lunes, 21 de noviembre de 2011

CRÓNICAS MEJICANAS II

La última noche en Playa del Carmen, antes de partir para Belice, salgo con Duxxo, Sthepano y Michel Angelo a estufarme unas medianas y despedirnos como San Estufini manda. No hay mucho que hacer por aquí, está todo concentrado en la misma calle y son garitos y discos de modeleo pasteleo. Es lo que hay, o lo tomas o lo dejas. Lo tomo. Me lo tomo.
 
En uno de los garitos conocemos a unas españolas re simpáticas y con ellas se da la primera anécdota graciosa de la noche: ... tienen  unas pulseras, que les han regalado, con las que tienen toda la priva gratis que quieran. Ron, vodka y-no-sé-qué-más. Susana, una de ellas, me dice que si quiero algo y le digo que si le sale gratis que joder, que coño, que un roncito por favor (el ron era más falso que la sonrisa de Aznar, por cierto) Viene con un vaso, me lo pasa y cuando lo estoy escanciando en mi gañote una mano me para. Un tipo de la discoteca. ¿Qué pasa? le digo... nada, que no puedes beber, me dice, ¿Cómo que no puedo beber?, le digo, pues porque es sólo para las chicas y no puedes beber tú que tienes más pelo que la cuna de King Kong (esto último no me lo dijo, no era tan sutil el chaval) me dice, ¿pero si la bebida es de la chica me podrá dar un poco de ron no?, le digo, no, me dice. Te entran ganas de mandarle a la mierda, pero al fin y al cabo el pibe sólo es un mandado que cumple con lo que le dicen. Volvimos a intercambiar el vaso y de nuevo la mano negra que aparece y me impide beber, más rápida que el orgasmo de un conejo. Increíble but true. En mi vida, en mi vida había visto algo así. Digno de un filme de Buñuel. Touching el surrealismo. Y allí se quedó el pibe hasta que se acabó el ron... Susana, una piba con carácter, marchó de nuevo a la barra a por un par de birras que sí pagó y que nos estufamos ante el impertérrito segurata...
Avanzada ya la noche Susana y el menda nos vamos a la playa, a tomarnos un descanso de tanta música basura. No había nadie, eran las cuatro ante meridian y la playa estaba solitaria. No estábamos haciendo nada que no hubiera hecho cualquier pareja de jóvenes en cualquier playa del caribe a altas horas de la mañana (me doy a mi mismo gracias por lo de joven). De repente, en una milifracción de nanosegundo, pasamos del cielo al infierno sin tiempo a tocar la aldaba de la puerta del purgatorio. Tres putos maderos, con sus respectivos súper-mega-maxi-xxl fusiles, aparecen frente a nosotros y nos apuntan con sus linternas de leds. ¿Qué hacéis aquí?, nos dicen amenazándonos y de manera harto violenta, nada, nada, decimos asustados, vete para allá chavo, me dice mientras me da con la metralleta en la pierna. Él que hablaba, que era el poli malo de verdad de la buena, se lleva a Susana debajo de una marquesina que había para proteger unas tumbonas y yo marcho con el otro a unos quince metros de dónde estaba ella. Podéis imaginar  que todo va muy raudo y es bastante, por no decir muy, violento. Oigo a Susana que llora y se queja y me acerco a decirle al madero hijo de la gran puta que la deje ir que lo arreglamos entre nosotros y tal y tal. Me grita violento que me vaya a hablar con el otro. Marcho para el otro lado.
 
Estaba claro que era una extorsión en toda regla y querían pasta, pero el madero que estaba conmigo no soltaba ni una palabra. Era un buen tipo que sólo hacía lo que mandaba el hijo de la gran puta. Como yo tenía un billete de 500 pesos, y no me quedaba un mango más, le decía que si no le podía dar algo menos para dejarme algo de guita. 500 pesos no son más que treinta putos euros, pero como soy un bocazas y no paro de hablar pues le intentaba dar la vuelta a la tortilla. Craso error, mea culpa.
Oigo a Susana quejarse y cuando vuelvo a ir hacia donde está ella veo que sale corriendo a velocidad ultrasónica. Bien hecho. El madero hijo de la gran puta, o en su defecto nacido de una cagada y no de un parto, se viene hacia mí me pilla fuertemente de la pechera y me pega dos guantazos en la face. El instinto te dice que le arranques la nuez y te la comas a pequeños bocados, pero no era el momento de disfrutar de los frutos secos, la razón dice que te calles y te tragues los sopapos y lo que haga falta. Y la razón tiene mucha razón. Así que el notas se ensaña conmigo y me empieza a decir que ahora me lleva al coche patrulla y de ahí a prisión, que me va a acusar de violación. Le digo mil veces que no estaba haciendo nada, que la chica era mi novia que si patatín que si patatán. Sólo me mandaba callar agarrándome aún más fuerte de la pechera. Mientras caminamos por la playa hasta el coche patrulla nos cruzamos con un vigilante del hotel adyacente y le digo que me llevan detenido, que no he hecho nada, que sólo estaba con mi novia. El pibe ya sabe de qué va por supuesto, no soy el primer pardillo al que le ha pasado esto, a buen seguro debe ser un modus operandi nada infrecuente por estos lares.
En algún momento pensé en zafarme de la mano que me agarraba por la camiseta y salir volando, pero aunque estoy seguro que nunca usaría el fusil es cierto que si era muy disuasorio. A ver si  le va a dar un acto reflejo, rollo: preso-corriendo-apunta-dispara, y se le va a escapar un tiro. Que un policía es un policía y nunca se sabe. Así que me suben a la parte trasera de la pick up de los maderos y me enmanillan a unos ganchos que había debajo del asiento. Flipando en colores, todos y cada uno de los colores del arco iris y del arco iris doble, que es invertido. A todo esto yo seguía hablando y hablando con el poli pinche cabrón. Que lo arreglamos, que no me ha dado tiempo... que si vas a ir preso por violación, que si ahora te vienes para comisaría... que si qué violación, que si era mi mujer cómo va a ser violación, que si ella no decía eso... En fin serafín, todo el juego surrealista mientras estás esposado en la parte trasera de una pick-up en Playa del Carmen, Méjico.
De golpe, pasa el pibe del hotel y se pone a tomar la matrícula del coche patrulla. El hijo de las re mil putas monta en cólera, obviamente tonto no era, y le dice al hombre que qué es lo que está haciendo. Nada, responde el otro, dando la vuelta de reconocimiento al hotel. El madero se supra enfada y chillando le dice que viniera donde estábamos nosotros. ¿Para qué? dice el vigilante, que vengas hijo de la gran chingada (o algo así) le chilla el otro. Lo sube a la pick-up y lo enmanilla a mi lado. Esto va a más. El vigilante empieza a chillar: !Pablo, Pablo ven acá! El madero lo manda callar amenazadoramente. A partir de este momento el malo de la película titulada: "Un hijo de  puta buscando a su padre en  Playa del Carmen" descarga su impotencia funcional contra el vigilante y se enzarzan en una dialéctica sobre la extorsión en Méjico. Los dos sabían muy bien de qué estaban hablando. Súbitamente aparece Pablo, el jefe de la vigilancia del hotel. Se repite la historia y se repite también que acaba enmanillado con nosotros. No me creía lo que estaba pasando. Para mas INRI mientras estaban enzarzados en su particular lucha dialéctica, el madero me miraba y me decía a mí: ¿A que la chica estaba gritando? ¿la estabas violando no? Este tío es un gil integral, pensaba para mis adentros. No daba crédito a lo que estaba viviendo. No le iba a responder otra vez que era mi mujer y que estábamos de vacaciones y tal y tal...
Mientras, había llamado a otra patrulla en la que vinieron otros 3 maderos. El único que hablaba era él, los demás sólo miraban y callaban, ni siquiera me aguantaban la mirada cuando les intentaba hablar. No eran como el otro, aunque supongo que cuando ejecuten varias veces la acción acabarán por serlo. Rollo perros pavlovianos. Uno se acostumbra a todo parece ser, y más en un cuerpo policial corrupto.
 
Entre pitos y flautas, dimes y diretes, tomas y dacas del madero con los vigilantes, yo era casi inexistente en ese momento, estaba todo en stand-by. Mi presencia era coyuntural y la de los vigilantes estructural, así que a ojos del malvado ya no pintaba mucho allí. ¿Qué hacés por aquí?, me dice, viajando, es la segunda vez que vengo a Méjico, esta vez he venido a bucear, le digo, ¿ a sí?, y a qué te dedicas, em diu, soy bombero, ¿a sí?, ¿eres un tragahumos?, dice, bueno, no trago mucho humo porque llevo equipo de aire, le digo, no si ya, te digo que aquí os llamamos tragahumos (pero todo en un tono muuuuuuuuuuuuuuuucho más relajado), a ok (qué gracioso nen, eres más soso que un bocadillo de pelos) . ¿Tienes alguna credencial para mostrar?, me dice, creo que sí la llevo (sabía que no la llevaba pero así le mostraba la cartera  para que viera que estaba más seca que el tobillo de un canario), a pues no, no la llevo. Ok man, vete, go, vete. ¿Sí?. Sí. Me giro hacia los vigilantes y les miro, con la mirada basta, me dicen que me vaya que tranquilo por ellos y que me cuide de mi mismo. Fue una mirada de esas que dicen: tranquilo que sabemos de qué va esto y cómo se las gastan estos malnacidos. Les doy las gracias a los dos por dar la cara por mi, salto de la pick-up y vuelvo para la disco. Les estaré eternamente agradecido. Cuando estás en una situación jodida, violenta, y alguien altruistamente da la cara por ti, sea de la forma que sea, se compensa la balanza ante tamaña injusticia.
 

Retorno a la discoteca a buscar a Susana. No está. Sigo calle arriba y a unos doscientos la encuentro con su hermana, Elena, y su amiga. Elena  y la amiga mosqueadísimas y Susana nerviosísima. Bajaban a ver si me veían, venían de preguntar en el hotel a dónde se llevan a los detenidos en Playa del Carmen. Me dice que está bien, que lo ha pasado fatal y me cuenta un poco lo que le pasó a ella: el tipo la lleva a la marquesina y allí la comienza a presionar verbalmente, que le toque le dice el muy hijo de puta e incluso le llega a tocar los pechos. Así que no me extraña que yo la oyera quejarse. Una situación muy dura que solventó mejor que bien: a la que pudo zafó y cogió las de Villadiego. !Bravo ragazza! Intentar sacar pasta de esta forma es deleznable, pero propasarse con una chica asustada aprovechando tu autoritas no tiene nombre. Y no digo nada más para no seguir insultando, que creo que ya dejé caer una buena retahíla de improperios.
Me comentaron que querían  ir al consulado y poner una denuncia para que la cosa no quedará así. No era mi parecer, si ella estaba bien, que lo estaba, y yo también, que lo estaba, lo mejor era pasar página y resetear rápido. No valía la pena hacer mala sangre del asunto, simplemente verlo como lo que era y pasar página sin crear ningún trauma. Estamos en Méjico no en España o Catalunya. Empezar algo "legal" podía suponer varios trámites penosos y tediosos. Obviamente era mi opinión les dije, si querían hacer algo podían contar conmigo igual. Ya se ve que mi licenciatura en Derecho dejó una fuerte fe en la justicia, ¿no?. La Justicia, quien la encuentre que la meta en un pdf y me la mande por mail si us plau...
 
Así que las acompañé al hotel y volví para mi albergue intentando evitar las pick-up de policías, no vaya a ser qué...  ;)

!!!Nos vemos en el espejo!!!

P.D Es posible que la historia se lea en clave cómica, pero me es imposible escribir esta especie de "literatura de viajes" en forma más o menos solemne. Dicho esto, si la hubiera escrito cuando estaba enmanillado en la furgo y con el ojete bien prieto, os aseguro que no la hubiera redactado de esta forma. Igual me tengo que pillar un iphone y empezar a redactar online...

10 comentarios:

  1. Mexico, Mexico, nunca cambiaras... ¿Que ha hecho ese pais?, ¿que karma esta pagando para tener que aguantar multitudes (porque no es un caso raro o aislado) de gentuza como esa?

    ResponderEliminar
  2. Sí, seguro que no fue un caso aislado. Tienen un modus operandi muy depurado y perfeccionado para ser un caso aislado. La corrupción, cuando empieza, es muy difícil de parar. Y empezó hace ya muchos siglos, cuando a alguien le dio por prestar dinero a intereses leoninos. Quizás ya mucho tiempo antes si nos paramos a pensar... ;)

    ResponderEliminar
  3. Joder macho, no veas como se las gastan allá. Menos mal que se te apareció la Virgencita del Guadalupe ...uf, por los pelos.
    Oye,dejate de viajes y puñetas, y vente pa cá, que el dos de junio tienes una cita, je,je ...
    Un abrazo muy fuerte y ojo por esos mundos de Diós.

    ResponderEliminar
  4. apuesto a que si hubiera estado alli y con tu nervisismo me hubieras dejado la oreja en carne viva, un abrazo de bielsa y souto

    ResponderEliminar
  5. QUÉ TENSIÓN...DIOS!!!
    Los que explican en modo solemne, enseñan política o religión. Los buenos contadores de historias las explican tal que así. Manteniendo la tensión, la curiosidad y el interés del personal con su historia.

    Y en eso eres el PUTO MASTER & COMMANDER!!! jejeje. Grandísima narración.

    Ten cuidaico por esos mundos y con las situaciones "peligrosas". Aunque me parece que precisamente esas situaciones son las que buscas y necesitas, no hay más que ver a que te dedicas. jeje
    Lo dicho, cuídate amigo y nos vemos en ese espejo.

    ResponderEliminar
  6. Si estás allí te quedas sin oreja Souto, ya lo sabes!!! Pero bueno, te hubieras quedado igual, sin oreja, aunque no estuviera en una movida. Lo mío con las pellas ya sabes que viene de lejos... ;)

    Me voy haciendo pureta Miguel, y ya no me van tanto estas situaciones peligrosas!!! Aunque luego den para redactar fácil... Un saludico hermano!

    ResponderEliminar
  7. vaya con la policia mexicana, menos mal que al final no paso nada, tienes experiencia, si me llega a pasar a mi no se como hubiese reacionado,
    cuidate mucho

    ResponderEliminar
  8. Franchesco no te preocupes estuve mirando fuga de alcatraz y ya había preparado un maniquí para tu celda. El agujero de la pared dependía de ti. Un madero es igual al otro lado del Atlántico.
    un abrazo. jgg

    ResponderEliminar
  9. vos se nota que si te quiere dios!!!!!!
    cuidate y bien dicen que uno busca su chinga verdad pero el momento pasa por algo!!!!
    mexico tenia que ser similar a guatemala....
    cuidado niño de las orejas jajajajajja el enbarcadero.. Pi :)

    ResponderEliminar
  10. Jorch!!!!! Sí, un madero es un madero... y siempre lo será. Aunque los hay de todas las calañas, y éste era de la más baja. Guarda el maniquí para la próxima, o ponlo en el peugeot para que se piensen que tiene dueño!!! Enchega o qué? jajajajajajaaj

    Ay la niña del embarcadero del Remate, guapa!!!! Un besazo Pina!!!

    ResponderEliminar