnn!!

Llegada a Siem Riep, ciudad dónde están las ruinas jemeres del Angkor Wat, consideradas la octava maravilla del mundo. La entrada de un día cuesta 20 dólares y la de tres días 40, así que aunque pienso dedicar un par de días pillaré la de tres por lo que pueda pasar. Total, me sale igual que dos de un día, matemática aplastante. Muy curiosa la entrada personalizada con una foto de tu careto, tecnología punta en Camboya (si sólo vienes a ver el Angkor, lo que hace mucha peña, parecería que estés en un país desarrollado y todo).
El Angkor Wat es sólo una pequeña parte de todo lo que son las ruinas de Angkor que se componen de cientos de templos repartidos en un espacio de 200 quilómetros cuadrados. El Angkor Wat está considerado la mayor estructura religiosa jamás construida y su construcción data de principios del siglo XII propulsada por Suryavarman II; aunque estoy seguro que éste no puso ni una puta piedra y es más apuesto a que era una gran hijo de puta. Pero ya sabemos que en la vida unos cardan la lana y otros se llevan la fama. 
Para quien quiera culturizarse sobre la historia de Angkor: 

http://es.wikipedia.org/wiki/Angkor_Wat

 














 























Los templos más impresionantes son aquellos en los que la naturaleza ha ganado la partida a la piedra y salen inmensos árboles de cualquier parte del edificio, enraizando por entre las piedras, y ocutando parte de ellos bajo éstas.





 






La mejor manera de visitar Angkor es alquilar una bicicleta y pedalear todo el día mapa en mano. Si no llevas mapa te pierdes fijo, y si llevas mapa igual también.
Los árboles, que bordean por miles los caminos del Angkor, son en su mayoría de la especie dipterocarpus alatus, y sin duda alguna son uno de los árboles más impresionantes que he visto.
El principal problema de estas ruinas es la inmensa cantidad de gente que pulula por aquí. Siem Riep es un hervidero de turistas: desde los mochileros más arrastrados hasta la "élite" que se da vueltas sobrevolando el Angkor en helicóptero. Todo cabe en esta urbe-business.
Con dos días tengo más que suficiente, mis sentidos se abotargan con facilidad. No soy de ésos que se pueden pegar una semana viendo templos  o pasar tres días metidos en un museo. Llegado un cierto punto dejo de admirar la belleza que contemplo, me es imposible absorber más, y entonces me retiro a mis aposentos. En dos días no se ve todo ni mucho menos, pero ni quiero ni puedo.

De Siem Riep ya parto para Tailandia donde espero pasar el fin de año en la playa de Ton Say, en Krabi. El viaje es largo, penoso y sucio. De aquellos que enlazas un bus con otro bus, luego una mini van, después pasas frontera y a esperar, luego otro bus y otra mini van, llegas a las tantas a bangkok, sólo queda un billete para Krabi y el bus sale en un minuto, no te da tiempo a comprar papeo y tienes más hambre que el perro del afilador que se comía las chispas para tener algo caliente en el estómago,  pagando mucho más por el billete de lo que toca, pillas el último asiento de la esquina el que no se reclina y huele a orín, te levantan a las cinco para cambiar de bus y al final llegas a Krabi a las tantas de la matina más perdido que un pedo en un jacuzzi.

Después de pasar un día en Railey salgo para Ton Say, la playa de al lado dónde espero pasar los últimos días del año con un compañero del curro que está allí escalando, Helios. Ton Say es un paraíso para los escaladores, un spot conocido a nivel mundial dónde viene peña de todos los rincones. Aquí hay un 80% de escaladores y un 20% de viajeros que vienen a relajarse. Y, pienso, que de todos los lugares que he pateado en este viaje (que han sido muchos, demasiados) es uno de los más relajados y tranquilos. Nada de prostitución barata y ni rastro de estos infectos fiesteros que pululan por el sudeste asiático.  Aquí se viene a escalar o a relajarse en la playita. Poco más que hacer.
La rutina de los escaladores viene siendo algo así: se levantan a eso de las ocho o nueve, plus minusve, desayunan algo, comentan las vías de escalada que van a hacer y se pegan todo el día escalando hasta eso de las cinco o las seis, cuando ya baja la luz. A casita, se duchan, una cenita, unas birras, unas charlas y para el bungalow. Ésta la rutina típica que algún día se ve alterada por algo más de fiesta, raro, o por que alguno lo dé todo en el bungalow con algun@ partner ;) . Se castigan tanto que casi todos tienen algún dolor, están trinchaditos de tendinitis y contracturas.


Trepadores



Pese a que son una secta, a mí me caen muy bien. No escalo pero llevo una onda parecida: suelen ser gente maja, deportistas pero que se beben su birriquis y se fuman sus petas y amantes de la naturaleza. Eso sí: si no entiendes algo de escalada no intentes meterte en una conversación por que no entenderás absolutamente nada... ¿qué has hecho hoy?... nada, he ido al Catwalk a hacer el siete be más ése que se encadena con el siete ce, pero no he podido con un paso bidedo invertido que hay al final, no podía con la chorrera... he hecho varios pegues... habrá que ir más al "bulder" este invierno... vamos que todo es vocabulario específico. Me recordó mucho a mis primeros días de estibador portuario; cuando al ir al bar del puerto no era capaz de entender ni una palabra de lo que hablaban los veteranos, todo jerga portuaria.  El oído tarda varios días en ir haciéndose al nuevo vocabulario.

En todo el viaje los españoles han brillado por su ausencia y al llegar a Ton Say me encuentro con una auténtica colonia, no menos de 40 personas. Allí no utilicé ni una palabra de inglés, curioso si más no. Claro ejemplo de la cultura escaladora que hay por aquí.
Coincidencias: me suena la cara de una piba, Helios me dice que es de valencia, entonces no será pienso, le pregunto y resulta que la conozco de la biblioteca del Valle Hebrón (como no paso horas allí...). Y la mejor: había un tipo por ahí, Javi,  que me sonaba su cara pero muy vagamente, no lo ubicaba bien y el tipo también me miraba así como de de soslayo. En una de esas que estamos charlando en el mismo grupo nos quedamos mirando y nos decimos "me suena tu cara", pero no hay manera de saber de dónde. Es del sur pero ha vivido varios años en Santa Coloma, aunque sé que no me suena de ahí. Total que se me enciende la luz y le pregunto si estuvo en la India en el 2008. Sí, responde. ¿En pushkar? Sí. !Bum bum massage!. Resulta que hacía dos años habíamos pasado unas horitas charlando en la calle central de pushkar, two years later reencuentro en Tailandia. Cosas de la vida.

Una mañana alquilé un kayak y me fui y a la quinta polla (unas islas de enfrente). De golpe el mar embraveció y me las vi y me las deseé para volver. Eso me pasa por listo. Vamos que me hice caquita por que ya me veia dejando el kayak a la deriva... 

Celebramos el fin de año  comiendo un osito de goma por cada campanada, que improvisamos con un par de útiles metálicos. Curioso si más no.
En Tailandia la tradición es mandar un "baloon" al cielo con las cosas malas que no quieres para ese año. Es un papel enlazado con aros de metal que en la parte inferior tiene una esfera de papel prensado y que al quemarla, los gases de la combustión, hacen que suba. Se escriben en el papel las cosas malas y se que quema la bola de la parte inferior. Entonces todo el chirimbolo sube  poco a poco, ofreciendo una imagen espectacular. Cientos de ellos sobrevolaban por Railey, Ton Sai y Ao nang. Magnífico.



Helios y el menda nos saltamos, a little bit,  la tradición y decidimos mandarle un abrazo a nuestro compañero Jose que falleció en febrero del año pasado. Este fue nuestro pequeño, pero emotivo, homenaje a un amigo que nos dejó  y que siempre tendrá su huequito dentro de nosotros. Así acabamos el 2010 y empezamos el 2011. Y hasta que dure la fiesta.

Con mi buen amigo Helios


De Ton Say para Bangkok a finalizar el periplo asiático.

Poco me queda por hacer en la capital más que caminar un poco y comprar cuatro regalitos para los míos. Aún así no me desagrada Bangkok, pese a que vuelvas a entrar en el circuito de puteros-fiesteros. La ciudad no es tan agobiante como otras capitales asiáticas y tiene sus remansos de paz.
Llego a las cinco de la matina, me tiro a sobar, me levanto pongo un pie en la calle y la primera persona que me encuentro es Ainhoa, una amiga de barcelona. Sabía que  andaba por allí pero no tardé ni un nanosegundo en dar con ella. Coincidencias viajeras.

Con Ainhona en Bangkok


En la capital es más fácil interaccionar con l@s locales. En los garitos noctunos hay putas pero también puedes conocer mujeres con las que no media ningún interes crematístico, cosa que se agradece y nada fácil por estos países...

Casi todos los mochileros acaban en Kao San road y alrededores. Una calle que nunca duerme: de día con sus puestos ambulantes y sus tiendas de souvenirs (hay un montón de camisetas con serigrafias más que ingeniosas, algunas rozando la genialidad) y de noche con sus garitos y demás.


Fui objeto de un intento de tongada muy gracioso y muy famoso por otra parte: el timo de las piedras preciosas. Voy por la calle buscando un templo y me acerco a un tipo, que "casualmente" deambulaba por allí, y le pregunto por dónde ir. El tipo resulta que habla un inglés limpio, difícil por aquí, y me empieza a dar un montón de información. Me dice que como es dos de enero el templo que busco está cerrado hasta mañana y que la primera semana del año el gobierno tailandés deja entrar gratis a los extranjeros en un montón de lugares, me empieza a pintar el mapa y a decirme horarios y pollas en vinagre y que si patatín que si patatán. Pienso: joder, mira que bien. Me dice que esta semana los tuks-tuks amarillos, que son del gobierno, te llevan por un montón de lugares turísticos casi gratis. Por 20 baths, medio euro. Pero sólo los amarillos ( a todo esto estábamos en medio de una avenida dónde pasaban un montón de tuk tuks), que sólo hay que pagar los 20 baths y pasar por una oficina de tasas ... Pienso: es un poco raro pero probemos. Me monto en un tuk tuk que justo aparecía por ahí y el tipo me lleva a un templo. Me espera. Vamos a otro templo y todo gratis. Joder qué suerte tengo hoy... Al tercero que llegas resulta que está cerrado y tienes que esperar un poco. TE hacen sentarte en una mesa que hay afuera y aquí aparece otro de la banda. Dice que es malayo, malayoooooooooooooooooo, y que trabaja para la embajada. Y te empieza a comer la olla con una movida de exención de impuestos y tal y tal que él va a comprar unos anillos de diamantes que valen X y que en Londres se venden por X elevado a N. Te empieza a abrasar y yo ya me doy cuenta de qué va la película: todos desde el principio están conchabados, desde el que te da la info hasta el del tuk tuk hasta este hasta el que limpia las plantas del templo... Entonces cuando ve que no le doy ni bola y que paso de su jeto después de mucho insistir se pira y le lanza un movimiento de cabeza al del tuk tuk que justo aparece diciendo que el templo lo abren a las dos horas al final... Me monto de nuevo y en medio del trayecto me bajo en un semáforo. El tipo ni se inmuta por que ya sabe que me he dado cuenta hace rato. Le suelto un "me cago en tu puta madre hijo de la gran china" y me piro. Él me enseña el dedo y me maldice. Ala a cascarla... No sé cómo hay gente que cae en este tipo de timos, pero los hay os lo aseguro. Sale comentado hasta en lonely y se practica en muchos lugares del mundo. El timo de las piedras preciosas.

Así que pasando mis últimos días en la capital, que me ha tratado muyyyyyyy bien, vuelvo a mi tierra y finiquito este viaje.

Au revoir!!!




2 comentarios:

  1. Que grande Fran!!!,eres la ostia no solo por lo bien que escribes, cacho mamón, sino por el corazón ese que tienes que no te cabe en el pecho!!. Un homenaje genial para nuestro hermano. SIEMPRE DE PRIMERA!!.
    Ah!!, hubiese molado mas que le hubieses dado un sopapo al cabrón que te quiso timar, no sera familia del que te la quiso dar en Marruecos?, ajjajaaj!!!.
    Un abrazo.

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  2. !!!Tú sí que eres grande cabronazo!!! Estará siempre de primera y siempre con nosotros ;)

    Si le pego un sopapo igual me pillan entre 4 ó 5 y me dan la del pulpo y la del calamar juntas y seguidas... !!que en Thailand son pequeñitos pero el deporte nacional es el Muay Thai!!

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