miércoles, 2 de noviembre de 2011

CRÓNICAS TAILANDESAS II





!Buenas!
De Khao lak, más bien de las Islas Similan, me llevo un regalito en forma de agujero. Más concretamente en el dedo gordo del pie derecho, las jodidas aletas que me prestaron y mis pies deformes (que más bien parecen los pies de otro) no congeniaron en demasía. Darse vueltas por el trópico con una herida abierta no es lo óptimo, pero aquí entre bambas-chancletas-bambas no se cierra el "bujero" ni para atrás. Lo mismo pasa con la ropa que no seca ni a la de tres. Cosas de las humedades...

Ya que estamos con las humedades pues enlazo con el clima que, antes de mi llegada, me preocupaba bastante. Con todo lo que es el trópico y lo que yo puedo llegar a sudar las perspectivas no eras nada halagüeñas. Era como juntar el hambre con las ganas de comer. Pero, como suele pasar cuando te dispones para lo peor, al final rien de rien. En esta época la humedad es mucho más baja y, aunque sigue siendo elevada, nada que ver con todo lo que venía dispuesto a pasar. Nada como un buen servicio en bomberos a las tres de la tarde en lo peores días caniculares de la Ciudad Condal. O esos recuerdos de Cuba en verano del 2000 cuando al volver de México e ir a recoger unas camisetas sucias que dejé en casa de un amigo, estaban "toítas" florecidas. !!Viva Flemming y el moho!!

En el sur han alternado la lluvia y el sol, pero siempre con una temperatura bastante agradable. En el norte los días estás siendo más calurosos y por la noche refresca algo, así que un manga larga no viene mal. Pero, al fin y al cabo, una época excelente para visitar esta zona.

De Khao lak para Patong. Probablemente a alguien le sonará este nombre... la primera vez que lo oí fue tiempo ha mientras realizaba un practicum en la Facultad de Derecho. El tema versaba sobre la trata de blancas y ya aparecía el sudeste asiático como foco de la prostitución mundial. Y hete aquí, que diez años después, me veo en el centro de Patong contemplando el patético espectáculo que ofrece. Patong es, probablemente, el mayor prostíbulo del mundo. Indoor u outdoor, según se quiera. Junto con Pataya es el centro del turismo sexual en Tailandia. No es algo velado que se intuya, es público y notorio. O más que notorio, "excelentorio". Sólo llegar, con una simple ojeada a tu alrededor ya percibes dónde estás: BIENVENIDOS AL MAYOR LUPANAR DEL MUNDO DONDE POR ALGUNOS EUROS PUEDES JUGAR A SER BRADD PITT... Dejo la mochila en el primer hotelillo que me encuentro y salgo a la playa a dar una vuelta. La playa de Patong debe tener cerca de 3 kilómetros, plus minusve. Pues es problable que no encontréis a nadie en la arena, todo el mundo tiene una hamaca. ¿Curioso no? Nadie en la arena ajjjajajaajjj   !vaya toalla!














En Patong el juego es éste: aquí no se viene a follar una noche con una puta a la que pagas equis bath para que te la chupe o para que te haga lo que quieras, aquí se viene a jugar "a ser Bradd Pitt" y alquilar una chica durante toda la estancia. Digo Bradd Pitt aunque podría decir George Clooney o Marlon Brando. Ellos frisan la ancianidad y ellas acaban de abandonar la adolescencia, aunque esto no es una generalización ya que hay de todos los gustos y todos lo colores. Pero lo que predomina es el cincuentón, sesentón caucásico con la veinteañera asiática. Pero, para mi sorpresa, la cantidad de jóvenes es acojonante.




Así los ves, paseando por la playa cogiditos de la mano, jugando a ser parejas enamoradas. Es muy extraño al principio, ¿qué pensarán ellos? ¿se creen la relación realmente, aunque sólo sea a medias, en momentos puntuales cuando ella le acaricia el pelo? La ternura puede ser muy convincente. Lo que piensan ellas lo tengo muy claro, no admite duda. 





Entonces salen a comer juntos, a pasear juntos, a la playita juntos, besitos, y supongo que de cuando en vez echarán un buen polvo.  O probablemente un polvo a secas. Así funciona aquí, unas verdaderas vacaciones sexuales.

La simbiosis que se establece es clara: dinero por sexo y compañía.  Ellos tipos corrientes sin carisma alguno y ellas niñas increíblemente guapas. Guapas, guapas, guapas (aquí acaban viniendo chicas de todo el país, las que acaban dedicándose a este negocio)... y por algunos euros se convierte en tu novia... "my sweet, my darling" le oí decir a una al garrulo que llevaba por acompañante y que estaba borracho y dándoselas de gallito con un tailandés... pues que se vaya con cuidado que en estos lares no será el primero que sale escaldado...

Así que diez años después me veo tomando unas birras en la calle principal de Patong, que si de día ya deja entrever su potencial, por la noche abre las alas cual pavo real. Sentado con mi birra ¿cuántas parejas vi? ¿ cien, mil? Impresionante zoo humano que, para bien o para mal, no deja indiferente.

Como viajero no aporta nada, pero si se quiere ver el extremo del mercantilismo carnal es el lugar ideal. Antropología a pie de birra.

Visto el modus operandi del "homo patongniano" apunto una situación que viví a escasos metros. Escasos son menos de 3... Atorado ante tanto mercadeo carnal decido dar un paseo hasta la cercana playa. Acabo sentado en una escalera que está sita en un lateral de una especie de comisaria de turismo, algo así como una caseta de la policía (no había nadie dentro). A unos cinco metros un "homo patongniano" ciencuentón-caucásico con una estufada importante ("estufar": verbo polisémico que alguno individuos utilizamos en la jerga bomberil !y que está causando serios problemas a mi ya de por sí escaso vocabulario!). Aparecen dos chavalas: una con pinta de ser mayor de edad y con principio de enanismo y otra que,  pondría la mano en el fuego, no tendría más de 14 ó 15 años, no era de  12 pero por supuesto tampoco 18. Adolescente en todo caso. Se sientan entre el caucásico y moi. Al caucásico se le abren lo ojos como platos (por que la niña se ve muy joven y va vestida como diría Torrente...). Hablan un rato. El caucásico va trufa, trufa. A todo esto llegan otros tres auténticos homos patongnianos que se quedan mirando fijamente a la chica. Se quedan pululando rollo satélite esperando a ver qué pasa con la jugada... El estufado, por hache o por be, se levanta y se pira. Momento en el que uno de los otros tres aprovecha para acercarse, de modo chulesco y, rodeando a la niña con el brazo, le dice algo al oído. La otra entre risas, la mayor de edad, le dice no sé qué no se cuánto, y al final después de pocos minutos se baten en retirada... No pasó nada, pero lo sintomático fue cómo percibieron rapidísimo y babearon por una chavala más joven de lo normal y que se veía a la legua que aún o no estaba en el juego o llevaba poco tiempo en él... Ya cambiaron las leyes penales europeas hace algunos años cuando el turismo sexual se estaba tornando en pederastia. Se castigan en el país de orígen del nacional los hechos cometidos fuera de él en este tipo de delitos... pero no  queda duda que eso es muy difícil de perseguir y viendo lo visto quedaría mucho por hacer.

Patong carga tanto que es imposible aguantar más de un día. Ya está, lo vi. Ciao, ciao.

Curiosidades y "rarezas":  1) El deporte nacional tailandés es el muay thai, una especie de boxeo donde se pueden utilizar, y se utilizan mucho, los codos y las rodillas. Se practica bastante en europa, en Holanda especialmente, y por estos lares están los mejores luchadores del mundo. En Patong los luchadores se pasean en un descapotable anunciando las veladas que se celebrarán durante los próximos días, y no es nada barato asistir.
2) Los paquetes de tabaco tienen fotos más desagradables que el escaparate de una ortopedia. Son fotos a todo color de diferentes tipos de tumores y de personas con los pulmones más negros que el coño de la Bernarda. Sin tapujos, a saco. Estás comiendo y si alguien fuma y deja el tabaco en la mesa tienes ahí un buen tumor al lado del pan... Dicen que querían implantar esta medida en España. A este ritmo los fumadores acabarán presos por cometer el delito de ser "fumador". Mientras tanto los coches llenan de mierda el planeta y no pasa nada. C´est la vie...




 


Como compañeros de viaje he elegido al maestro Kapuscinski en la forma de "Viajes con Heródoto" y a Lawrence de Arabia en sus "Siete pilares de la sabiduría". Comencé con el segundo y no me entraba ni con calzador, así que decidí dejarlo para más adelante. Kapucinski, como siempre, no me decepcionó y su "Viajes con Heródoto" me enganchó al momento. Un magnífico libro.

Hecha la visita al prostíbulo tailandés salí rumbo a la península de Krabi, en la costa oeste tailandesa. Allí paré en la playa de Railay est, un enclave paradisíaco donde se dio un tres de tres: lugar alucinante, gente majísima y buen clima. Estas playas están salpicadas de rocas kársticas que dibujan perfiles imposibles en el horizonte y, como no, son una delicia para los escaladores. Por aquí ya habían venido algunos colegas a manchar de magnesio  la pared...




Ya antes de llegar conozco a Olivia y Juan con los que pego onda inmediatamente. Se han conocido en Bangkok y están viajando unos días juntos. Él mallorquín y ella santanderina residente en Lanzarote. Muchas risas y mucho buen rollo entre un chiste y otro, incluyendo un atardecer en kayak que quedará para los anales de la intrahistoria, como diría Valle-Inclán, y es que los atardeceres de Railay non son cualquier cosa. Vale la pena visitar este lugar aunque sólo sea para disfrutar de un par de ellos. Explosión de colorrrrrrrrrrrrrrrrrrrrr.


No sé por que extraño motivo la mayoría de gatos de Railay no tienen cola. Para hipótesis colores, aunque la que queda descartada es la de una adaptación darwiniana...

Compré un vuelo on-line desde Phuket a Chiang Mai (en el norte), 67 euros. Esto me hizo abandonar la playa antes de lo que hubiera deseado, pero no hubo manera de cancelar o retrasar el vuelo, y no está la cosa para ir regalando vuelos todas las semanas (!ya me tocó regalar uno en el aeropuerto de barcelona! )

Sobre el carácter tailandés no tengo más que decir que siempre responden con una sonrisa a una sonrisa. Suelen ser  amables y serviciales y no son nada agresivos con el turista. Pensaba que atacarían más por la calle o agobiarían con historias mil, pero nada de nada. Incluso muchos de los taxistas o de los vendedores ambulantes (por poner un ejemplo que se pueda comparar con todo el mundo) son medio inocentes al ofrecerte  o venderte algo. Nada que ver con otros lugares del mundo donde tienes que andar con más cuidado o, en todo caso, el acoso y derribo al turista es mucho mayor.  Obviamente es un impresión superficial ya que llevo poco tiempo aquí, pero al fin y al cabo es la que es ;)

Au revoir!!!








No hay comentarios:

Publicar un comentario