CRÓNICA BELICEÑA II

Caye Caulker es un lugar pequeño pero harto concurrido. Creo que somos más extranjeros que locales, aunque sigue siendo un lugar relajado sin demasiada presión. Existe aquí toda la onda caribeña que se repite en cualquier lugar de este mar, ya en Colombia, ya en Venezuela, ya en Cuba, ya en Belice, ya en Guatemala, ya en Nicaragua, a saber: "la prisa mata y el trabajo remata", tal y como bien refleja el spot televisivo de Malibú.  Trabajan menos que los Reyes Magos, que trabajan un día al año y encima es mentira.
En Belice una parte de la población son  "garífunas", corto y pego algo de info de la wiki ya que me parece que muy interesante.
 

"Los garífuna son un grupo étnico de origen africano que reside en varias regiones de Centroamérica, Caribe y Estados Unidos. También se les conoce como garifune o caribes negros. Se estima que son más de 600.000 los residentes en Honduras, Belice, Guatemala, Nicaragua, el sur de México y Estados Unidos. En realidad, el término "garífuna" se refiere al individuo y a su idioma, mientras que garinagu es el término usado para la colectividad de personas.
La versión más conocida del origen de los 'caribe negros' es de 1635, cuando dos barcos que llevaban esclavos hacia las Indias Occidentales desde lo que conocemos hoy como Nigeria naufragaron cerca de la isla de San Vicente. Los esclavos escaparon del barco y alcanzaron la isla, donde fueron recibidos por los caribes, quienes les ofrecieron protección. Los matrimonios entre ellos formaron el pueblo Garinagu, conocidos hoy como garífuna. Este nombre se derivó de "Kalipuna", uno de los nombres usados por los caribes para referirse a ellos. Además de los náufragos africanos o exploradores previos venidos de África, se debe tener en cuenta que los caribes capturaron esclavos en sus luchas contra los británicos y franceses en islas vecinas y muchos de los capturados se fueron insertando en sus comunidades.
Cuando los británicos invadieron la isla San Vicente, se opusieron a los asentamientos franceses y sus alianzas con los caribes. Al rendirse éstos a los británicos en 1796, los "caribes negros" fueron considerados como enemigos y deportados, inicialmente hacia Jamaica y luego a Roatán, isla que pertenece hoy a Honduras. Los británicos los separararon, distinguiendo entre los que tenían más apariencia de indígenas y los que tenían más parecido a los africanos, siendo estos últimos declarados como los "reales" enemigos que debían deportarse mientras que a los otros se les permitió permanecer en la isla.
Más de 5,000 caribes negros fueron deportados, pero sólo unos 2,500 sobrevivieron al viaje hasta Roatán. Dado que la isla era muy pequeña e infértil para mantener la población, los garífuna solicitaron a las autoridades hispanas de Honduras que se les permitiera asentarse en tierra firme. Los españoles se lo permitieron a cambio de usarlos como soldados y así se expandieron por la costa caribeña centroamericana.
Hoy la mayoría de los garífunas se han asentado en el golfo de Honduras y, en particular, al sur de Belice, en la costa de Guatemala (alrededor de Livingston), en la isla de Roatán, en las ciudades costeras de Honduras y Nicaragua, así como en varias ciudades de Estados Unidos.
Los garífuna hablan inglés, español, y garífuna. Los garífuna de Guatemala y Honduras hablan garífuna y español, mientras que los de Belice y de Estados Unidos también hablan inglés como idioma materno. Algunos Garinagu estadounidenses suelen tener el inglés como único idioma"


  

Son toda la onda rastafari: dreadlocks, fumados todo el día y con sus camisetas de Bob Marley o de Haile Selasie (que manda huevos). Gente relajada que van a su bola y no se entrometen demasiado, aunque siempre bastante gorrones. Se la pasan todo el día en la playa, o dando vueltas por el cayo, y con un fumadón que para qué os cuento. Intentan hacer algún business vendiendo algo de maría u ofreciéndote algún que otro producto. 

Casualmente, el día 19 de noviembre es el día nacional de los garífuna y se celebra una gran fiesta en el pueblo de Dangriga, en la misma costa caribeña. Estando tan cerca de allí no puedo perder la oportunidad de asistir, ya que una de las señas de identidad de este pueblo son los "drums", los tambores o la percusión por decirlo de alguna forma y, a mí, ésta me pierde. La percusión africana tienen algo que me hace conectar con el pasado, con ritmos inveterados, en cuanto llevo un rato bailando entro en trance, por así decirlo. Y no es una manera de hablar, es literal. Ya me ha pasado un par de veces que he perdido la noción del tiempo, sin ir estufado ni drogado, me refiero. Con algunas drogas es mucho más sencillo relativizar el espacio-tiempo einsteniano ;) (recién me viene a la memoria una vez, tendría yo quince años, que durante una sesión de ácido lisérgico, una tripada hablando en plata, de aquellos Simpson de doble gota que tenían una por cada cara del papel secante, me quedé mirando el lateral de una caja de película porno en que aparecía una bella señorita tapándose sus turgentes senos. En mi paranoia la tipa me hablaba y movía las manos y sus pechos, a lo rollo Mama Chicho me toca. Creía que llevaba pocos minutos absorto cuando mis colegas me hicieron saber que fueron un par horas; se estiró el espacio-tiempo. Claro, estaba viajando a la velocidad de la luz... Me despertó de mi letargo un sonidito tal que así: sshshshshshshshshshsshshshshshshsshshsh... era la cámara de aire de mis vacilonas y chillonas Nike no-sé-qué-no-sé-qué-cuántos, que costaban alrededor de 18 talegos,  y que había reventado porque tenía los pies al ladito de una estufa de aquéllas que calentaban gracias a un par de resistencias... bueno, bueno, que me lio y no paro...)
Los ritmos de percusión africana tienen algo que conecta con la parte más íntima del ser, remueven algo interno que está desde siempre ahí, por eso me gusta bailar a su son, son son sosonsonson,  con los ojos cerrados. Sólo sintiendo y latiendo al ritmo al que te llevan los tambores...

Llego a Dangriga el día anterior a la fiesta y, obviamente, como es un lugar más pequeño que el walkman de David el Gnomo no quedaba ni una sola habitación libre. Ni una ni media. Después de patear un par de veces todo el pueblo buscando desesperadamente un lloc donde apalancarme no había lugar. Estuve a punto de marchar, pero al final un alma caritativa se apiadó y me ofreció dormir en la terraza de su hotel. Chad, un buen  tipo. Así que habilité un par de mesas a modo de chocita y ya tenía techo. Después vi que no era el único pardillo ya que acabamos durmiendo seis o siete en la azotea...
La fiesta, entre aguacero y diluvio caribeño (vi a Noé por la calle buscando algunas parejas que le faltaban), se celebraba en la calle, en pequeños garitos, o en un par de recintos que para mi sorpresa el acceso era previo pago de 25 USD, unos 20 euros. Pá flipar, !!20 euros!! en Belice. Eso es muuuuuuuuucha plata... pues estaban llenos hasta la bandera, hasta la bandera de Belice. La gente bien de la zona y de los alrededores imagino. La otra fiesta era en la calle, en pequeños baretos con mucha percusión, gente más humilde y mucho sudor y cerveza. Acabé en la zona baja del pueblo con un amigo local que hice entre birra y birra. Cómo no llevaba nada de valor pues "palante", obviamente ahí solo no me hubiera metido, la peña iba hasta las cencerretas,  pero el tipo me dio confianza y no me equivoqué. Así que disfruté de una noche de percusión muy muy muy auténtica.
Aquí como en tantos lugares del mundo, se beben un par de birras y ya empiezan a descoordinar. Mi experiencia me dice que el campeón del mundo de barra fija no estaría en África, ni en Asia ni en Centro-sudamérica. Seguramente ganaría algún sajón o caucásico.

Aquí no hay complejo de Brad Pitt, la peña suda sobremanera de ti. Es extraño ya que tampoco es que haya demasiados turistas, pero es así. No pasas desapercibido pero ya está, eso es todo. No te miran, ni te saludan, ni nada, uno más. 

El día siguiente  de la gran fiesta transcurre en la calle, donde después de toda una serie de acontecimientos litúrgico-religiosos, se montan unas carrozas a lo "love parade" y cientos de personas detrás bailando y dándolo todo. El menda entre ellos. Así durante varias horas. Después ya cae la noche, nos recogemos y se acabó el "Garifuna settlement day". Bendito 19 de noviembre.
Acabada la fiesta hay poco más que hacer en Dangriga, así que duermo mi última noche en una mesa de bar de terraza y partiendo para la esperada Guatemala.
 

Curiosidades:
1) en Belice hay muchos trabajadores que vienen de Guatemala, Honduras, El Salvador. Algunos por motivos laborales y alguno también desplazado debido a las guerras que azotaron la américa central durante las últimas décadas del siglo XIX. Belice no se vio azotado por todas esas décadas de violencia y por eso muchos eligieron este destino. He tenido varias interesantes conversiones con algunos de ellos.
2) coger un autobús en este país es una aventura. La gente llega y se va sentando en el hall, y espera. Nadie se mueve. De pronto cualquiera, y vale cualquiera, hace un movimiento o amago y todo el mundo corriendo a la cola. A saco. Pero esto no quiere decir nada, sigue apareciendo gente que se mete por otra puerta o por otra cola o por donde coño sea. Lo mejor es que la gente no se solivianta en absoluto, está todo bien, es cultural (como en la colas de la India que también ocurre algo parecido y nadie abre la mui). Abren la puerta de acceso y todo el mundo corriendo con las bolsas, empujones y tal y tal. !!!Pero sin acritud, lo juro!!!

!Que me voy para Guatemala!