Dubai: la ciudad-emirato, patuculomi, con el edificio más alto del mundo (828m); el hotel con más estrellas del mundo (más estrellas que la Guía Michelin); el centro comercial más grande del mundo (me recordó “La caverna” de Saramago); el aquarium más grande del mundo (más peces que en las pegatinas de los coches en una congregación de evangelistas) y probablemente la ciudad más fake del mundo, no nos engañemos. Lujo y ostentación por doquier y triquier, eso sí, lujo para unos poquitos: los currantes de la India, Bangladesh, Paquistán (entre otros) que levantan esos enormes colosos el lujo ni lo huelen, ni lo tocan y no sé ni si lo sueñan. No hace falta pasar mucho tiempo aquí para ver que esta ciudad es un meridiano ejemplo del mundo que hemos construido, oséase, aseeseusté, una puta locura. Eso sí: bibliotecas, buena música o arte urbano o rural no busquéis porque lo que es la Kultura aquí va más justica que en cualquier ministerio del PP. Vamos, que viene Iker Jiménez a buscar el espíritu de esta ciudad y os digo que le chapan el programa por falta de contenidos…
P.D en los detalles está todo: por la noche cuando regresaba al albergue los parabrisas de los coches vacíos. Por la matina cuando salía a patear, 4, 5 y hasta 6 tarjetas de centros de masajes diferentes (diferentes los centros, no los tipos de masaje…) En fin Serafín. Oda y adió.
No hay comentarios:
Publicar un comentario