jueves, 3 de noviembre de 2011

CRÓNICAS LAOSIANAS II


¿Qué le dice un jardinero a otro? Disfrutemos mientras podamos...
Pues así estamos, disfrutando lo que nos dejan y que, por suerte, no es poco.

En Hong Xang poco que hacer, sólo descansar y pasearte por un lugar perdido en el centro de Laos. Aquí no hay ningún turista, ninguno, ya que está donde Cristo perdió las alpargatas. Molly quiere hacer un trekking con elefantes y a mí ya me va bien un par de días para leer, escribir y recopilar parte de las fotos tiradas en los últimos días. El trekking es una sableada, 60 euros por un día (en Laos es una fortuna). Ya se pueden meter el elefante por... ;)

Seguimos ruta y llegamos a la conocida Luang Prabang, la antigua capital de Indochina. Luang Prabang no es Laos, es Luang Prabang. Nada que ver con los sitios por donde he pasado. Aquí tienes multitud de cafés y bares a la francesa, repostería a la francesa (la baguette es francesa pero el cruasán, o croissant, es austríaco...) boutiques,  y vino francés. El tipo de gente es menos mochilero y más de salir con bolso y bien vestidito, aunque sigue siendo una parada para la gente que va un poco más tiradilla. Aquí se fusionan los que vienen una semana a dejarse la guita y los que llevan meses viajando por el sudeste asiático. En todo caso, es un lugar tranquilo para relajarte un par días.


 



Ojito cuidado con el agua...
El centro es un lugar agradable, con el Mekong en un lateral, y un mercado "étnico" nocturno, donde poder comprar todo tipo de souvenirs imaginables: bolsos, bolsitos, lámparas, lamaparitas, carteras, carteritas...( a precios irrisorios, se me rompió la bolsa donde llevo la guita y la sustituí por otra de 0,60 euros ;)   
Para conocer la city lo ideal es alquilar una bici y perderte sin rumbo. Eso, lo hicimos el primer día. El segundo lo dedicamos a  una buena excursión de 70 km en bici y nos fuimos a visitar unas espléndidas cataratas que están en las afueras. Son preciosas y practicables, te puedes bañar, pero hay tanta gente que pierden el encanto, ese es el precio a pagar por estar tan cerca de LP.
Volvemos a encontrarnos con Zlatko, Yari and company y echamos las que serían las últimas risas juntos. De ahí cada uno fue tomando rumbos diferentes que quizás, tal vez, may be vuelvan a converger algún día en Europa. Qui lo sa?



Mi chachisúper bici rosita
De la placentera antigua capital partimos para Vang Vieng que, paradójicamente, sería un nombre harto premonitorio. Pues eso: que aquí los que vienen van bien, pero que muy bien, de alcohol y gilipollismo supino. Hacía tiempo que no veia algo tan fuera de lugar, están más perdidos que un hijo de puta el día del padre. ¿19 de marzo?  
Llegas a un lugar brutal, rodeado de inmensas y frondosas montañas y ríos en medio de Laos y ¿qué te encuentras?...  Una especie de parque temático de la fiesta al que podríamos, por ejemplo, poner el nombre de "aquafiesta". Aquí lo que se lleva es el "tubing", que no es otra cosa que descender por el río en un neumático de camión, sólo la cámara claro, e ir parando en los bares que se han inventado a la ribera del río. Alguna mente, más brillante que la paellera de Villarriba, lo ideó hace unos diez años y no veas el triunfo del asunto de Sagunto. Hay cientos de "tubers" dándolo todo en los bares y lánzandose en tirolina al río desde los tablados de madera que hacen de pistas de baile (sabéis ese que entra un asterisco a una discoteca que está llena de puntos, puntos y aparte, puntos y seguidos, tres puntos y todos se le quedan mirando.. y él asterisco responde: !qué pasa, que no me puedo poner gomina o qué! ... aajajjajaajaj)  A lo que íbamos, que me despisto: la gente sube tres o cuatro kilómetros en el tuk tuk, los neumáticos los lleva otro vehículo, y después empiezan a descender lentamente el río tumbados en la goma. Cuando llegan a uno de los 10 ó 15 bares hay peña que les tira un cuerda nudada a la que se agarran  y les trasladan a la orilla para que puedan subir. La música a toda hostia (electrónica por supuesto), se oye desde varios cientos de metros (hice un descenso del río en kayak y los bares se oían muchos minutos antes de llegar). En cada bar hay tirolinas desde las que tirarte. También hay toboganes.

Molly y yo bajando por el río...

Entonces vas bajando el río y vas parando en los baretos a estufarte. Todo el mundo en bañador y privando y, supongo, que con más droga que una fiesta ochentera entre Maradona y Julio Alberto (!que se bufaban siete u ocho gramos fácil fácil!). Está claro que cuando acaban el periplo de bares y llegan a Vang Vieng van muy muy bien ;)  Entonces los ves que van a dejar el neumático con la papa y se caen o no pueden hablar. El río no es muy caudaloso y se baja sin problemas, pero unos cuantos han muerto. Ya se sabe que el agua y la papa no se llevan (ahora me acuerdo de una vez que iba hasta las cencerretas y me tiré a la Barceloneta a emular al prodigioso Mark Spitz, un poco más y no salgo...)




Luego pululan como almas en pena por el pueblito hasta el día siguiente cuando se levantan con la trufa. Es muy gracioso por que el lugar está lleno de bares-restaurantes con mesas en el suelo y colchones y lleno de pantallas que, indefectiblemente, programan "friends". Decenas, por doquier. La gente pasa la resaca tumbada, en bermudas y sin camiseta viendo friends en el puto centro de Laos. No veas con la globalización.

Esta es mi visión de Van Vieng. Sé que algún colega se estará relamiendo y ya estará planeando sus vacaciones en Laos para 2011, pero para gustos colores. Esto es más insoportable que asistir a un auditorio para la final de las tunas universitarias...
Todos estos "tubers", of course, muestran cero respeto por la cultura del país en la que están. Descamisados y bebiendo por la calle (no verás un laosiano sin camiseta en tu puta vida). Pero esto es lo que hay. Así que pese a que el lugar está rodeado de una naturaleza que impresiona ciao ciao Van Vieng.

Salimos para Vietnam. 27 horas de bus hasta Hanoi pasando las dos fronteras. Sleeping-bus por 25 euros, el "seat" costaba bastante menos pero estaban vendidos. Muy curioso el tipo de sleeping-bus en el sudeste asiático, no es como en la India que es un compartimento en el que te cierras y tienes un mini-espacio para ti y que resulta muy cómodo. Aquí son como los asientos normales pero completamente estirados y encajonados, nada que ver, mucho más incómodos que los indios. !Un nuevo tipo de bus después de tantos ya vistos!

Apali jóvenes, en la siguiente os cuento la gran putada que nos hicieron en la frontera vietnamita. Para flipar...

P.D ¿sabéis cual es el colmo de la confianza? Dos caníbales haciendo un 69.


No siento las piernas, qué humor t iene esta gente...

















No hay comentarios:

Publicar un comentario