jueves, 3 de noviembre de 2011

CRÓNICAS VIETNAMITAS III



Buenas!!
De nuevo en Hanoi, llegada de madrugada para no perder la costumbre. 4:35 am. Roto como un porrón.
Es el tercer paso por la capital y ya no puedo eludir más la visita al mausoleo de Ho Chi Minh. Habrá que ir. Es pura casualidad pero este año he estado en Moscú, donde está el embalsamado Lenin, en Beijing, donde está el embalsamado Mao y ahora aquí dónde está el también embalsamado Tío Ho (en Vietnam Ho Chi Minh es el Tío Ho, así se le conoce). Por hache o por be, o por jota, no había visto a los otros dos.
Durante la visita te llevan como a un corderito, todos en fila y bien ordenados. Un montón de absurdos controles y al final accedes a una cámara "mortuoria" donde allí está echando la siesta. Dentro no se puede hablar, vaya a ser que se despierte. Están todos los maderos pendientes de cualquier movimiento. Creo que si te da por hacer una gracia igual te llevas un gallifante, o eso es lo que parece. Poco más. Como curiosidad decir que el cuerpo del Tío Ho viaja tres meses al año a Moscú dónde le pasan la ITV de los "embalsamamientos".

 
Este año se celebra el mil aniversario de la ciudad de Hanoi, ya una ciudad milenaria.

Tren dirección a Hoi An. Compartimento de seis en hard-sleeper. Los precios de las camas varian en funcion de la posición que ocupen: las de abajo son más caras y las de arriba las más baratas. Normal ya que en éstas no tienes casi espacio y moverte es más complicado que quitarle la pelota a Oliver.
Hoi An destaca por sus sastrerías. Hay cientos de ellas por toda la ciudad, especialmente en su casco histórico. La gente viene aquí, especialmente ellas, a confeccionarse trajes a medida por precios muy ventajosos. Un buen vestido o traje a medida de buen género  viene a costar unos cien euros y lo confeccionan en el mismo día. Pero hay de todos los precios y de todas las calidades y todo tipo de sastres, así que la peña se vuelve loca para elegir.
Te toman las medidas y en un día o en una noche tienes el traje confeccionado. Es curioso ver un montón de mochiler@s comprando trajes. Joder chacho, amos chacho, como dirían los de "La excepción", cómo está cambiando la película.


Aparte de las famosas sastrerías, Hoi An destaca por un casco histórico muy bonito y tranquilo.  Declarado Patrimonio Mundial por la Unesco. Aquí, en el centro, no hay tráfico rodado y se pasea relajado. Es un excelente lugar para cargar pilas, descansar y comer fetén (hay infinidad de restaurantes en las dos orillas del río).
Hay playas a pocos kilómetros de la ciudad, aunque no son especialmente bonitas, por lo menos las que están más cerca del casco urbano.

Termino el libro de Kapuscinski y decido ir a cambiarlo junto con el ladrillo, casi mil páginas, de Lawrence de Arabia (que paso de cargarlo más ya que no pienso leerlo en este viaje). Llego a la librería y le pregunto que cuánto me da o cuánto me descuenta por los dos libros. Me dice algo así como poco más que nada que el castellano no se vende y no le saca provecho. Por ese precio decido no vendérselo, para eso lo regalo. En la misma librería tiene un único libro en castellano, de Ho Chi Minh. Le pregunto el precio y es ostensiblemente más caro que los libros en inglés. Le digo al tipo que para comprar el castellano es un ñordo pero para vender es más caro que el inglés, que si le he entendido bien. Me dice que sí (su inglés era infinitamente precario)...  Un sin sentido. Acabo comprando uno en inglés para ir practicando, aunque sé que no entenderé todo al cien por cien si que puedo leerlo. Compro "Mr. Nice" de Howard Marks, la autobiografía de un narcotraficante de marihuana que está resultando ser todo un personaje. 
Todos los libros que se venden en el sudeste asiático no escapan a la patente de "copia" que circula por aquí. Aquí todo es más falso que un directo de Mini Vanilli, y los libros no son una excepción. Tienen la cubierta a color y dentro son todo fotocopias. Además hay como una especie de "top ten" viajero y todas las tiendas, y todos los vendedores ambulantes de Saigón,  llevan los mismos libros. Entre ellos el de Howard Marks. También hay títulos  sobre la guerra de Vietnam y este bestseller de Come, reza y-no-sé-que-pollas-más que se ha convertido en una película con Julia Roberts y Bardem...

Curiosidades:
1) hay bastante propaganda comunista por todo el país, muchos carteles y panegíricos y commemorativos con la cara del Tio Ho y múltiples consignas.

2) una de las imágenes típicas de este país es la mujer vietnamita cargando la bara de bambú en su hombro con una cesta en cada extremo y el sombrero cónico característico. En estas cestas portan de todo: desde fruta hasta todo tipo de útiles. Lo utilizan mucho las vendedoras ambulantes.

3) hay muchísimos bonsais por todo el país, no de los pequeñitos sino unos de aproximadamente dos metros  que están por las calles y en los parques.



De Hoi An tren y para Saigón, otra llegada de madrugada. 4.30 ante meridian. Vaya pastel coño, que estoy de vaciones. El nombre oficial de esta ciudad es el de Ciudad de Ho Chi Minh, que se le puso en 1975 cuando los del norte ganaron la guerra. No obstante todo el mundo le llama Saigón, a excepción de los organismos oficiales. Incluso en el billete de tren aparece Saigón.
La antigua capital del sur es otra megaurbe asiática con todo lo que esto conlleva: caos, ruido, polución y un millón y medio de motos. A pesar de esto me ha gustado más que Hanoi, pero como siempre, todo esto es muy subjetivo. No me puedo quejar de mi estancia aquí.
Paseando por las calles del centro se ve más prostitución que en otros lugares del país ( las mujeres son más guapas en esta zona). Se ven muchos babosos de cincuenta o sesenta años con las chavalas jóvenes, paseando como una pareja de recién enamorados. Estoy bastante cansado de toda esta basura, la encuentras esparcida por doquier. Amor a precio de aleación. El único país dónde no he visto prostitución es en Laos. Y apuesto que no hay prostitución allí por que las mujeres de los países adláteres, ya Tailandia ya Vietnam ya Camboya, son bastante más guapas que las de Laos, y puestos a pagar está claro no...

Visita obligada al Museo de la guerra. Una carnicería: entre explicaciones de torturas, datos de fallecidos y heridos y fotografías de muertos y bombardeos sales de ahí con un malrollo-que-para-qué-te-cuento. Se estima que murieron más de dos millones de vietnamitas, tres millones de heridos. Por la parte estadounidense: 58.000 muertos y 153 heridos. Hay incontable bibliografía sobre el tema.







Saigón es mi última parada en Vietnam y de ahí para Camboya. Molly se vuelve para Bangkok y de ahí a New Zealand para luego volar a Chicago el 5 de enero (excurso para abogados: Molly acabó la carrera de Derecho este año y el 5 de enero empieza su primer curro como abogada. El sueldo es aproximadamente de 165.000 dolares, "lo mismito" que cuando acabas la carrera en Barcelona y empiezas de pasante por 200 ó 300 pavos, o menos).
Así que toca volver a rular solitario entre el marasmo de puteros y fiesteros.

Bye!



 














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