Ayer fue un día muy triste en Idomeni, casi tan triste como la situación que está viviendo esta gente.
Ja la nit anterior ens van començar a arribar missatges, pel whatssapp de la coordinadora de ONG´s, que els refugiats s´estaven organitzant per anar a passar la tanca a primera hora del dia. Les informacions que es rebien pel matí així ho confirmaven. Moltes famílies recollien i anaven tirant cap a la tanca. La vanguardia va arribar fins la mateixa i van començar a tallar- la fent un forat per on van passar un quants. L´exèrcit macedoni estava esperant per colpejar- los sense contemplació i fer- los retornar a cop de porra cap al cantó grec. Quin tipus d´èsser humà colpeja gent innocent que nomès vol viure en pau?
Así que la contienda estaba iniciada. Empezaron con la bolas de goma, y los botes de gas. Botes y botes y botes y bolas y bolas y bolas. Todo cayendo en territorio heleno y los policías griegos sin mover un dedo, es más, muchos de ellos riéndose. Claro ejemplo de que "inteligencia militar" es un oxímoron de los más paradigmáticos.
Con los botes de gas irritante por doquier el ambiente se tornaba irrespirable y todo el mundo tenía que retroceder. Las familias que habitaban en aquella zona se movieron a otras partes del campo y los más combativos, casi todos jóvenes, se tapaban las vías aéreas con pañuelos y embadurnaban sus caras con pasta de dientes (intentando evitar el escorzor insoportable que provoca el gas en la piel y en las vías respiratorias). Cada vez que se producía un ataque con botes de gas, que llegaron hasta el camino principal de Idomeni, el viento se encargaba de esparcirlo por gran parte del campo y cientos de personas, entre ellos muchísimos bebés y niños quedaban afectadas. Inexorablemente a los pocos minutos de cada ataque los dispensarios estaban desbordados de madres histéricas con bebés en brazos. Agua y sueros a granel como antídoto contra el gas. Muchos gritos, nervios, desesperación y caras que hacen dudar de la valía como seres humanos. Idomeni es una vergÜEnza para todos nosotros, una más.
Con los botes de gas irritante por doquier el ambiente se tornaba irrespirable y todo el mundo tenía que retroceder. Las familias que habitaban en aquella zona se movieron a otras partes del campo y los más combativos, casi todos jóvenes, se tapaban las vías aéreas con pañuelos y embadurnaban sus caras con pasta de dientes (intentando evitar el escorzor insoportable que provoca el gas en la piel y en las vías respiratorias). Cada vez que se producía un ataque con botes de gas, que llegaron hasta el camino principal de Idomeni, el viento se encargaba de esparcirlo por gran parte del campo y cientos de personas, entre ellos muchísimos bebés y niños quedaban afectadas. Inexorablemente a los pocos minutos de cada ataque los dispensarios estaban desbordados de madres histéricas con bebés en brazos. Agua y sueros a granel como antídoto contra el gas. Muchos gritos, nervios, desesperación y caras que hacen dudar de la valía como seres humanos. Idomeni es una vergÜEnza para todos nosotros, una más.
Así continuó un toma y daca que duró hasta aproximadamente las siete post meridian. Un fortísimo aguacero apacigüo los ánimos y ya de paso limpió el cargadísimo ambiente que se respiraba en aquella parte del campo de Idomeni. La nit va arribar i amb ella la calma.
Va ser un dia molt dur, de molts plors, de molts crits, de molta ràbia i de molta impotència. Aquests pobles porten ja molt temps siguent víctimes primer d´uns i desprès d´uns altres, ningú els tendeix la mà, nomès reben i reben sense motiu i això es veu en les seves cares, en l´apatia que regna en molts d´ells estancats aquí a Grècia desde fa messos...
Continuarem informant, una forta abraçada.

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