martes, 19 de junio de 2012

UNA HISTORIA QUE YA CUMPLE DIEZ AÑOS I




Intenné photo



 Eran los peores días de la canícula cuando terminé la carrera.
Derecho, ahora lo pienso y me cago vivo. Sería incapaz de repetir
 semejante proeza, hay cosas que sólo se pueden hacer de muy muy joven, de jovencísimo vamos. Corría el verano del año 2001 y acababa, por fin, con la susodicha tortura. Las ganas de viajar me corroían por dentro y por fuera. Llevaba varios años viajando durante los veranos, marchando los tres meses del húmedo estío barcelonés. Ese año no iba a ser así ya que había invertido todo mi tiempo en estudiar a full para terminar y dejar todo limpio para lo que pudiera venir. Así que una vez aprobados los 300 créditos pasé página en mi vida. Alea iacta est.

Como no tenía un chavo, en aquel entonces en pesetas con la cara, dura, del Juancar, me tocaba currar a saco para en 3 ó 4 meses  juntar la guita necesaria que me llevaría de viaje por sudamérica. De ETT en ETT y tiro por que me toca. Eran aquellos tiempos en que aún era relativamente sencillo conseguir trabajos de mierda más o menos remunerados dependiendo de cómo te sonriera la fortuna. Así que acabé sin muchas complicaciones de mozo de almacén en "Tejidos Cornejo" y los fines de semana de portero en alguna que otra discoteca. Trabajos acordes con la titulación que acababa de obtener. Ya se veía venir... pero es que currar de pasante por 200 euros al mes como que no iba a ser lo mío (desde ya había decidido firmemente no dejarme romper el culo, si empiezas así estás comprando muchas papeletas para ser poco más que un esclavo el resto de tu vida). Así que cuando “arrejunté” una pequeña fortuna, algo más de medio quilo, pillé un billete de avión a Lima abierto a un año y me fui, como vulgarmente se dice, a tomar por el culo. Barcelona-Londres-Miami-Lima... Lima-Miami-Londres-Barcelona . 121.000 pesetas con British Airways y American Airlines.

Octubre del 2001. Primer viaje en solitario que me llevaría durante diez meses por Perú, Ecuador, Chile, Argentina, Bolivia y Paraguay. Hola soy Paraguayo y vengo para casarme con su hija, ¿para quéééé? Paraguayo, paraguayo... Bueno, todos estos datos me los podría saltar pero es que me se me calientan los dedos más el que el motor del Challenger.

Así que ahora ya sí qie sí empiezo a relatar la historia que os quería contar... Después de diez meses de viaje, estaba subiendo dirección Lima desde dónde partiría para Barcelona el 28 de junio. Durante el viaje había pensado que sería un perfecto corolario llegar a Cuzco la última semana y poder subir al Machu Picchu por el Camino del Inca, cerrando así en las fiestas del Inti Raymi mi periplo. Parecía un broche de oro, pero se convirtió en un broche de mierda. Ya ves, y tan de mierda.

Así que saliendo el 21 de junio del lago Titicaca, en Bolivia, pillé el bus que me llevaría a través de Puno hasta Cuzco. La llegada se demoró varias horas, cosa nada infrecuente. De momento en vez de llegar a media tarde "aterricé" en la Plaza de Armas ya de madrugada. Primera putada.
En el susodicho bus tuve como compañera a una ecuatoriana que tenía reservada una habitación. Habiamos tenido buena onda, así que dada la hora que era gentilmente me invitó a su habitación. Gentilmente acepté. Entre gentiles, y otros no tanto,  iba la cosa.

Llegamos a la pensión y debido a la demora el dueño había ocupado ya la pieza. Calculo que serían cerca de las dos de la matina. El dueño le buscó una solución a la piba: que durmiera en una habitación compartida con otras dos mochileras. Para mí no había tu tía, full del Estambul. Así que después de despedirme de ella salí de nuevo a la calle en busca de la habitación perdida. Conviene aquí realizar una descripción del menda: pelo muy largo por aquel entonces, típica chompa mejicana, una mochila de unos 25 kilos con ropa atada con cuerdas por fuera (quería hacer algo de negocio con ropa de alpaca que había comprado unos días antes en Bolivia), una mochila tipo de "las de ir al cole" de toda la vida colgada del pecho, tejanos (Si voy por Tejas y la gente comienza a meterme presión... ¿los tejanos me aprietan?...) y una riñonera a lo yonqui de los ochenta, de ésas donde llevaban los huevos kinder llenos de grifa.Así que muy del palo ostentoso no iba.

Saliendo a la calle y buscando habitación. Ding-dong: lleno. Ding-dong: lleno. Ding-dong: lleno. Ding-dong: lleno. Five times. En todo el viaje era la primera ocasión que me ocurría algo así, siempre había podido meterme en cualquier hueco, pero siendo las fiestas del Inty Raymi, solsticio de verano,  y las horas que eran no había ni un triste rincón para mí.

Fue así, y esto lo recordaré toda mi vida, cuando caminando, y ya un poco hasta los huevos (llevaba muchos quilos encima, venía de un viaje larguísimo y eran las tantas), encontré el "Hospedaje San Miguel". Estaba en medio de un callejón al que se accedía por una especie de vieja y oxidada verja. No quedaba opción, tenía que probar. Estaba deseando caerme para estar tumbado. Así que pasé la verja y ahí comenzó mi calvario. Lo único que sentí, súbitamente, fue que alguien me cogió, con una violencia extrema, por detrás y me empezó a asfixiar (la presa es por el cuello y se hace con todo el brazo, dejando la parte de mi nuez justo en su antebrazo y cerrando la presa con el otro brazo). De golpe aparecieron dos individuos más, léase dos hijos de la gran puta más. Uno, ipso facto, sacó un cuchillo y me amenazó diciéndome: cállate gringo de mierda o te rajamos vivo aquí. Paradójico ya que ni siquiera podía respirar, cuanto menos hablar. Y el tercero en cuestión se dedicaba a quitarme todo lo que llevaba encima.

Estaba viviendo la situación más violenta y comprometida de mi vida y como tal la estaba sintiendo . Era desbordante. Una cosa es verte envuelto en una pelea, donde hay golpes, amenazas, etc etc y toda la liberación de adrenalina que ello comporta  y otra muy diferente es no poder respirar mientras te asfixian en un callejón de Perú a las 3am. Ojalá hubiera tenido la opción de tirar las mochilas y salir corriendo, o la de decirles que se quedaran con todo, o cualquier otra que no me hubiera llevado a ese desenlace. Pero era así y no había opción a nada. FATAL.
Mientras te aprietan el cuello obstruyéndote el aporte de oxígeno tú eres perfectamente consciente de TODO lo que está pasando, estás nervioso pero ya está. Sabes lo que hay y sabes lo que está pasando... Mientras tanto el de atrás, que jamás vi, seguía apretando a muerte, el otro blandía el cuchillo cerca de mi hígado y el tercero se dedicaba (aún no sé cómo aunque lo imagino) a quitarme las mochilas. Y digo que no sé cómo por que me quitó todas las mochilas sin que el de atrás me soltará la presa de cuello. Así que doy por hecho que tuvo que cortar la cinchas, por lo menos de la grande.

Todo ocurría muy rápido y muy lento a la vez, os podéis imaginar.  Estaba en una posición semiincorporada ya que el de atrás me empujaba fuertemente  hacia él. Sin aire y asfixiándome. Mi cerebro funcionaba como nunca, pura supervivencia imagino. Así que la teoría que mi cerebro, o sea yo, inventó era que cuando consiguieran todo el botín me dejarían tranquilo. Nunca fue así. Me quitaron la mochila grande de la espalda, la pequeña del pecho, la riñonera, me metió la manos en los huevos buscando la típica riñonera interna (que por aquel entonces no era tan típica) y el reloj. No sé cuanto duró todo esto, pero cerca de un minuto seguro y para mí toda una vida.
En este punto fue cuando pensé que no teniendo ya nada de valor los tipos me iban a dejar en paz y se iban a marchar. No fue así. Siguió el calvario y a buen seguro los peores momento de mi vida (incluso a día de hoy y espero que para toda la vida). Me habían dejado sin nada de valor y el de atrás seguía apretando y apretando. No entendía nada y empecé a pensar que me querían matar, no me cabía otra lógica. Si no me quedaba nada y seguían apretando es que me querían matar. Llevaba ya rato luchando para que entrara un hilillo de aire en mis pulmones y no sé si lo conseguía. No tengo ni idea de si conseguía respirar un poquito o no. La asfixia no es el mejor modo de aclarar la mente. Lo único que pensaba era que me iban a matar y no tenía ni una pizca de fuerza ni de opción por hace algo. Super, archi, mega, ultra, plus frustrante. La desesperación, por intentar definirlo de alguna manera, te puede.
De golpe el del cuchillo empezó a pegarme patadas laterales en la rodilla, fuertes y seguidas patadas, hasta que me derribó al suelo después de varios intentos. Una vez caído, todo lo que cuento y todos los movimientos siempre son con la presa de cuello, ésta nunca cede desde el primer segundo en que te agarran, noté una tremenda y fortísima presión en el centro de la espalda, como si me quisieran  partir por la mitad, y ahí, sí, por fin, me desmaye.


Me desperté tirado en el suelo, en Cuzco, a tres mil y pico metros de altitud y mis primeras sensaciones fueron de placer, no nos vamos a engañar. Recuperar la consciencia fue un momentazo, como diría aquél. Miraba el techo y en unos segundos repasé todo lo que había pasado, no tenía lagunas mentales, de hecho aún hoy no las tengo, gracias a Mnemósine. Así que notando mis pulmones llenos de aire, e inspirando y expirando ad libitum me sentí vivo y muy agradecido.

Agradecido por estar bien físicamente pero jodido por todas la pérdidas materiales, y no por la ropa y demás enseres sino y, básicamente, por la pérdida de todos los carretes de fotos que había tirado en 10 meses y las múltiples libretas donde había tomado toooooooooooodas mis notas durante cientos de horas. Allí lo perdí todo, todo el trabajo realizado, y no había manera humana de recuperarlo. Se esfumaron muchos recuerdos y muchas anécdotas de súbito, con el agravante que en aquel tiempo no había ni facebook ni blogs etc etc donde poder ir salvando fotos, escritos etc etc.  Aparte del pasaporte, las tarjetas de crédito y débito y el billete de avión que aún no era billete electrónico, era billete papel y el que se usaba para volar.

¿Después de un suceso así, qué haces? ¿Lo que dicta la lógica, no? Pues eso, para la comisaría más cercana. Cornudo y apaleado. Llego a la misma, entro, y me dirijo a un mostrador donde había un policía. Me pongo a hablarle y me doy cuenta que tengo menos voz que el guapo de los Mini Vanilli. Tenía el gañote roto como un porrón y me era harto costoso hablar, me rascaba y dolía la garganta en demasía. Así que con el hilillo de voz le espeto:
- Mire, soy ciudadado español y me acaban de robar violentamente unas calles más arriba.

- ¿Español?

-Sí, sí, español.

-Ok, esto es una comisaría de Policia Nacional pero usted al ser extranjero tiene que ir a la Policia de Turismo que está en... (y me comienza a dar unas señas a las que yo ni atendí y  me decían que la otra comisaria, la de los guiris, estaba a varios kilómetros )

- Ya, pero es que me acaban de robar, me encuentro mal, no tengo ni un sol y para más INRI acabo de llegar de Bolivia, conozco cero el Cuzco.

- Nosotros aquí no podemos hacer nada, coja un taxi o baje andando

- Ya le digo que no tengo dinero y que no sé dónde estoy, aparte que hace diez minutos que me han dado un palizón terrible y no me encuentro bien ( a todo esto en la puerta de la comisaría, que tenía inmediatamente a mi espalda había dos megarancheras de la GMC, enormes, de esas que cubican 4000 ó 5000 cc3)

- ¿Y no me podrían acercar ustedes a la otra comisaría con algún coche de éstos?
- Los que hay en la puerta no tienen combustible (!zas! primera patada en toA la boca)

- Pues, perdóneme pero yo no me puedo ir de aquí por que no sé ni donde estoy (diciéndolo con carita de cordero degollado)
- Espera un segundo que voy a probar a ver si alguna patrulla puede bajarte...

A los cinco minutos otra ranchera, esta sí con gasolina, me bajó a la famosa comisaría de turismo. Y aquí seguí aplicando mi lógica para "catástrofes en viaje" punto 2: anular las tarjetas de débito y crédito que se habían ido con todo lo demás. Entro a la comisaría y lo primero que veo es que los agentes, ande yo caliente ríanse los agentes,  estaban viendo el partido de Corea-España del mundial, allí estaba Camacho con sus roales en la sobaquera levantando los brazos ante un arbitraje nefasto. Les explico sucintamente lo que me acababa de pasar y una vez terminado les digo:

- Necesito hacer una llamada para anular mis tarjetas, ya que también me las han robado

-  No va a poder ser ya que en esta comisaría tenemos línea en el teléfono pero no tenemos crédito.

-!!!Zassss en toA la boca!!! ¿como que no tienen crédito? ¿no puedo llamar? (no me lo podía creer, no podía ser tan daliniano)
- Igual hay algún teléfono que se puede llamar a cobro revertido y quizás...

Total, que buscando en una especie de Páginas Amarillas a la sudaméricana encontramos uno de los teléfonos de Visa internacional y pude realizar una llamada que me conectó con una operadora en Miami. Me acordaré siempre de aquella mujer que me trató de una forma exquisita, como si de una madre se tratase, cuando le expliqué brevemente el motivo de la anulación de las tarjetas. No paraba de decirme que tranquilo, que ya verás como se podrá arreglar, que lo importante es que estaba bien... y todo esto me lo decía una operadora cubana a miles de kilómetros de distancia. Increíble pero cierto.
Anuladas las tarjetas, España seguía jugando el partido, me dirijen a al sótano de la comisaría para que realice la denuncia.  Me sientan en una mesa delante de otro poli:

- A ver, explíqueme que le ha pasado

- Pues iba por la calle y tres tipos...

- Ok, eran "cogoteros" (por asfixiar por el cogote). Hay muchos de ellos por aquí aprovechando que hay muchos turistas  para el Inty  Raymi. Tendría que haber tenido usted más cuidado. Dígame todos los bienes que llevaba encima. Todos.
- Pues un mochila grande con... pasaporte... billete de avión... ropas... muchos carretes de fotos... libretas ... ... ... ... .... (y una larga lista de enseres y demás).

En medio de la declaración aparecieron en el sótano una pareja de italianos, todo compungidos, por que les habían afanado la cámara de fotos. Así que al oir mi declaración se dieron cuenta de lo "afortunados" que habían sido. Concluida la declaración y ya saliendo para la planta de arriba la pareja me dio todo el suelto que tenía, unos 25 soles aprox.  7 dólares, plus minusve. Agradecido eternamente por ello.
Así que rondando las cuatro ante meridian salí de la comisaría más perdido que una brújula en una lavadora. Cansado, apaleado, sucio y sin ideas claras.  Decidí ir de vuelta a la Plaza de Armas y pasar allí lo que quedaba de noche, para de mañanita empezar a ver cómo coño salía del desaguidado en el que estaba envuelto...



En breve publico la segunda parte, y mucho más divertida,  de esta rocambolesca historia...  ;)

2 comentarios:

  1. Quedamos pues... a la espera de quedarnos con mejor cuerpo con la próxima!!! xq vaya telita!!!! ;)
    B.

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    1. Quedarse con mejor cuerpo va a ser tarea muy fácil, después de este marrón de noche. En plazo breve la cuelgo.

      Muà!!!

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