viernes, 4 de noviembre de 2011

CRÓNICAS SUDAFRICANAS / MOZAMBIQUEÑAS I


Buenas jóvenes!!! 

A priori los destinos de este viaje: Sudáfrica y Mozambique. Básicamente el segundo, pero dada la imposibilidad de volar barato hasta Maputo, la capital, la vía de sudáfrica era la más factible. Así fue: 455 euros barcelona-amsterdam-johanesburgo y además no piden visado para entrar (hacía muuuuuuuuuuucho tiempo que no entraba en un país por la patilla, está tan de moda la puta pegatina-visado, que cuesta entre 30 y 100 euros dependiendo, que ya cuesta entrar así)  Un triunfazo. Lo peor: la hora de la salida, las 6:25 am. Así que la noche de antes ya la hipotecas y te aseguras una llegada más roto que un porrón. Todo tiene un precio. Y llegar a las 22.30 a JHB tampoco es lo más aconsejable... Visto lo visto contacté con un albergue para que me vinieran a buscar al aeropuerto y ahorrarme el malrollo de pelearme con los taxistas  que siempre tienen sus cuchillos bien afilados y sus taxímetros puenteados. Entre pitos y flautas de Bartolo llegué al albergue a las doce de la noche. Rotito. El albergue quedaba en el culo del mundo y la idea era salir por la mañana para el este, huyendo de JHB. No se me ha perdido nada allí, y además tengo que volver asínnnnn que estaba claro. Eran las doce y pico, había pasado la noche anterior tirado en el aeropuerto desde la dos de la matina y la anterior de guardia. Estaba deseando caerme para estar tumbado. Le pregunto al tipo del hostel los horarios para Nelspruit y me dice que no los sabe que los mire en internet. Los miró y salen a eso de la siete u ocho de la matina, pero la estación de buses queda a tomar por el culo. En síntesis: que me dice que el chófer sólo me puede llevar a las 5am, me cago en tu puta madre nen, pienso. Son la una y pico y me tengo que levantar a las 5 después de dos noches de convivir muy poquito con Morfeo. Buf.
A grosso modo ésta vino siendo la llegada a Sudáfrica, un país que cómo no está justito al sur de áfrica y que es conocido mundialmente, o universalmente, por Nelson Mandela y el apartheid, aunque aquí hay mucho más. Tiene tres capitales diferentes: administrativa, Pretoria, judicial, Bloemfontein y legislativa, Ciudad del Cabo. Unos cincuenta millones de habitantes y un millón y cuarto de kilómetros cuadrados (dos veces y media España). La moneda es el rand que se cambia a eso de 10 por cada euro y se habla el afrikáans, el inglés y el tsuana entre otras muchas lenguas.

Llego a la estación de autobuses de JHB y no tardo mucho en darme cuenta que los blancos no viajan en bus. Aquí hay menos blanco que en el cuarto oscuro del training pedralbes. Salgo para Nelspruit desde donde en teoría es más fácil organizarse algo para ver el Parque Nacional Kruger, una de las joyas de este país. Es el parque más grande de la región y el lugar donde se hacen muchos safaris. Es temporada baja, bajísima, enana, y al llegar al albergue me encuentro solo solito. No hay nadie. La regenta del mismo me dice que hay pocas opciones y las que hay salen por un ojo de la cara aparte de ser poco atractivas, ciertamente. La otra es alquilarme un coche y dormir luego en los alojamientos del parque, pero no hay nadie con quien compartir gastos. Las sensaciones no son buenas, así que decido pasar noche y enchufarme directo para Mozambique. Quizás lo haga de vuelta...
La noche fue muy curiosa, pasó lo siguiente: estaba en un dormitorio colectivo con cuatro literas, todas vacías menos una cama que había una pequeña mochila. Estoy sobando, por fin,  y a eso de las dos entra un tipo con la pinta del que mató a Manolete, léase: gorra hasta  las orejas, pantalones tejanos más cortos que el chandal de Torre bruno, botas de trekk y polo por dentro. Para flipar.  Y con una estufada de consideración. Las dos de la matina y el tipo entra fuerte encendiendo la luz. Se da cuenta de que hay un inquilino más  y me dice: Hi  friend, where are you from? (yo pensando: qué querrá este hijo de la gran puta...) Total, que se mete en la cama y al cabo de poco me suelta: do you want to sleep alone? (quieres dormir solo?)... hago que no entiendo  bien y le preguntó que qué dice... do you want to sleep alone? another time... le espeto que sí, e irónicamente le digo que quiero dormir solo pero que no me llega la pasta para pagarme una habitación individual y que no me haga más preguntas a las dos de la mañana. El tipo se calla. Así que el muy cabrón me estaba proponiendo reventarme el ojete, no sé si soplando nuncas o mordiendo almohadas, sin ningún tipo de miramientos. Y ahora me tocaba a mi dormir con ése en la habitación, pues como se levante e intente lo que sea le voy a meter un gallifante que le voy a poner  la boca como al oso que come moras (frase típica del muelle de barcelona). Vaya tela y cómo está el patio. Me lo hizo a mi que soy un osobuco de 90 kilos que me sé defender pero si se lo hace a una mochilera jovencita de las que suele haber en los dormitorios colectivos le hubiera dado la noche y el día probablemente. Por la matina pensé en mearme en su botas o en dejarle un trozo de mierda dentro de la mochila, pero al final no lo hice. Quizás obré mal, debería haberlo hecho, el arrepentimiento me corroe aún ;)

Mi estancia en sudáfrica iba a ser más breve que el vocabulario del correcaminos ya que esa misma matina partía para Maputo.
El paso de frontera fácil previo pago de 50 euros por la visa, muy bonita con tu foto escaneada y todo. La putas pegatinas de los cojones.





Cuatro datos de Mozambique: una extensión de una vez y media españa, plus minusve, 20 millones de habitantes (censados claro), moneda denominada metical y que se cambia a 45 por cada euro, se habla el portugués y varias lenguas africanas y conocido entre los aficionados al atletismo por Maria Mutola una ochocentista más rápida que inmediatamente (muy famosa aquí donde no abundan los campeones en nada...)

Maputo es una ciudad que no tiene nada de especial, una de esas capitales africanas donde la riqueza y la absoluta pobreza conviven en una extraña calma. Pasan cochazos de lujo al lado de niños en condiciones miserables vendiendo cualquier cosa que ha caído en sus manos. Las calles están destrozadas y llenas de enormes socavones, a excepción claro está de la zona costera donde al parecer reside la clase alta. Ahí las calles sí están límpidas y rodeadas de altos edificios orientados al mar.






Lo primero que me ha chocado de este país son los precios, sin duda. No esperaba que fuera tan caro. Mozambique es uno de los países más pobres del mundo pero los precios de la comida, de los albergues etc etc no son para nada los que puedes encontrar en Sudamérica y muchísimo menos en Asia. Aquí puedes viajar rollo mochilero pero no con un presupuesto de mochilero, ni hablar. La comida es mucho más cara, los transportes, los taxis. En la calles no hay puestos callejeros de comida barata como en tantos otros sitios en los que puedes comer por poco, aquí venden fruta, tomates y anarcardos (que se les llama "castanhas"), ya está. Los anacardos están que se salen, todo hay que decirlo. Así que si buscas entrar a cualquier sitio a comer no vas a hacerlo por un euro o dos. Este asunto me chocó bastante y contrastándolo con otro viajeros he llegado a la conclusión que todos piensan lo mismo, ajustar el presupuesto en Mozambique no es nada fácil (y lo mismo para los demás países del africa meridional como Zimbabue, Zambia, Namibia...) Sudáfrica estando muchísimo más desarollada económicamente tiene precios más asequibles, ahí reside la paradoja.
C´est la vie!
Charlando con un camarero de la capital, en un bar donde estaba probando las birras locales, me cometó que su salario es de unos 2500 meticales. 60 euros, aprox. 

Por supuesto que ellos viven a precios diferentes de los que puede vivir un viajero, pero aún así está claro que las cuentas no cuadran. Eso el sueldo de un tipo que está trabajando todo el día en un bar de un sitio bien de la city... Aquí o trabajas para el gobierno o lo llevas bien clarito, la corrupción campa a sus anchas. Días después conocería a Joan, un catalán que lleva unos meses viviendo aquí y que me contó un asunto paradigmático de cómo funcionan las cosas por estos lares. En una contrata pública, en la que una empresa donde él trabaja está metida, de seis millones de dólares para el cronometraje de los estadios de fútbol tres van para todo el material, dos para una empresa (que es propiedad de un ministro y que la ha creado ad hoc para recibir la pasta) y uno para la empresa en la que el trabaja. Falta cerrar el asunto, pero el único problema es que hay otra empresa (casualmente de otro ministro) que se está metiendo por en medio. El pastel se reparte entre muy pocos.

Curiosidades: 
1) hay anuncios y carteles publicitarios por todas partes con consejos para prevenir el sida o advirtiendo de que la población se haga las pruebas. El índice de sida de toda esta región del áfrica meridional es de las más altas del mundo y se ha convertido en una auténtica plaga.



2) hay una auténtica enfermedad con los móviles, es increíble. Están completamente enganchados, y eso que los hay por aquí son los de la primera generación, cuando lleguen los que tienen juegos y tal y tal buf... Existen dos compañías de teléfonos  que están anunciadas en cada esquina de cada lugar, aparte de cientos de vendedores de tarjetas prepago por la calle...

Nos vemos en el espejo!!!




 

2 comentarios:

  1. Qué crack que eres!!!Me parto leyéndote!!Este verano voy a Mozambique y me gustaría saber si en un mes y una semana me daría tiempo hacer johannesburgo-pemba en chapa y con transportes locales, lo que no sé es cómo bajar luego ya que los vuelos son m´ñas que caros. Lo de los alojamientos tb me inquieta ya que he visto que se sobran mil o más, no hay más baratos in situ??Muchas gracias y sigue escribiendo plissss!!mi correo es mjtimens@hotmail.com

    ResponderEliminar
  2. Hola!!! Ok, ya te respondo al correo aunque ya te digo que si podrás hacerlo, pero subir y bajar es un palizón... ;)

    ResponderEliminar