miércoles, 19 de octubre de 2011

CRÓNICAS INDIAS-NEPALÍES II


Namaste!
Ahora estoy en Puskhar, así que voy con bastante retraso en los mails. Ahora parece que ya no ando tan ágrafo y me apetece escribir (será que al andar solo, ahora, tengo mas tiempo para peinar al gato). Aquí en Pushkar creo que soy el único guiri que va sin rastas. A lot of rastismo!!


De Varanasi nos fuimos, Javi, María y el menda para Gorakphur, camino de la frontera de Nepal. No estaba en los planes, ¿pero quien dijo planes? María iba para allí, a Javi le hacía la idea y a mí para donde sople el viento; así que estaba claro: Nepal. A toro pasado se que fue todo un acierto.


Gorakphur no tiene nada que ofrecer, aparte de unas habitaciones pestilentes y nauseabundas, especialmente la de la maña, y unos mosquitos que van con lanza. Desde allí se accede directo a Nepal  a través de la frontera de Sunaili.


Pasamos frontera, pagamos los respectivos visados (20 euros por quince dias, o algo asi) y tiramos para el primer destino: Lumbini. Pillamos un taxi para hacer esos 20 km, aprox, y en el trayecto un autocar pego un volantazo delante nuestro, a escasos metros. Culo-caca-pedo-pis. Vamos que nos cagamos los tres pero bien... En Nepal el tráfico es algo más tranquilo que en India. Esto es muy fácil claro, debe haber muy pocos lugares en el mundo con el tráfico mas caótico que India. Es una cosa increíble como se entrecruzan todos los vehículos, digno de ver ; aunque sólo sea un ratito.


El principal atractivo de Lumbini es que es el lugar de nacimiento de Buddha. Siddahrta Gautama, para los entendidos. El lugar "es lo que es", intentan quizás que llegue a ser un centro de peregrinaje masivo, pero por lo visto, no lo han conseguido. Se pasa por el lugar exacto donde nació y tal y tal... Hay, además, una especie de centro de desarrollo que, para que engañarnos, fue un fracaso.


De Lumbini subimos por la carretera Siddharta hasta Tansen. Taaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaansen Palpa (rollo Muchachada Nui) Esta carretera es un espectaculo. Cien kilometros pueden ser, fácilmente, cinco o seis horas de viaje. Los viajes en bus se eternizan (en Nepal no hay tren) y los asientos son tan y tan y tan y tan pequeños para un tipo de 1,85 que como no seas vivo al sentarte puedes palmar. Javi palmó en uno de los trayectos, sus rodillas casi no lo cuentan.


Antes que se me olvide, lo mejor de Nepal: los nepalíes. Son una masa esta gente. Simpáticos, alegres, humildes. Me llevo una muy buena impresión, son estupendos. Se la pasan cantando y riendo; risa fácil que siempre es de agradecer cuando uno anda por ahí. Siempre voy sonriendo a la penya a ver cómo reaccionan y tanto en Nepal como en India, son de diez. No permanecen ajenos a la sonrisa.


Lo más impactante de Tansen fue lo siguiente: subimos a andar por la montaña que rodeaba al pueblo y    sorpresa! en medio del monte, y con la cordillera Himalaya de fondo, nos encontramos con un botellón nepalí!!! En serio, un botellón en toda regla!! Estaban todos los pibes de los pueblos adyacentes con su musiqueta y su bailoteos. !!Nos quedamos flipando!! Y es que aquí los chavales visten ultramodernos. Están muy americanizados o europeizados. Visten con los pantaloncicos que llevan los pibes en Barcelona, por las rodillas, con marcas, pelos de punta, pendientes tribales... siguen mucho la moda. Uno me llegó a preguntar si yo seguía la moda y que mirara los tejanos fashion que él vestía... A-lu-ci-nan-te...


Otra buena experiencia fue una apuesta con Javi a que no teniamos cojones a comernos un chile verde. ¿Que no tengo qué? Dilo otra vez, ¿que no tengo qué?... Total que un chile verde, con sus pepitas y todo, para adentro. Javi se rajó (bien hecho) y lo escupió. Lo comencé a masticar como si nada, picaba un poquito sólo. A los 30 segundos me quería morir. En serio: me quería morir. Buffff! Sólo tuve una experiencia parecida en Mexico, pero, quizas por el poso del tiempo, no la recuerdo tan brutal como ésta. Probarlo algún día y os acordaréis de lo que estáis leyendo...




De Tansen para Pockara, el campo base para hacer trekkings por los Annapurnas (Himalaya). Allí estuvimos unos días y al final decidimos, acertadamente, pegarnos un trekking. Tiramos para adelante con poca información, y a posteriori, nos dimos cuenta que lo de los guías y porteadores no era más que un camelo turístico. No hace ninguna falta; con un mapa tienes más que suficiente para rular todos los díaas que quieras por la montanya. Nosotros hicimos el Poon Hill.
"Causalidades" de la vida, el primer día de trekk nos encontramos con un bombero de barna que estaba de caminata con su novia. Yo sabía que estaba por allí, pero le había dicho que era casi imposible que nos encontráramos, y, mira por donde... ajjajajajaja brutal coincidencia!
Las caminatas las hicimos sobrados, excepto la tercera jornada que se nos fue la olla. Metimos dos días en uno y encima a ritmo de 3 el kilometro (es un decir) sin casi descansar... casi morimos. Sobre todo al llegar, después de nueve horas y pico de caminata, nos bajamos a unas aguas termales. Pasamos un par de horas y luego al subir... la tensión me bajo un montón con el agua caliente y casi me cago para subir. Yo creo que no me cagué por que había comido poco ese día...
La mañana siguiente Javi ya marchó para abajo y yo me quedé con un madrileño, un argentino, una rusa y una británica. Parece un chiste eh!! jajja Saben aquel que diu... Ese grupito se mantuvo un tiempito... Incluso ahora, en Pushkar, igual viene Lydia, la londinense, unos días...


To be continued...

No hay comentarios:

Publicar un comentario