La idea de este viaje era recorrer en bicicleta parte del extinto "telón de acero", a través de Eslovaquia, Austria, Hungría, Eslovenia y algún país más si daba para ello. Como no llevamos nada predeterminado, excepto el billete de ida y vuelta a Bratislava y desde Budapest, todo va sobre la marcha y la única presión es para las ruedas. Según dicte el cuerpo y las circunstancias tergiversando a Gasset. Así que sin más, el bicicleto en una caja y para Bratislava.
Iniciando la andadura todo bien, bueno aparte de que la noche anterior había quedado con mi colega a las nueve y se presentó a las nueve y cuarenta; aparte que a las nueve y media cuando ya llevaba media hora esperando ahí en la puerta con una caja XXL decidí ir a mirar el coche que estaba en la misma calle, en el fondo de las misma (es una calle cortada); aparte que cuando me acerco voy viendo un papelito amarillo en el limpiaparabrisas; aparte que era una multa por estacionar en el mismo lugar durante más de 8 días; aparte que me voy para el maletero y veo una pegata avisándome que el coche ha sido denunciado por parecer abandonado y que vendrá la grúa a retirarlo; aparte que me empezaba a cagar en mi ---- madre; aparte que pienso: bueno, ahora cuando venga el Valen le digo que me espere cinco minutos que voy a mover el buga de lugar; aparte que me da por mirar la rueda delantera derecha y veo que está deshinchada; aparte que me da por mirar la rueda delantera izquierda y también está deshinchada; aparte que empiezo a pensar que a algún hijo de la grandísima puta de los que aparcan siempre ahí le jodía que hubiera pillado ese sitio; aparte de pensar !PEROQUESETO!; aparte que le digo al colega que el coche no lo puedo dejar ahí por que me lo zumban; aparte que pienso: ojalá estén deshinchadas y no las hayan reventado; aparte que tengo que irme con el colega a su casa a descargar las bicis y volverme a subir a casa para llamar al del RACC; aparte que ya era la medianoche; aparte que llega el del RACC y con un "compresorcillo" del tamaño de un mechero me hincha las ruediquis; aparte que en en el silencio de la noche se oye un shhhhhhhhhhhhhhhhhhh que sale, desgraciadamente, de mis preciados neumáticos; aparte que tengo que sacar el coche de allí como sea; aparte de empezar a cagarme en la madre del que me ha jodido, con nocturnidad y alevosía, el carro; aparte de que le digo al del RACC: "-pues las hinchamos a tope, y salgo raudo y veloz a buscar otro sitio, y usted se viene detrás por si hay que volver a hinchar"; aparte de volver a aparcar ya casi con las ruedas deshinchadas; aparte de cambiar todos los planes de salida; aparte de tener que pagar doble en el autobús por llevar la bici hasta Girona (que manda huevos pagar el doble); aparte de llegar al mostrador de Ryanair al que teniamos que ir a facturar obligatoriamente por que viajamos con bici; aparte de ir con tiempo y tal y tal; aparte de tener que pagar 60 eurazos por no llevar impreso el papel (cuando otras veces no lo hemos llevado con la bici por que igual tienes que facturar sí o sí); aparte que cuando meto la caja XXL de mi bici en la cinta no entra y me dicen que hay que pasarla por el láser; aparte que tuvimos que desmontarla allí y jugar al "Construye tu propia cajita"; aparte que una vez construida y cerrada de nuevo nos damos cuenta que nos hemos dejado la caja de las herramientas fuera (que no pasa ni de coña); aparte de pedirle al de mantenimiento que por favor metas las herramientas por los agujeros de la caja de la bici; aparte de todo esto...
Aparte de todo esto, menudencias, todo bien y llanito para llegar a Bratislava, capital de Eslovaquia.
Un poquito de info de la Wiki para aquellos que estén interesados en la historia europea del siglo XX:
Las expresiones alemana Eiserner Vorhang e inglesa Iron Curtain, traducidas en América Latina como Cortina de Hierro y en España como Telón de Acero, se refieren a la división política en Europa Occidental tras la Segunda Guerra Mundial.
En alemán, fue usada por Joseph Goebbels, ministro de Propaganda nazi y Lutz Schwerin von Krosigk, último canciller de Alemania antes de establecerse la Comisión Aliada de Control en mayo de 1945. A su vez, Winston Churchill utilizó su versión inglesa en un discurso. El ex Primer Ministro británico la usó para referirse a la frontera, no solo física, sino también ideológica, que dividió a Europa en dos grupos políticos (OTAN y Pacto de Varsovia) después de la Segunda Guerra Mundial. Churchill popularizó el término en una conferencia en Estados Unidos en 1946, cuando dijo:
"Desde Stettin, en el Báltico, a Trieste, en el Adriático, ha caído sobre el continente (Europa) un telón de acero"
Winston Churchill
La frontera de la que hablaba Churchill dividía a los Estados socialistas, encabezados política, económica y militarmente por la Unión Soviética, y los Estados capitalistas, alineados con los Estados Unidos.
El término había sido de hecho ideado o utilizado antes por el Ministro de Propaganda de la Alemania nazi Joseph Goebbels, quien declaró el 25 de febrero de 1945 en un artículo titulado El Año 2000, en el periódico semanal Das Reich:
"Si los alemanes bajan sus armas, los soviéticos, de acuerdo con el arreglo al que han llegado Roosevelt, Churchill y Stalin, ocuparán todo el este y el sudeste de Europa, así como gran parte del Reich. Un telón de acero (ein eiserner Vorhang) caerá sobre este enorme territorio controlado por la Unión Soviética, detrás de la cual las naciones serán degolladas. La prensa judía en Londres y Nueva York seguirá aplaudiendo probablemente"
Joseph Goebbels1
La división también se hizo patente en dos sistemas militares contrapuestos, la Organización del Tratado del Atlántico Norte (1949) y el Pacto de Varsovia (1955), así como en las alianzas económicas, el Plan Marshall por un lado y el Consejo de Ayuda Mutua Económica por otro. Esta división en dos bloques enfrentados en sus concepciones políticas, militares y económicas dio lugar a la situación conocida como Guerra Fría (la cual se prolongaría hasta fines de la década de 1980).
De hecho, la mayoría de los países al este del Telón de Acero se resignaron a ser satélites de la Unión Soviética, después de que, hacia el final de la Segunda Guerra Mundial, ésta avanzase sobre los restos de la Europa hasta entonces ocupada por los nazis. Esta soberanía limitada o tutelada quedó confirmada por el sofocamiento del levantamiento germano-oriental de 1953, por la fallida revolución húngara de 1956 (que llevó al fusilamiento del líder reformista Imre Nagy en 1958) y por la invasión soviética de Checoslovaquia en 1968 (Primavera de Praga). En particular, después de producida esta última, el gobierno de Leonid Brézhnev elaboró la denominada doctrina que lleva su apellido,
según la cual como lo “que afecta a un país socialista afecta al
socialismo como un todo”, la URSS se arrogaba el derecho de invadir
militarmente cualquier país de su área de influencia en la Europa Oriental. El surgimiento del combativo sindicato polaco Solidarność (“Solidaridad”) en 1980 tendió a confirmar el estado de tensión ideológica interna que se vivía detrás de la también denominada “Telón de Acero”.
Únicamente la Yugoslavia del mariscal Josip “Broz” Tito y la Albania de Enver Hoxha lograrían, aún teniendo sendos gobiernos marxistas, mantener una relativa independencia de la URSS. Ya en 1948, tan sólo tres años después de finalizar la guerra, Tito rompió con el régimen de Iósif Stalin. A pesar de haber proclamado su neutralidad frente a ambos bloques, el líder yugoslavo mantuvo una forma de gobierno socialista, argumentando que su “marxismo-leninismo era más puro que el soviético”[cita requerida]. Por su parte, el estalinista Hoxha lo hizo a partir de la década de 1960, después de que el por entonces nuevo premier soviético Nikita Jrushchov, a partir de su posteriormente famoso discurso secreto del 25 de febrero de 1956,
comenzase a denunciar públicamente los excesos y crímenes cometidos en
vida por Stalin. Ante esa nueva situación internacional, después de
producido el cisma ideológico chino-soviético, el líder albanés decidió romper con la URSS y tomar partido por la China del entonces dirigente Mao Zedong.
Al oeste del telón, Finlandia y Austria mantenían también una política de relativa neutralidad respecto a los bloques, buscando mantener relaciones cordiales con la Unión Soviética. En los medios de comunicación de algunos países occidentales, se acuñó el término de finlandización
para describir, en sentido negativo, una política exterior que según
dichos medios se acomodaba para servir a los intereses soviéticos.
El 19 de agosto de 1989 se celebró el Picnic Paneuropeo por iniciativa de Hungría,
siendo el primer paso para la caída del Telón de Acero. En este evento
los húngaros y austríacos obviaron las fronteras soviéticas y se
reunieron simbólicamente.
La ruta que seguimos por las fronteras eslovacas, austriacas, húngaras y eslovenas vale mucho y mucho la pena. La mayor parte de los casi 500 km que hemos hecho han sido por carreteras secundarias, por no decir terciarias o cuaternarias, por que por allí no pasaba ni el Tato. De hecho ésta ha sido una de las características más extrañas de esta ruta: la poca gente que nos hemos encontrado a través de la misma (exceptuando las capitales Bratislava y Budapest). Tierras fronterizas, tierra de nadie. Llegar a pueblos, perderte y no tener a nadie a quién preguntar, calles desiertas de pseudo-ciudades y nadie por ningún lado. Todo un placer para pedalear tranquilo y sin prisas.
Aquí van algunas de las anécdotas o datos curiosos de este viaje:
1) el libro de ruta que llevábamos, el único, está hecho con el culo de un mandril. Fatal. Nos hemos perdido varias veces y no parábamos de encontrar fallos en los mapas. Cada vez que llegábamos a un pueblo nos poniamos más tensos que alguien con dos bultos en la cola de Ryanair. Tal cual. Había que preguntar a los lugareños... !!si los encontrabas claro!!! . En una etapa hubo que picar a una casa por que no había manera humana de encontrar un ser vivo en la calle..
2) quizás hayamos atravesado quince veces la frontera, por decir algo. Pasabas de una a otra varias veces al día. Aparte de darte cuenta por los letreros de cada país también te podías dar cuenta por que Vodafone te enviaba dos sms de bienvenida cada vez que cambiabas de país. El móvil echaba humo.
3) en Hungría no manejan el euro sino el florín hungarés, que se cambia a eso de 280 por cada euro. No obstante como íbamos muy cerca de las fronteras no había problemas en pagar con leuros, claro que siempre te la meten bien dobladica con el cambio. Aquí nunca ganas, como con los trileros.
4) Curiosa Hungría, en Soprón un "pueblo grande", no dejaban entrar a las tiendas comiendo helados. En la calle todo el mundo con su heladito, ahí todo contentos.
5) En Hungría ponen fotos de orlas en los escaparates de las tiendas. Una freackada que nos dejó circunspectos (todos sabemos los caretos que se gasta la peña en las orlas...)
6) gran parte de la ruta discurre por tierras vinícolas, de ahí que nos deleitáramos con unos buenísimos caldos a precios más que aceptables. Igual con la birra, buena y barata.
7) La gente no es la alegría de la huerta por estos lares, pero en general y quitando a los cuatro vinagres que siempre te encuentras, nos han tratado bene y sin queja.
8) La poquííííííííííísima gente que te encuentras durante esta ruta
9) Lo espectacular de los campos de cultivo de toda la zona, y la cantidad inmensa que hay de los mismos. Son enormes y preciosos.
10) Lo divertido que puede llegar a ser salir de una ciudad con la bici, te puedes perder quinientas veces y no dar con la salida. Mapas que están mal, gente que te indica peor etc etc, pero al final siempre sales. Es, realmente, una ardua tarea. Me alegro no haber hecho este viaje sólo, sino aún estoy dando vueltas para salir de Bratislava, Danubio abajo Danubio que veo turbio.
11) Aparte de algún pinchazo, alguna cadena doblada, algún cambio con personalidad propia, y que cambia cuando el quiere, hemos hecho la rutica de una manera digna. Más que digna diría yo.
12) Sobre el comercio y el bebercio, sólo puedo comentar que han sido excelentes. Los platos de comida son eso: platos, no desgustaciones como ponen por estos lares. Aquí no hay "aires de zanahoria con átomos de bacalao criogenizado", aquí te ponen un plataco que tienes que echarle cojones para acabártelo. Y el vino y la cerveza se salen.
13) como anécdota graciosa contar que llegamos al aeropuerto de Budapest, y nos inventamos una caja de cartón para meter una bici. La otra iría a pelo, sin condón, o sea, sin caja. Las 4.30 ante meridian. Llegamos a la facturación y el notas del mostrador nos dice que la bici que no va en la caja hay que embalarla con plástico y sin ruedas. Le decimos que si ha fumado, metafóricamente, o no tanto, no sé. Que si sí que si no. Que si llevamos un montón de viajes y la bici puede ir a pelo, que a nosotros nadie nos ha mandado ninguna info. Que llama a tu jefe y que venga, que le comentes que seguro que se puede etc etc. Al final coge el teléfono y se pone a hablar con alguien. Ok, todo bien dice al poco. Hay que pesar la caja dice (en esa caja llevamos más del peso que toca, 30 kilos, ya que llevamos la bici y una alforja de cada uno de nosotros para que no nos cobren por maleta facturada, los cascos, material...). Ya nos ves metiendo la caja en la cinta y aguantando el extremo de la misma para que no marcara todo el peso que llevaba, como con los aguacates en el mercadona, el contador loco perdido sin parar de marcar números y sin estacionarse el tipo dice 26 ó 27, it´s ok jajajajajajajaja si llegamos a soltar la punta se hunde la cinta, pero quería quitarse el marrón de tener a aquellos dos hijos de puta dando por culo con la cola llena de seres humanos.
Pues eso, que un periplo muy interesante en el que hemos mezclado dos de nuestras pasiones: el deporte y los viajes. Saluditos y hasta el próximo que será el siguiente.
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