Intenné photo |
Eran los peores días de la canícula cuando terminé la carrera.
Derecho, ahora lo pienso y me cago vivo. Sería incapaz de repetir
semejante
proeza, hay cosas que sólo se pueden hacer de muy muy joven, de
jovencísimo vamos. Corría el verano del año 2001 y acababa, por fin, con
la susodicha tortura. Las ganas de viajar me corroían por dentro y por
fuera. Llevaba varios años viajando durante los veranos, marchando los
tres meses del húmedo estío barcelonés. Ese año no iba a ser así ya que
había invertido todo mi tiempo en estudiar a full para terminar y dejar
todo limpio para lo que pudiera venir. Así que una vez aprobados los 300
créditos pasé página en mi vida. Alea iacta est.
Como
no tenía un chavo, en aquel entonces en pesetas con la cara, dura, del
Juancar, me tocaba currar a saco para en 3 ó 4 meses juntar la guita
necesaria que me llevaría de viaje por sudamérica. De ETT en ETT y tiro
por que me toca. Eran aquellos tiempos en que aún era relativamente
sencillo conseguir trabajos de mierda más o menos remunerados
dependiendo de cómo te sonriera la fortuna. Así que acabé sin muchas
complicaciones de mozo de almacén en "Tejidos Cornejo" y los fines de
semana de portero en alguna que otra discoteca. Trabajos acordes con la
titulación que acababa de obtener. Ya se veía venir... pero es que
currar de pasante por 200 euros al mes como que no iba a ser lo mío
(desde ya había decidido firmemente no dejarme romper el culo, si
empiezas así estás comprando muchas papeletas para ser poco más que un
esclavo el resto de tu vida). Así que cuando “arrejunté” una pequeña
fortuna, algo más de medio quilo, pillé un billete de avión a Lima
abierto a un año y me fui, como vulgarmente se dice, a tomar por el
culo. Barcelona-Londres-Miami-Lima... Lima-Miami-Londres-Barcelona .
121.000 pesetas con British Airways y American Airlines.
Octubre
del 2001. Primer viaje en solitario que me llevaría durante diez meses
por Perú, Ecuador, Chile, Argentina, Bolivia y Paraguay. Hola soy
Paraguayo y vengo para casarme con su hija, ¿para quéééé? Paraguayo,
paraguayo... Bueno, todos estos datos me los podría saltar pero es que
me se me calientan los dedos más el que el motor del Challenger.
Así
que ahora ya sí qie sí empiezo a relatar la historia que os quería
contar... Después de diez meses de viaje, estaba subiendo dirección Lima
desde dónde partiría para Barcelona el 28 de junio. Durante el viaje
había pensado que sería un perfecto corolario llegar a Cuzco la última
semana y poder subir al Machu Picchu por el Camino del Inca, cerrando
así en las fiestas del Inti Raymi mi periplo. Parecía un broche de oro,
pero se convirtió en un broche de mierda. Ya ves, y tan de mierda.
Así
que saliendo el 21 de junio del lago Titicaca, en Bolivia, pillé el bus
que me llevaría a través de Puno hasta Cuzco. La llegada se demoró
varias horas, cosa nada infrecuente. De momento en vez de llegar a media
tarde "aterricé" en la Plaza de Armas ya de madrugada. Primera putada.
En
el susodicho bus tuve como compañera a una ecuatoriana que tenía
reservada una habitación. Habiamos tenido buena onda, así que dada la
hora que era gentilmente me invitó a su habitación. Gentilmente acepté.
Entre gentiles, y otros no tanto, iba la cosa.
Llegamos
a la pensión y debido a la demora el dueño había ocupado ya la pieza.
Calculo que serían cerca de las dos de la matina. El dueño le buscó una
solución a la piba: que durmiera en una habitación compartida con otras
dos mochileras. Para mí no había tu tía, full del Estambul. Así que
después de despedirme de ella salí de nuevo a la calle en busca de la
habitación perdida. Conviene aquí realizar una descripción del menda:
pelo muy largo por aquel entonces, típica chompa mejicana, una mochila
de unos 25 kilos con ropa atada con cuerdas por fuera (quería hacer algo
de negocio con ropa de alpaca que había comprado unos días antes en
Bolivia), una mochila tipo de "las de ir al cole" de toda la vida
colgada del pecho, tejanos (Si voy por Tejas y la gente comienza a
meterme presión... ¿los tejanos me aprietan?...) y una riñonera a lo
yonqui de los ochenta, de ésas donde llevaban los huevos kinder llenos
de grifa.Así que muy del palo ostentoso no iba.
Saliendo a la calle y buscando habitación. Ding-dong: lleno. Ding-dong: lleno. Ding-dong:
lleno. Ding-dong: lleno. Five times. En todo el viaje era la primera
ocasión que me ocurría algo así, siempre había podido meterme en
cualquier hueco, pero siendo las fiestas del Inty Raymi, solsticio de
verano, y las horas que eran no había ni un triste rincón para mí.
Fue
así, y esto lo recordaré toda mi vida, cuando caminando, y ya un poco
hasta los huevos (llevaba muchos quilos encima, venía de un viaje
larguísimo y eran las tantas), encontré el "Hospedaje San Miguel".
Estaba en medio de un callejón al que se accedía por una especie de
vieja y oxidada verja. No quedaba opción, tenía que probar. Estaba
deseando caerme para estar tumbado. Así que pasé la verja y ahí comenzó
mi calvario. Lo único que sentí, súbitamente, fue que alguien me cogió,
con una violencia extrema, por detrás y me empezó a asfixiar (la presa
es por el cuello y se hace con todo el brazo, dejando la parte de mi
nuez justo en su antebrazo y cerrando la presa con el otro brazo). De
golpe aparecieron dos individuos más, léase dos hijos de la gran puta
más. Uno, ipso facto, sacó un cuchillo y me amenazó diciéndome: cállate
gringo de mierda o te rajamos vivo aquí. Paradójico ya que ni siquiera
podía respirar, cuanto menos hablar. Y el tercero en cuestión se
dedicaba a quitarme todo lo que llevaba encima.
Estaba
viviendo la situación más violenta y comprometida de mi vida y como tal
la estaba sintiendo . Era desbordante. Una cosa es verte envuelto en
una pelea, donde hay golpes, amenazas, etc etc y toda la liberación de
adrenalina que ello comporta y otra muy diferente es no poder respirar
mientras te asfixian en un callejón de Perú a las 3am. Ojalá hubiera
tenido la opción de tirar las mochilas y salir corriendo, o la de
decirles que se quedaran con todo, o cualquier otra que no me hubiera
llevado a ese desenlace. Pero era así y no había opción a nada. FATAL.
Mientras
te aprietan el cuello obstruyéndote el aporte de oxígeno tú eres
perfectamente consciente de TODO lo que está pasando, estás nervioso
pero ya está. Sabes lo que hay y sabes lo que está pasando... Mientras
tanto el de atrás, que jamás vi, seguía apretando a muerte, el otro
blandía el cuchillo cerca de mi hígado y el tercero se dedicaba (aún no
sé cómo aunque lo imagino) a quitarme las mochilas. Y digo que no sé
cómo por que me quitó todas las mochilas sin que el de atrás me soltará
la presa de cuello. Así que doy por hecho que tuvo que cortar la
cinchas, por lo menos de la grande.
Todo
ocurría muy rápido y muy lento a la vez, os podéis imaginar. Estaba en
una posición semiincorporada ya que el de atrás me empujaba
fuertemente hacia él. Sin aire y asfixiándome. Mi cerebro funcionaba
como nunca, pura supervivencia imagino. Así que la teoría que mi
cerebro, o sea yo, inventó era que cuando consiguieran todo el botín me
dejarían tranquilo. Nunca fue así. Me quitaron la mochila grande de la
espalda, la pequeña del pecho, la riñonera, me metió la manos en los
huevos buscando la típica riñonera interna (que por aquel entonces no
era tan típica) y el reloj. No sé cuanto duró todo esto, pero cerca de
un minuto seguro y para mí toda una vida.
En
este punto fue cuando pensé que no teniendo ya nada de valor los tipos
me iban a dejar en paz y se iban a marchar. No fue así. Siguió el
calvario y a buen seguro los peores momento de mi vida (incluso a día de
hoy y espero que para toda la vida). Me habían dejado sin nada de valor
y el de atrás seguía apretando y apretando. No entendía nada y empecé a
pensar que me querían matar, no me cabía otra lógica. Si no me quedaba
nada y seguían apretando es que me querían matar. Llevaba ya rato
luchando para que entrara un hilillo de aire en mis pulmones y no sé si
lo conseguía. No tengo ni idea de si conseguía respirar un poquito o no.
La asfixia no es el mejor modo de aclarar la mente. Lo único que
pensaba era que me iban a matar y no tenía ni una pizca de fuerza ni de
opción por hace algo. Super, archi, mega, ultra, plus frustrante. La
desesperación, por intentar definirlo de alguna manera, te puede.
De
golpe el del cuchillo empezó a pegarme patadas laterales en la rodilla,
fuertes y seguidas patadas, hasta que me derribó al suelo después de
varios intentos. Una vez caído, todo lo que cuento y todos los
movimientos siempre son con la presa de cuello, ésta nunca cede desde el
primer segundo en que te agarran, noté una tremenda y fortísima presión
en el centro de la espalda, como si me quisieran partir por la mitad, y
ahí, sí, por fin, me desmaye.
Me
desperté tirado en el suelo, en Cuzco, a tres mil y pico metros de
altitud y mis primeras sensaciones fueron de placer, no nos vamos a
engañar. Recuperar la consciencia fue un momentazo, como diría aquél.
Miraba el techo y en unos segundos repasé todo lo que había pasado, no
tenía lagunas mentales, de hecho aún hoy no las tengo, gracias a
Mnemósine. Así que notando mis pulmones llenos de aire, e inspirando y
expirando ad libitum me sentí vivo y muy agradecido.
Agradecido
por estar bien físicamente pero jodido por todas la pérdidas
materiales, y no por la ropa y demás enseres sino y, básicamente, por la
pérdida de todos los carretes de fotos que había tirado en 10 meses y
las múltiples libretas donde había tomado toooooooooooodas mis notas
durante cientos de horas. Allí lo perdí todo, todo el trabajo realizado,
y no había manera humana de recuperarlo. Se esfumaron muchos recuerdos y
muchas anécdotas de súbito, con el agravante que en aquel tiempo no
había ni facebook ni blogs etc etc donde poder ir salvando fotos,
escritos etc etc. Aparte del pasaporte, las tarjetas de crédito y
débito y el billete de avión que aún no era billete electrónico, era
billete papel y el que se usaba para volar.
¿Después
de un suceso así, qué haces? ¿Lo que dicta la lógica, no? Pues eso,
para la comisaría más cercana. Cornudo y apaleado. Llego a la misma,
entro, y me dirijo a un mostrador donde había un policía. Me pongo a
hablarle y me doy cuenta que tengo menos voz que el guapo de los Mini
Vanilli. Tenía el gañote roto como un porrón y me era harto costoso
hablar, me rascaba y dolía la garganta en demasía. Así que con el
hilillo de voz le espeto:
- Mire, soy ciudadado español y me acaban de robar violentamente unas calles más arriba.
- ¿Español?
-Sí, sí, español.
-Ok,
esto es una comisaría de Policia Nacional pero usted al ser extranjero
tiene que ir a la Policia de Turismo que está en... (y me comienza a dar
unas señas a las que yo ni atendí y me decían que la otra comisaria,
la de los guiris, estaba a varios kilómetros )
-
Ya, pero es que me acaban de robar, me encuentro mal, no tengo ni un
sol y para más INRI acabo de llegar de Bolivia, conozco cero el Cuzco.
- Nosotros aquí no podemos hacer nada, coja un taxi o baje andando
-
Ya le digo que no tengo dinero y que no sé dónde estoy, aparte que hace
diez minutos que me han dado un palizón terrible y no me encuentro bien
( a todo esto en la puerta de la comisaría, que tenía inmediatamente a
mi espalda había dos megarancheras de la GMC, enormes, de esas que
cubican 4000 ó 5000 cc3)
- ¿Y no me podrían acercar ustedes a la otra comisaría con algún coche de éstos?
- Los que hay en la puerta no tienen combustible (!zas! primera patada en toA la boca)
- Pues, perdóneme pero yo no me puedo ir de aquí por que no sé ni donde estoy (diciéndolo con carita de cordero degollado)
- Espera un segundo que voy a probar a ver si alguna patrulla puede bajarte...
A
los cinco minutos otra ranchera, esta sí con gasolina, me bajó a la
famosa comisaría de turismo. Y aquí seguí aplicando mi lógica para
"catástrofes en viaje" punto 2: anular las tarjetas de débito y crédito
que se habían ido con todo lo demás. Entro a la comisaría y lo primero
que veo es que los agentes, ande yo caliente ríanse los agentes,
estaban viendo el partido de Corea-España del mundial, allí estaba
Camacho con sus roales en la sobaquera levantando los brazos ante un
arbitraje nefasto. Les explico sucintamente lo que me acababa de pasar y
una vez terminado les digo:
- Necesito hacer una llamada para anular mis tarjetas, ya que también me las han robado
- No va a poder ser ya que en esta comisaría tenemos línea en el teléfono pero no tenemos crédito.
-!!!Zassss en toA la boca!!! ¿como que no tienen crédito? ¿no puedo llamar? (no me lo podía creer, no podía ser tan daliniano)
- Igual hay algún teléfono que se puede llamar a cobro revertido y quizás...
Total,
que buscando en una especie de Páginas Amarillas a la sudaméricana
encontramos uno de los teléfonos de Visa internacional y pude realizar
una llamada que me conectó con una operadora en Miami. Me acordaré
siempre de aquella mujer que me trató de una forma exquisita, como si de
una madre se tratase, cuando le expliqué brevemente el motivo de la
anulación de las tarjetas. No paraba de decirme que tranquilo, que ya
verás como se podrá arreglar, que lo importante es que estaba bien... y
todo esto me lo decía una operadora cubana a miles de kilómetros de
distancia. Increíble pero cierto.
Anuladas
las tarjetas, España seguía jugando el partido, me dirijen a al sótano
de la comisaría para que realice la denuncia. Me sientan en una mesa
delante de otro poli:
- A ver, explíqueme que le ha pasado
- Pues iba por la calle y tres tipos...
-
Ok, eran "cogoteros" (por asfixiar por el cogote). Hay muchos de ellos
por aquí aprovechando que hay muchos turistas para el Inty Raymi.
Tendría que haber tenido usted más cuidado. Dígame todos los bienes que
llevaba encima. Todos.
-
Pues un mochila grande con... pasaporte... billete de avión... ropas...
muchos carretes de fotos... libretas ... ... ... ... .... (y una larga
lista de enseres y demás).
En
medio de la declaración aparecieron en el sótano una pareja de
italianos, todo compungidos, por que les habían afanado la cámara de
fotos. Así que al oir mi declaración se dieron cuenta de lo
"afortunados" que habían sido. Concluida la declaración y ya saliendo
para la planta de arriba la pareja me dio todo el suelto que tenía, unos
25 soles aprox. 7 dólares, plus minusve. Agradecido eternamente por
ello.
Así
que rondando las cuatro ante meridian salí de la comisaría más perdido
que una brújula en una lavadora. Cansado, apaleado, sucio y sin ideas
claras. Decidí ir de vuelta a la Plaza de Armas y pasar allí lo que
quedaba de noche, para de mañanita empezar a ver cómo coño salía del
desaguidado en el que estaba envuelto...
En breve publico la segunda parte, y mucho más divertida, de esta rocambolesca historia... ;)
Quedamos pues... a la espera de quedarnos con mejor cuerpo con la próxima!!! xq vaya telita!!!! ;)
ResponderEliminarB.
Quedarse con mejor cuerpo va a ser tarea muy fácil, después de este marrón de noche. En plazo breve la cuelgo.
EliminarMuà!!!