sábado, 5 de noviembre de 2011

CRÓNICAS MOZAMBIQUEÑAS III





Bom dia!!!

De Tofo, con los pies de Cristo, decido pirar para Vilankulos a seguir buceando en el archipiélago de Bazaruto. La hora de la salida las cinco de la matina, para no perder la costumbre. Chapa, barco y chapa de nuevo para llegar a destino. Llegué sin más dilación que la que corresponde a estas latitudes meridionales.
Vilankulos es conocido por ser la parte continental que está más cercana al archipiélago de Bazaruto, un lugar salvaje de playas paradisiacas y que ofrece un par o tres de buenas inmersiones. Está a una hora en lancha rápida. Vilankulos, como tal, no tiene nada. Un pueblo con las calles destartaladas y vida tipo caribeña, el lema reza:  "la prisa mata y el trabajo remata".
Bazaruto es precioso: aguas turquesas, dunas,  y sin asfalto ni plástico. Al otro lado de donde paré para las inmersiones hay algún lodge five star, pero no lo vi. No sé qué onda, pero es realmente caro, en la tónica mozambiqueña. El buceo es más caro que el seguro del coche fantástico: unos cien pavos por dos buceos. Cada vez que meto la mano en el bolsillo mi cartera sale corriendo, estoy a punto de cargarme la cremallera de tanto aflojar la mosca... Pese a todo, los buceos fueron magníficos. No muy profundos, entre 14 y 22 metros. Lo peor: ponerme las aletas con los pies de otro que llevo estos días. No pain no gain. Dolor, sentí el dolor. El dolor purifica según muchas creencias, pues para purificarse mejor una buena dieta de la alcachofa por tres días y arreando que hay pan blando.






En estos enclaves playeros como Tofo y Vilankulos hay bastantes blancas liadas con negros. En los albergues siempre hay un grupito de locales con la caña echada, que digo la caña !!la red de arrastre!!!. Éstos si es mujer blanca se cepillan todo lo que respira. Están ahí al quite, viendo a ver qué llega y qué se puede hacer. Me parece perfecto, no hace falta ser muy empático para enterderlos. Aparte de resultarles atractivas físicamente cualquiera de ellas puede ser una válvula de escape en un momento dado. Blancos con negras no he visto casi, es otro rollo más puteril por definirlo de alguna manera. Aunque "haberlos haylos". Es sintomático, pienso. Ahí va un dato: es mucho, pero mucho, más fácil que una blanca se lie con un negro y no haya movimientos crematísticos de por medio (quizás futuribles) que un blanco con una negra.  En el segundo es más fácil toparse con el "sistema puteril" o sus "comportamientos adláteres" (esto es, tratar de obtener algún beneficio). Obviamente en todos existen excepciones, pero...



De Vilankulos para Chimoio, de la playa a la montaña. La hora de salida las 4am con la advertencia del chófer de que llegase con media hora de antelación. En síntesis: que me tenía que levantar a las 3am, y eso da más grima que el bigote de tu prima. ¿Estamos de vacaciones o hemos venido aquí a expiar algún pecado de alguna vida anterior? Después de patear los dos kilómetros que separan el albergue de la estación de buses llego a eso de las 3.30 y me suelta el conductor: lo siento pero no hay suficiente gente para que salga el bus. Saldrá mañana. ¿Estamos locos o qué? La cara de pan de quilo que se te queda es pequeña. Nos encontramos cinco en la misma situación: una pareja de italianos, una pareja de polacos y el menda lerenda. Le preguntamos al tipo que cuántas plazas faltan por cubrir que si no son muchas las podemos pagar nosotros. Nos dice que todos lo demás están avisados y que no viene nadie más... vaya toalla. La solución esperar hasta las cinco para coger una chapa que nos lleve hasta el cruce de la carretera, unos 15 km, y allí esperar a que pase un bus para Beira. Eso podían ser tres horas o cuatro y puede que el bus viniera full o no. Nadábamos en la incertidumbre, buceábamos a pulmón incluso. Así que al final esperamos hasta las cinco más rotos que un porrón, pillamos la chapa y para el cruce. Allí vimos que lo de coger el bus podía ser más dificil que meterle un gol a Benji y  dedicimos ejercer de blanquitos comodones, léase: tirar de veta.

Tocaba buscarse la vida...

Así que a la primera que apareció un todoterreno por la zona el italiano y yo nos tiramos a negociar. Llegamos rápido a una entente y acabamos viajando en la parte trasera de una pick-up, un viaje de lo más curioso. Interesante además por que el italiano era muy buena onda y estaba trabajando en Nigeria para la agencia efe, por dos años. Me contó que moverse por Nigeria es más peligroso que estudiar primaria en un colegio de curas, y que eso de mochilear por libre se complica demasiado, que hay mucha violencia y hartas movidas. Además los dos nos confesamos como grandes admiradores de Kapuscinsky, el que fue una de sus motivaciones para irse a laburar de periodista a áfrica.

En Chimoio decidí hacer un trekking de cuatro días, qué resultó una agradable sorpresa.

No hay mucha gente pululando por la zona y menos aún que haga ese trekk, de hecho en todo el 2011 sólo habían pasado 8 foráneos por todo el parque nacional. Así que la recompensa fue mayúscula y la caminata, sin ser espectacular por sus vistas, si lo fue por la gente que nos encontramos. Un lugar muy muy auténtico, "autentiquísimo" que se diría. Cruzamos la frontera de Zimbabue para pernoctar allí en la segunda noche, pero nada de visados, una frontera verde que te quiero verde. Me acoplé con una pareja de alemanes, buena gente. Dos ingenieros mecánicos muy tranquilos, ella con un curro muy interesante en la agencia espacial europea, trabajando con un avión supersónico.


En el inicio del trekk nos encontramos con esta aldea
El tercer día tuvimos que pillar un guía para cruzar a Zimbabue, Zimbabwe en inglés, hasta la aldea de  Chikukwa y por la noche le tocó dormir conmigo en un alojamiento de una ONG que trabaja en temas de permacultura enseñando a los granjeros locales etc etc, un proyecto loable y que parece que estaba dando sus frutos, nunca mejor dicho. Cuando se quitó los zapatos, el guía, casi me desmayo y las cejas se me tiñeron instantáneamente de lila. Esos zapatos se reirían del ácido bórico. El jesucristo que había en la pared se desclavó una mano para taparse la nariz...
Chikukwa espectacular: la gente muy simpática, pero extrañada de ver a tres blanquitos pululando por allí. Un lugar para recordar.


Pieger se levantó con fiebre y dolores estomacales el último día y quizás podía ser malaria ya que le habían picado bastante mosquitos la semana anterior. Mozambique es sin duda el lugar donde más malaria he "visto" u "oído"  (de hecho empecé a tomar las pastillas, por primera vez en mi vida, cuando ya llevaba dos semanas viajando. Mal hecho, pero en fin Serafin. Estaba hasta la polla de los mosquitos y de oir mil historias. Más abajo os lo cuento). Total, que el último día de trekk el chaval sufrió su propio calvario. Después de patear unas cinco horas llegamos al cruce de caminos donde presumiblemente pasarían vehículos que nos podrían llevar de vuelta. Se estaba derritiendo y tuvimos que esperar cuatro horas tirados en el suelo hasta que pasó la primera fregoneta. Estaba más agobiado que el chapista de Mazinger Zeta. Paro a la frego y me dice el conductor que va llena, que no puede montar a nadie, y era cierto, iba a full. Le digo que a la mujer y  a mí no hace falta que nos lleve pero que se tiene que llevar al otro por que tiene malaria. No había sitio, así que lo metimos a empujones. Literalmente digo.
Llegó hasta el pueblo donde teniamos que cambiar de furgo, un lugar bastante pequeño y apartado, y se fue al consultorio para hacerse el test. Aquí hay tanta malaria que en cualquier consultorio de cualquier pueblo tienen el tratamiento y los útiles para hacerte el test. Negativo, no tenía malaria. Aún así le dieron todo el tratamiento por la face, brutal.
Lo que refería más arriba: decidí tomar las pastillas de "malarone" después de todos estos años de viaje. Siempre las llevo conmigo pero jamás las había probado. No les he notado ningún efecto secundario, salvo que los primeros días tuve unas pesadillas del copón (típico). Y es curioso por que al levantarme recordaba nítidamente todo lo que había soñado. Uno de los días incluso fui consciente que estaba soñando, una especie de ejercicio de autógnosis (claro que en el sueño iba paseando por el Parque Güell a las 3am y todo el mundo estaba tomando el sol... y como cojones se va a tomar el sol a las 3am...) Curiosas experiencias oníricas...


Viajar por Mozambique me ha parecido muy seguro, cap problema. Aún así, lo de siempre, hay que vigilar. En Chimoio violaron a una estadounidense hace tres semanas, se envalentonó y se fue con unos locales a ver una montaña que queda muy cerquita de la ciudad... :(
Curiosidades:
1) aquí se transporta todo encima de la cabeza, sea lo que sea, desde sacos de arroz hasta troncos. ¿Y tus cervicales? Bien, gracias.

2) cuando oscurece hay menos luz en las calles que en el castillo de Drácula. Aquí la noche es noche.
3) la comida de la gente que encontré en las pequeñas aldeas de montaña se llama "michima", una especie de pasta de harina con un cereal molido y que es  lo más insípido que he probado en mi vida. Más soso que un yogur de agua. Ese es el plato de cada día, sin mas. Michima y punto...

Esto es un plato de michima, y es lo que comen cada día

4) casi todos los viajeros que te encuentras por estos lares están de ruta por Malaui, Zimbabwe, Sudáfrica. La gente no suele quedarse en uno solo...

Aur revoir!!














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