miércoles, 19 de octubre de 2011

CRÓNICAS INDIAS--NEPALÍES I


Namaste!! (saludo que todo el mundo utiliza en la India) Después de casi 20 días de viaje ya me tocaba contar algo por estos fueros.

Comentaros que toda la movida de Bombay me ha pillado algo lejos: en Nepal. Alguno se ha llevado un sustillo incrementado por mi continua incomunicación. Pero, como casi siempre, todo bien!

INDIA: la llegada a la capital fue brutal. No se esparaba menos. Delhi es un auténtico caos, un hervidero de gente, animales, coches destartalados y autoricshaws. La capital de un país con 1200 millones de personas es, de por sí, un auténtico circo. Nos alojamos en el Pahargang, el barrio de la gente que tira de mochila. Un par de euros por dormir en un habitación pintada de rosa plastificado. Muy kistch.
Es un lugar sordido, de misería, sucio y pestilente en demasía, pero con un toque de encanto quizás por lo diferente desde una óptica occidental. Lleno de tiendas: saris, pulseras, alojamientos baratos, puestos de comida ambulante, gente tirada por los suelos, tullidos, vacas "paciendo" en medio de la inmundicia...
De los dos o tres días que anduvimos por allí destacar el Fuerte Rojo, una fortaleza mongol de impresionante tamaño. Y el museo de Ghandi.

Al principio todo es agobiante en la India. Miles de pitidos, desde los más estridentes hasta los más dispares, te bombardean el cerebro de forma que, inexorablemente, a media tarde ya estás cansado aunque no hayas hecho nada más que beber te y mirar como deambula la gente. El sonido de la India es estresante (solo recuerdo Lima como algo parecido). Ya me he encontrado a bastantes personitas que a media tarde sufrían ataque de migraña, y no me extraña (pareado).
El otro ataque viene de parte de la incesante caterva de personas que intentan venderte lo que sea o que te montes adonde sea. Aunque en esto Delhi no se diferencia de cualquier otro pais tercermundista, pienso.
Tuvimos un intento de tongada muy bueno en la estación de trenes: una muy típica estafa de hacerte comprar los billetes donde no toca, con el consiguiente hiperaumento de la tarifa y el posible, o probable, extravío de las maletas. Un tongo organizado entre varios pero que al final cedio por su propio peso, errores de comisión muy burdos...

De Delhi partimos hacia Agra. Ciudad sede del Taj Mahal. TAJ MAHAL, en mayúsculas. Este lugar, y no solo esta construcción, no tiene nombre. Inefable, mirífico, excelso, supremo, perfecto, arrebatador, no sé, mil adjetivos, en superlativo, más. Nunca he estado tan cerca de sufrir el síndrome de Stendhal, realmente me impactó. Nos levantamos a las cinco de la mañana para entrar de los primeros y poder observarlo con la neblina del rio Yamuna y, realmente, valió la pena. Podría haber estado todo el día, fácilmente, mirándolo anonadado. La mejor construcción humana que he visto hasta ahora. Gaudí y la Sagrada Familia han perdido el primer puesto. Ver una obra así no tiene precio, para cualquier otra transacción Visa internacional. Desde la inmensidad de sus jardines hasta los tres millones y medio de piedras semipreciosas que componen sus cenefas es todo redondo. MARAVILLA DEL MUNDO.

De Agra para Varanasi, la ciudad de la muerte. Varanasi, o Benaresh, es una de las ciudades más antiguas del mundo (de mas de tres mil años de antigüedad creo recordar) y se caracteriza por sus ghats (que bajan en forma de escalera hasta las profundidades del Ganges) y sus crematorios (donde incineran sin parar los cuerpos de los hindúes desde hace miles de años). Es uno de los lugares más sagrados para los hindúes (la India es religión y espiritualidad en esencia) ya que si logras morir cerca de aquí y te incineran en menos de 24 horas tu alma va directa al cielo y obtienes la "moksha", que es la liberación de las siguientes reencarnaciones.
El lugar más mágico, o los lugares por que hay un par, son los crematorios. Una lluvia incesante de cadáveres, alrededor de 300, son quemados a diario (con todo el ritual pertinente). Bajan las comitivas portando al muerto y repitiendo una canción, o mantra, por la estrechas callejas que desembocan en el crematorio... Un lugar imperdible.

De anécdotas jugosas mmmmmmmmmmmmmmm todo sale bien para estar en un lugar tan loco...una noche en vela en tren porque a una familia le caí en gracia y, con todo el vagón durmiendo, no paramos de intercambiar castellano por hindi a grito pelado... una semana de viaje con María, una mañica de puta madre que ha roto con su rutinaria vida y, con un par de gradísimos cojones, se ha venido solita a la India (incluido el primer día de lágrimas y estafas en Bombay)... las peripecias de Javi para conseguir volver a Delhi en avión... decenas de tongadas frustadas, otras no... bichos, esperaba mas, de momento no ha entrado ninguna rata a mi habitación a comerme las uñas de los pies (al final las tendré que cortar yo)... algún conductor de autoricshaw loco con el que hubo un momento en el que parecía que nos íbamos a partir la cara en medio de una carretera(resulto ser un tarado)... algún autobús parado en medio de una ruta para volver a Agra que tuvo un primer impacto brutal (cuando subí, la primera impresión fue que era un cuadra, imaginad el tipo de autocar)... un joven misionero que me vino a decir que si Franco no era tan malo, que había salvado muchos curas (tenía 20 años, por eso, quizás, no le mande directamente a la puta mierda)... mucho, mucho, te "chai"... y alguna cosa más que os cuento en breve!!!

Un abrazo para todas y todos.

 
Nos vemos en el espejo.




Cableado en el barrio del Paharganj, Delhi










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