jueves, 3 de noviembre de 2011

CRÓNICAS VIETNAMITAS II






!Buenas!

Bienvenu a Vietnam, o mejor dicho a la República Socialista de Vietnam, un país con 86 millones de habitantes, moneda denominada dong y que se cambian 25.000 por cada euro; capital denominada Hanoi; hora local más siete con el meridiano de Greenwich; un crecimiento económico anual del 8.7%; idioma vietnamita y múltiples dialectos  y tristemente conocido por una guerra que asoló y diezmó al país hasta el año 1975, cuando culminó la guerra con la toma de Saigón. También conocido por el baby-boom español por las absurdas e infantiles películas de Rambo y Chuk Norris, que se me antojan muy ridículos. Ambos dos. Aunque con Chuck Norris no me meto, no vaya a ser que aparezca por aquí con su estrella de Sheriff de Texas y me detenga. Dicen que la estrella que utiliza es una estrella ninja.

Llegamos a la caótica y motorizada Hanoi, tarde, cansados y sucios. Hanoi está motorizada por las miles, sino cientos de miles, de motos que pululan anárquicas. Aquí se montan de uno, de dos, de tres y hasta de cuatro (niños incluídos). He visto tres y un cerdo en la misma, y no me refiero a tres y una mala persona.  Algunos llevan casco, otros no. Los que lo llevan usan aquellas típicas escupideras que se usaban en los ochenta,  tempranos noventa (cuando ya la Guardia Urbana se puso dura con las multas). Esos que si te caes te dejas el rostro más desgraciado que el final de Bambi... Cilindran entre 80 y 150, y se ven algunas de las Hondas más típicas de Barcelona, verbi gratia: scoopies (pero las más vistas son unas menos carrozadas que éstas y que tienen cuatro marchas, Honda Wave). Una de las instantáneas de esta ciudad es la de un semáforo en rojo de alguna avenida. Sería como una especie de salida de Cursa del Corte Inglés motorizada.
A todo esto hay que sumarle que aquí se conduce con el pito, y no digo que se conduzca con la polla. Me refiero a que los espejos retrovisores, lo que los utilizan, los tienen de "goma" y es como si no existieran. Ellos se guían por el pito de la moto; cuando se acercan a alguien pitan varias veces advirtiendo que se acercan, pitan cuando hay movimientos bruscos y pitan por vicio,  si esto lo multiplicamos por miles de motos da un resultado de varios millones de  pitidos cada día. Acabas la jornada más agobiado que Dark Vader sin careta. Me recordó mucho mi llegada a Nueva Delhi con sus miles de insistentes tuk-tuks.


Escena urbana en Hanoi

Llegada estresante, desasosegadora. Aterrizar en una de estas ciudades asiáticas después de moverte por lugares más o menos bucólicos te saca de tus casillas. Así que decidimos partir al día siguiente para la archiconocida, y cercana, Bahía de Halong. Por desgracia tocará volver a pasar por la capital de nuevo.


Halong Bay

La Bahía de Halong está declarada Patrimonio Mundial de la Humanidad por la Unesco. Es de sobras conocida por todos, sus fotos y  reportajes son sujeto de muchos reportajes de la 2 o del National Geographic y compañía. Es un lugar acojonante, donde cientos o miles de islitas kársticas se levantan verticales en medio de la nada. El problema es que al ser tan popular la cantidad de gente que se mueve por aquí es brutal. Si ya de por sí el sudeste es un hervidero de turistas éstas zonas lo son aún más. Si cabe. Pese a todo puedes disfrutar de algo de intimidad si te alejas de los núcleos.




Fuimos a la isla de Cat Ba, a ver qué pintaba. Nada más llegar vimos que no era lo deseado. Pintaban bastos. La primera línea de playa está llena de edificios. Así que no es Benidorm pero casi. En resumen: es un ñordo o ñordaquen (léase mierda de tamaño considerable). Aunque disfrutamos de una tranquila estadía gracias  a que llegamos pateando a una de las playas apartadas de la isla. Allí sí estuvimos fetén.



Lo mejor que puedes hacer en Halong Bay es alquilarte un kayak y pirarte a tu bola a recorrer islitas. Eso es lo que hicimos y resultó ser un día más que placentero. Puedes recorrer paleando los pueblos flotantes que hay por los alrededores y perderte por alguna de las islas, si el cieno te lo permite (en una de esas islas se me ocurrió intentar llegar a la orilla y llegado el momento y debido a la poca profundidad tengo que salir a empujar; se me hunde el pie cuarenta centímetros en el puro cieno e intento sacarlo; lo saco a duras penas pero !me dejo la chancleta dentro! Me las vi y me las deseé para sacarla de allí...) La siguiente isla se eligió con más cuidado.

Ahí, a la derecha, se va el kayak. Uuuuuuuuuuuuuuu...



Curiosidades: 
1) los vietnamitas cuando corren lo hacen faltan, se mueven más transversalmente que longitudinalmente. Acordaros de Don Pin-pón cuando corría, pues tal cual. Es muy gracioso verlos en acción.  
2)los deportes que se practican en la calle son: principalmente el badminton  y otro, que ahora mismo no sé el nombre, que se juega también con pluma (mucho mayor que la del badminton) y que consiste en pasarsela con el pie. Hacen todo tipo de filigranas y el golpe más vistoso es una especie de "ramona" futbolística". Tiene su qué el jueguecito.
También se ven picaditos de fútbol, aunque no en demasía.

3) mucha gente, sobre todo mujeres y niñas, se pasean en pijama por las ciudades

Poco más que hacer en la bahía así que ponemos rumbo a las montañas del norte, pasando de nuevo por Hanoi. La segunda vuelta. No hay otra, las comunicaciones son radiales. Tren nocturno, más que digno,  y para Sapa.

Llegamos por la matina, a las cinco ante meridian, con más sueño que una cestica de gatos al lado de una candela. Esto de llegar con los trenes a estas horas esta muy de moda en Vietnam. No será el último que pillemos así.
En Sapa: un frío que peta los granos, más niebla que en una sauna gay y lloviendo. Suena bien eh... Éste es el lugar favorito del norte vietnamita desde el que iniciar algún trekking para visitar las comunidades locales.
Nada más llegar a Sapa ya te das cuenta de qué va la película: decenas, sino cientos, de mujeres de las diversas etnias que habitan los alrededores se dedican a vender souvenirs a los guiris. Son extremadamente persistentes, vamos que son más pesadas que un collar de melones. Agobian y agobian sin compasión y, como pongas cara de bueno y no seas un poco contundente, te comen con patatas. Se junta un grupito al lado tuyo y no te dejan ni a la de tres (empiezan con el "whereareyoufrom" y luego el "what´syourname" y al final parece que les tengas que comprar algo. 

La gente que no sabe decir basta o  que adopta un tono paternalista, la mayoría de las veces, acaba comprando algo para que le dejen en paz. Es muy "occidental" adolecer de tono paternalista cuando tratas con gente diferente, del tipo "pobrecitos" o "mira que tienen que vender esas pulseritas para vivir"; pues no, si son pesados son pesados y punto. Mucho tendríamos que aprender de algunas cosas que tienen ellos y que nosotros ya hemos perdido per secula seculorum... ). Visto lo visto a mi llegada a Sapa (el clima y la "etnias" a visitar) el trekking de dos días es más que suficiente. Y dentro de esos dos días, entre las diferentes posibilidades, pillamos el que más naturaleza y menos aldeas se visitaban. Estas mujeres están más puestas en el business que cualquier broker de Wall Street (como siempre: si vienes con tiempo y quieres dedicarle muchos días a la región seguro que tienes la oportunidad de apartarte de estos núcleos viciadísimos y llegar a algo más auténtico, pero si esperas encontrar algo por los alrededores tu esfuerzo será más inútil que la compresa de una transexual).


En el trekking de Sapa







Dos días de trekking con "homestay", alojamiento en casa particular, papeo y guía local por 27 euros. Estamos que lo tiramos niña.




El primer día de trekking, 6 horas, fue acojonante. Unas vistas miríficas ya que gran parte de la caminata se realiza por encima de las nubes y, además, la vegetación es exuberante. Luego llegas a una casa local, antes de pasar por un pueblo dónde te intentan vender de todo, y allí te recoges hasta el día siguiente (el lugar vale harto la pena y además estábamos solos). No te presionan demasiado, sólo por la mañana antes de irte te comentan si quieres comprar algún tejido de los que ellas confeccionan...
El segundo día amaneció lloviendo y fue un pastel, no obstante siempre se agradece un pateo por la montaña.







La banda del moco, vaya caña de niños





!!!Imposible no abrazarla!!!!!


 De nuevo vuelta al centro del radio, a Hanoi. !Pero eso os lo cuento en la siguiente!

Siyuson!!!


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